A Leo Messi le correspondió la portada de todos los diarios y a Julián Álvarez dos de los tres goles en la semifinal que Argentina ganó a Croacia, resuelta por la estrategia de Lionel Scaloni y su cuerpo técnico, que detectó los defectos de su adversario, entendió sus virtudes y rentabilizó su momento cuando tenía previsto -aprovechando el desorden de su rival cuando pierde la posesión- para alcanzar la final del Mundial 2022 de forma incontestable para Luka Modric y compañía.
«Sabíamos que iba a ser el partido que fue. Preparamos el partido muy bien. Conocíamos que ellos iban a tener la pelota, porque en el medio tienen buenos jugadores, pero íbamos a tener nuestra ocasión, porque se desordenan rápido. Preparamos muy bien el partido», expresó el '10' de la Albiceleste, tan simple y tan complejo. Nadie había ganado aún a la invencible Croacia en este Mundial. Hasta que lo hizo el conjunto sudamericano.
Sin la posesión, con apenas un 34,4 por ciento respecto al 54 que dispusieron los balcánicos, con el margen del 11,6 por ciento que estuvo en disputa, esperó su oportunidad, especialmente en el primer tramo del choque. Hasta el 1-0, el penalti cometido por el portero Dominik Livakovic sobre Julián Álvarez en el minuto 31, el conjunto ajedrezado dio hasta 220 pases ante la aparente permisividad de un rival, que no era tal, que aguardaba su momento para ejecutar todo lo planificado.
«Tenemos un cuerpo técnico muy bueno que no deja nada al azar, que te hace saber cada detalle de cada partido y eso es una gran ayuda para nosotros. En ningún momento nos sentimos perdidos en el campo, sabemos lo que tenemos que hacer en todos los partidos. Sabíamos que el choque iba a ser de esta manera. Croacia tiene mucha posesión, pero también sabíamos que cuando recuperábamos la pelota ellos son muy desordenados y dejan muchos espacios», apuntó Messi sobre el talón de Aquiles de los hombres entrenados por Zlatko Dalic.
En cuanto fallaron, Argentina activó su plan: recuperar y correr. Un solo pase de Enzo Fernández bastó para descubrir las vías entre los centrales de su adversario, con Julián Álvarez a la carrera hasta que fue derribado dentro del área. Y un contragolpe surgido desde su área lanzó el 2-0, marcado por Julián Álvarez ante la desubicada estructura de su rival. Todo concentrado en siete minutos en dos acciones decisivas, preestablecidas en la pizarra.
Como un reloj suizo
«Hicimos el partido que teníamos que hacer. Actuamos como un mecanismo bien engrasado», aseguró Scaloni, cuyo equipo propuso diez remates, siete a portería, el doble de los que lanzó Croacia (tres) con un 20 por ciento más de posesión.
«Es una virtud del equipo poder plasmar en el campo las diferentes maneras de jugar. Con los mismos jugadores puedes cambiar la manera de posicionarte», afirmó.
La victoria reafirma a Scaloni y su cuerpo técnico, por cómo plantearon el encuentro y por cómo canalizaron la frustración de la derrota contra Arabia Saudí en la primera jornada (1-2) para impulsar la reacción del equipo.
En sus 54 partidos desde que cogió las riendas de la selección lleva 37 triunfos, 14 empates y cinco derrotas. Yahora busca la corona.