Elías de Andrés, herrero eterno

M.Galindo
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El artesano segoviano, uno de los pocos artífices de la forja en activo a sus 90 años, muestra los secretos del trabajo en la fragua en la Casa de la Moneda

Elías de Andrés, ante algunas de las obras de su exposición en la Casa de la Moneda - Foto: Rosa Blanco

Los niños y niñas del Colegio Villalpando no apartan la mirada de un pequeño trozo de hierro de forma rectangular que Elías de Andrés les ha prometido convertir en un pájaro. La magia comienza cuando el hierro toma contacto con el fuego de las brasas de la fragua que transforman su color gris en el amarillo incandescente con el que comenzar a moldear la figura a base de golpes de martillo sobre el yunque. Sin prisa, con la paciencia y la pericia de la que hace gala un artesano, el hierro cobra vida cincelado por la mano maestra de un herrero que aprendió el oficio tirando del fuelle de la herrería de su padre con apenas siete años para más de ochenta años después ser uno de los pocos maestros herreros que conservan la tradición y los secretos de la forja.

Los golpes van transformando el hierro en la pieza prometida, que Elías entrega a unos sorprendidos niños que aún no alcanzan a entender cómo se ha producido el milagro. «Siempre se quedan con la boca abierta», reconoce el herrero con una sonrisa que refleja la modestia de la que hace gala y el orgullo de ser el último bastión de un oficio al que la tecnología ha condenado pero que no termina de arrinconar del todo. Divulgar los secretos de la herrería y mostrar el trabajo de más de 80 años en la fragua es el objetivo de la exposición 'Elías de Andrés, 90 años de hierro', que puede verse en la Casa de la Moneda donde exhibe más de un centenar de piezas de su creación y que se complementa con las exhibiciones en vivo que el herrero realiza semanalmente los miércoles para los centros educativos y los sábados para el público general.

Aunque su aspecto y su salud se empeñan en demostrar lo contrario, Elías de André cumplirá el próximo mes de noviembre 91 años, pero conserva intacta la vitalidad y el entusiasmo que le llevan a la Casa de la Moneda para enseñar su trabajo, proporcionando al visitante todo tipo de detalles sobre el trabajo de la herrería y las técnicas con las que consigue dominar el hierro a su capricho. «En este oficio es más importante la habilidad que la fuerza, porque aunque tengamos que estar dale y duro con el martillo, lo importante es saber manejarlo y aprovechar todos los golpes, porque todos los golpes tienen que valer», asegura el herrero.

Elías es ya el único de sus hermanos que mantiene vivo el fuego en la fragua del oficio, aunque «ellos han seguido haciendo cosas hasta hace bien poco tiempo», precisa, y sus hijos y nietos han seguido dedicados al oficio pero desde un ámbito más industrial y menos artesano. «Ser herrero como yo lo he sido ahora no es rentable, porque no hay público dispuesto a pagar todo lo que cuesta una pieza de forja».  señala De Andrés. De hecho, él continua a diario trabajando entre seis y siete horas diarias, según sus propias palabras,  para realizar pequeñas piezas con las que aplacar su genio creativo. «Al final me sirve como entretenimiento y para llenar la casa de trastos, según me dice mi mujer», asegura divertido.

En los primeros tiempos como herrero, principalmente hacía y arreglaba punteros para extraer y dar forma a piedras de la cantera de los Arrietas. En aquella época había 60 o 70 labrantes sacando y modelando piezas de granito. Cada uno de ellos solía gastar unos 15 punteros diariamente y   Elías hacía de 300 a 400 punteros cada día.

Pocos años después comenzó con sus hermanos a realizar obras en Madrid, para el palacio de Comunicaciones (sede actual del ayuntamiento madrileño), como su puerta principal y sus rejas. En 1960 hizo una gran escultura para el aeropuerto de Son San Juan, en Palma de Mallorca. Fue realizada en su taller y montada por Elías en el aeropuerto.

En Segovia también pueden verse obras realizadas por De Andrés, como el forjado del Quiosco de la Plaza Mayor, la antigua sede de la Caja de Ahorros de Segovia y muchas intervenciones en edificios públicos y privados que llevan el sello del herrero nacido en Espirdo en 1934, y que se muestra dispuesto a mostrar y enseñar sus secretos a quien quiera mantener en vigor este oficio.Una de sus obras más queridas, que ocupa un lugar preminente en la exposición  es un grabado en hierro del Guernica de Picasso que tiene tantas líneas como el original, utilizando colores de cera y tierra. Mide 1,40 x 70 y empleó más de 400 horas en realizarlo.

En cuanto al futuro De Andrés no se plantea nada más inmediato que mantener abierta esta exposición y seguir mostrando su trabajo a quien quiera verlo. «Lo demás, Dios dirá», sentencia el hombre que domina el fuego, el agua y el hierro.