En un proyecto promovido dede el Ayuntamiento en colaboracioón con Acción Cultural española, Borondo no solo se ha centrado en la rebelión contra el poder que supuso el movimiento comunero, que perdió su revuelta en Villalar, y los antecedentes cuando la Reina Isabel regaló dos sexmos, cincuenta años atrás, lo que levantó ya entonces al pueblo, sino que emplea la metáfora, representa a Juan Bravo, Padilla, Maldonado y María Pacheco como animales rebeldes, en una referencia también a los que conquistaron las calles vacías durante la pandemia, que le sorprendió en plena creación, destaca la importancia del paisaje y denuncia la irrupción del hombre en el mismo, también de la publicidad, incluso, a modo de epílogo, hace autocrítica de su propia intervención como una nueva invasión.
En una presentación junto con la alcaldesa, Clara Luquero, y la concejala de Cultura, Gina Aguiar, Borondo ha hablado de su proyecto, denominado "Insurrecta", que pretende generar un recorrido urbano de libre acceso, y que concibe como una iniciativa cultural a disposición de los ciudadanos, ensalzando el valor del paisaje natural y situando en el plano turístico los “NoLugares”. Las 32 obras, repartidas en 17 localizaciones, están divididas en 5 capítulos, que hilan de forma sugerente hechos históricos con una lectura personal y crítica del artista hacia la contemporaneidad.
“Insurrecta” busca un ejercicio de pensamiento crítico y reflexión mediante la sintonía entre las metáforas visuales y la narrativa histórica. Además, la elección del soporte no es casual, Borondo conecta la reapropiación de la tierra por parte de los comuneros con la reapropiación del arte en las vallas públicas.
El conjunto del proyecto contiene diferentes técnicas; sin embargo, todas las obras presentan como matriz común el monotipo, técnica que usa las herramientas del grabado pero generando una sola copia, con lo que Borondo quiere homenajear la intención divulgativa de las series de grabados “Los caprichos” y “Los desastres” de Goya.