Como esta semana se la había cogido de vacaciones en el trabajo y no puede hacer ningún viaje ni ningún otro plan, Dani Arribas se ha volcado en el cuidado de los animales que tiene en su pueblo, La Losa. Ocas, patos, gallinas, ovejas y hasta un burro se despliegan por su finca, donde cuenta con el privilegio además de disponer del espacio suficiente para poder correr sin saltarse el estado de alarma. «Así hago el primer plan que nos había mandado el cuerpo técnico, que incluía carrera continua», explica el delantero de la Segoviana, alegre y bromista por naturaleza aunque ahora expectante ante las consecuencias que puede tener este parón.

«Todos los equipos vamos a necesitar una pretemporada. Por mucho que la gente haga en casa, no estaremos en forma cuando volvamos», reflexiona, al tiempo que advierte que aumentará el riesgo de sufrir lesiones. Después de que el Gobierno decretara el confinamiento, el preparador físico gimnástico, Alberto Ginés, envió un segundo régimen de trabajo a los jugadores. A Arribas, sin embargo, no le falta tarea solo con los animales. «En el pueblo siempre hay cosas que hacer. Ahora es una ventaja vivir en el medio rural», remacha.