La derrota también es bella

Nacho Sáez
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El Cochinillo Segoviano SL esgrime el ejemplo de compromiso de sus jugadoras y su cuerpo técnico y la confianza en el proyecto a la hora de analizar una temporada que cierra sin haber conseguido ninguna victoria.

De izquierda a derecha, Sofía Busnadiego, Khatia Keburia, Clara Campo, Blanca Gómez, María Martín y Elisa Martínez, el pasado lunes. - Foto: N. S.

Poco más de una semana después de poner punto y final a una temporada que ha cerrado con un balance de cero victorias y 26 derrotas, El Cochinillo Segoviano SL ha regresado a los entrenamientos. Sus jugadoras y su cuerpo técnico ya están de nuevo manos a la obra con la próxima temporada como horizonte. Y unas y otros con una sonrisa a pesar de la crudeza de un curso en el que, además, a ellas las han golpeado las lesiones. 
La georgiana Khatia Keburia trabajaba este pasado lunes en el gimnasio para seguir recuperándose de la rotura del ligamento cruzado y de menisco que sufrió en su rodilla derecha. «Ya me había pasado una vez. Con la selección de Georgia. Subimos a la categoría B europea y la mayoría de las jugadoras éramos de menor edad que la normal en la categoría, pero fueron seis partidos», señala sobre la ristra de derrotas. «Es frustrante. Como jugadora de fuera hablas con tu entorno y esperan que ganes pero no estás ganando», añade.

Ella era una de las jugadoras llamadas a liderar el proyecto. Como Elisa Martínez, también lesionada de gravedad cuando el campeonato no había hecho más que comenzar. Segoviana y con experiencia en Liga Femenina 2, el brazalete de capitana recayó en su brazo. «He vuelto a entrar en el equipo en los últimos partidos y he notado una mejoría», dice sentada en el gimnasio del Pabellón Emperador Teodosio, donde junto a otras cuatro de sus compañeras reflexiona sobre lo vivido en los últimos meses.

La derrota también puede ser bella. Aseguran que en ningún momento estuvieron tentadas de tirar la toalla. «Sabíamos que había equipos muy buenos, y contra el resto hemos intentado competir», señala Sofía Busnadiego. «Nunca hemos dejado de creer», añade Clara Campo parafraseando a la afición del Atlético de Madrid. Para Blanca Gómez, «hemos seguido viniendo por el grupo que hemos hecho, porque nos gusta y lo pasamos bien».

Clara Campo realiza el salto inicial en uno de los partidos disputados en casa por El Cochinillo Segoviano SL.Clara Campo realiza el salto inicial en uno de los partidos disputados en casa por El Cochinillo Segoviano SL. - Foto: CD Spordeporte

En los últimos partidos, El Cochinillo Segoviano SL acarició esa ansiada victoria que al final no llegó. «Lo más duro quizás han sido las derrotas en los partidos igualados, pero siempre nos hemos sentido respaldadas. La que más ha sufrido ha sido Andrea, la fisio», asevera María Martín, jugadora y presidenta de un club que en realidad se llama Club Deportivo Sportdeporte. El Cochinillo Segoviano SL es el gancho comercial de un proyecto que, a pesar de que comenzó su andadura en 2014, se estrenaba esta campaña en la Primera Nacional femenina. «En el primer entrenamiento de la temporada se dijo que podía darse el caso de que no ganáramos ningún partido en toda la temporada. No era lo importante.  Lo importante es que esto tenga una continuidad y que se vea que se puede trabajar», remarca el gerente y secretario de la entidad, Mauro Martín. «Es una liga súper exigente, las jugadoras no se conocían y solo tres tenían experiencia en la categoría y su participación ha sido prácticamente testimonial por las lesiones. A todas se las ha dado un poco ese impulso para que jugaran, para que tuvieran esa responsabilidad y para que vieran que esto no era fácil, y se ha evolucionado muchísimo», abunda Martín.

También hay espacio para la autocrítica. «Todavía nos queda un trayecto para saber jugar la liga en la que estamos, de ponernos al nivel que tenemos que ponernos...», apunta María Martín. «Tenemos que mejorar individualmente y como equipo», interviene Busnadiego. El club se encuentra inmerso en un proceso de evaluación de todos los aspectos, incluida la gestión. «En la confección de la plantilla tuvimos que renunciar a jugadoras de fuera por no tener la experiencia de cómo se hacía, y hemos tenido gastos que no habíamos contemplado al principio. Ha sido el primer año y tenemos que aprender», remarca el gerente y secretario.

Una de las primeros asuntos a abordar será la continuidad o no del entrenador, Diego Pascual. «Estoy contento con el trabajo que ha podido hacer. Me atrevería a decir que nadie en Segovia sabe tantísimo de baloncesto como él y eso hay que aprovecharlo», inciden los responsables del club. Él quiere continuar. «Hemos competido los partidos que teníamos competir y hemos competido cuartos contra equipos mucho más poderosos, lo cual está muy bien, y se ha notado una mejoría desde diciembre a final de temporada en cuanto a juego y participación de jugadoras que nos hace ser bastante positivos de cara al futuro», asegura Pascual, que se lleva enseñanzas: «La primera ser más positivo para sacar más rendimiento a las jugadoras, que suelo ser muy negativo. También he aprendido que me tengo que adaptar más a las opciones que tengo sin buscar excusas».

Los rivales de El Cochinillo Segoviano SL también han elogiado esa resiliencia, en la que ha tenido también un papel clave la psicóloga del equipo, Sandra Bastián. «Lo más importante es el compromiso que han tenido a pesar de perder siempre», valora. «Se aprende más de perder que de ganar», concluyen las jugadoras.