Rodrygo resucitado

Diego Izco (SPC)
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De estar cuestionado y que el público pidiera a Joselu... a darle al Madrid nueve de los últimos 11 goles

Rodrygo resucitado - Foto: Román Ríos

Hace apenas tres semanas, en cualquier tertulia o página deportiva podían escucharse o leerse análisis finos y objetivos sobre la 'ausencia' de Rodrygo Goes, el chico sobre el que Ancelotti construyó su teoría de que no hacía falta fichar un 'nueve' (más allá de Joselu) tras la salida de Benzema.   

Para el italiano, Rodrygo (Osasco, 9 de enero de 2001) es un atacante tan completo o más que Vinícius. No le importa tener escorado a uno si el otro pulula por el centro: son dos 'diablos' permanentemente pensando en el mal (de los defensores contrarios, se entiende). Pero el curso comenzó torcido por la sorpresiva salida de Benzema, por la inesperada jerarquía ofensiva de Bellingham, por los cambios tácticos… «Prefiero jugar en la banda, donde hay más espacios -dijo en una rueda de prensa con Brasil-, pero al final juego donde decide el entrenador». Era un 'choque de ideas' que se fue resolviendo de forma natural, como gusta Ancelotti de solucionar los conflictos. «En la élite, te toca hacer más veces de psicólogo o de padre que de entrenador», confesaba el preparador hace un par de años. 

Puntería

La terapia con Rodrygo le ha funcionado. El transalpino no dejó de otorgarle galones de titular a pesar de que en un momento del curso -finales de septiembre- era el segundo delantero de Europa con peor ratio de goles por disparo efectuado: cero en 29, solo superado por Semenyo (Bournemouth). 

«Es posible». Fue una lánguida respuesta de su entrenador cuando le preguntaron si el cambio de sistema había afectado a los dos brasileños. De un 4-3-3 casi inamovible se pasó a un 4-4-2 en el que los laterales tenían más recorrido y empujaban a Vinícius y a Rodrygo hacia el centro. A pesar de que ambos son unos regateadores fantásticos, el fútbol salvaje de espacio abierto les convierte en mejores: sin sitio para correr en zonas interiores, sus números empeoraron. 

Todos los cambios llevan su tiempo, y es posible que el 'niño Goes' haya aprendido ya no solo a jugar en el nuevo Madrid, sino también a liderarlo: las ausencias por lesión atenazaban al equipo y él ha dado un paso adelante. Enderezó el punto de mira y la 'resurrección' ha sido asombrosa. Si en sus primeros 46 remates de la temporada apenas había conseguido dos goles, en los últimos tres partidos con el Madrid ha rematado 13 veces… y cinco fueron a la 'jaula'. Le hizo uno al Braga, dos al Valencia y otros dos al Cádiz, a los que añadió cuatro asistencias: nueve de los 11 últimos tantos blancos han salido de sus botas. 

Aliviado

Los choques ante Valencia y Cádiz han destapado al mejor Rodrygo y le han aliviado del dolor que arrastra con su selección. A pesar de la enorme competencia en ataque, el '11' merengue se ha ido haciendo con un puesto entre los indiscutibles… pero los últimos encuentros pueden cambiarlo todo. De hecho, Fernando Diniz (que alternaba de forma interina su labor como técnico de Fluminense con la selección) ya está sentenciado después de que Brasil cayese en la última ventana FIFA ante Colombia (2-1) y Argentina (0-1), resultados que se añaden a otra derrota ante Uruguay (2-0) y un empate contra Venezuela (1-1). 

Tuvo una semana convulsa tras el partido ante la Albiceleste, en el que tuvo un rifirrafe con Leo Messi y recibió una cantidad brutal de insultos (muchos racistas) en redes. Un comunicado de respuesta y una gran polémica que no le afectó en su regreso: a pesar de tener molestias en una rodilla y en un diente (no iba a jugar, pero salió por Brahim, con problemas intestinales) volvió a ser el líder que el 'doctor' Ancelotti cuida con mimo y el 'nueve' que tanto echó de menos la crítica a comienzos de curso, cuando un advenedizo no especialista (Bellingham) era el que hacía los goles.