14 jugadoras entregan un escrito con exigencias al Quintanar

Nacho Sáez
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Las futbolistas piden que el presidente rectifique sus declaraciones, readmita al cuerpo técnico y nombre a una persona que haga de enlace entre el club y el equipo.

14 jugadoras entregan un escrito al Quintanar con exigencias - Foto: Juan Martín/ Gimnástica Segoviana

Continúa el lío en el Quintanar. 14 jugadoras de su primer equipo femenino han firmado un escrito que pone tres condiciones a la junta directiva del club. Si esta no las acepta, ninguna volverá a entrenar ni a disputar partidos con la plantilla esta temporada, según han asegurado tres de ellas en conversación con esta redacción. El presidente del Quintanar, Alberto Barrero, ha subrayado que no van a aceptar lo que ha calificado como «chantaje» pero confía en poder terminar la temporada sin tener que retirarse de la competición.

Ha saltado por los aires un equipo que estaba diseñado para ascender de categoría, según remarcaba en verano el propio presidente, que ahora dice arrepentirse de haber confiado este equipo «a una gente que como ha visto que no puede quedárselo quiere destruirlo». Un entrenador, Iván Benavides, llegado de Palencia; una segunda entrenadora y un delegado, Sandra García Sandoval y Santos García González, respectivamente, procedentes de Valladolid; el expresidente del Club Deportivo La Granja Pablo Alejandro Simal también como delegado; y un patrocinador-colaborador, José Pedro Martín Durán, que además es padre de una jugadora.

«Este era un proyecto competitivo», destacan estos últimos. El Quintanar fichó el pasado verano a seis jugadoras de fuera de la provincia de Segovia. Por ejemplo, la onubense Mari Carmen González cambió su residencia de Huelva a Segovia para unirse a él a cambio de un trabajo en una fábrica y una prima de 30 euros por partido ganado. Esas incorporaciones se mezclaron con una base de jugadoras segovianas que ya estaban en el club la temporada pasada, como Alejandra Sanz y Rocío Sanz, dos de las que también se han rebelado ahora.

«Este es el fútbol que me gusta. En dos meses he aprendido más que en un año entero», señala Rocío, defensora de la labor que hacía el cuerpo técnico. Este fue destituido a principios de este mes de diciembre a pesar de que el equipo ocupaba la segunda posición en su liga, la segunda competición de Castilla y León. «No han cumplido las directrices que les habíamos dado. No me refiero a hacerles las alineaciones o la convocatoria sino a cómo hay que comportarse en este club. Lo importante son las chicas y no se puede humillarlas. No te las puedes llevar de diez de la mañana a diez de la noche a jugar un partido y que no salgan ni un minuto, no las puedes sacar en el minuto 89, no puedes tener a una jugadora que la convocaste para el primer partido, la diste un minuto y no la has vuelto a convocar», ha justificado el presidente del Quintanar, Alberto Barrero.

El cuerpo técnico y las jugadoras que se han rebelado consideran que no es motivo suficiente para su cese, pero no especifican cuáles creen que han sido las razones. En el escrito que han firmado piden que Barrero rectifique sus declaraciones respecto a que el cuerpo técnico humillaba a las jugadoras, que lo readmita y que el club nombre a una persona que haga de enlace entre el club y este equipo.

«Si no llega a ser por este hombre, ninguna recibimos nada de lo que nos habían prometido», afirma la futbolista Mari Carmen González en referencia a José Pedro Martín Durán, padre de una de las jugadoras y, según asevera él mismo, responsable de todos los fichajes de la plantilla: «He dotado al club económicamente y he facilitado que vinieran muchos spónsors». Sin embargo, el presidente del Quintanar indica que la gran mayoría del presupuesto del equipo femenino ha salido de las arcas del club, de las que añade que se encuentran saneadas: «Tenemos las espaldas cubiertas para dos o tres temporadas».

Más incierto parece el futuro de su primer equipo femenino. Sin las 14 futbolistas que están dispuestas a marcharse, el club tendría que recurrir a su filial -que milita en la liga provincial- y este podría verse abocado a retirarse de su competición. «Con voluntad por todas las partes yo creo que se podría sacar adelante. No creo que la Federación quiera que desaparezca otro equipo», desliza Barrero en alusión al Monteresma, que el pasado mes de septiembre retiró a su primer equipo y en consecuencia se llevó por delante al filial por cuestiones de reglamentación.

La situación del Quintanar vive una calma tensa. Con la competición interrumpida por las vacaciones navideñas, las dos partes en conflicto disponen de unos días para continuar jugando sus cartas, aunque el acuerdo parece lejano. La junta directiva no piensa aceptar las condiciones planteadas por las jugadoras y al menos un grupo de estas se encuentran dispuestas a quedarse sin jugar lo que resta de temporada para defender al que ha sido su cuerpo técnico, que tampoco entiende lo ocurrido. «He hecho mi trabajo, que es entrenar a las chicas y conseguir los resultados que me marcaron al principio. Como mejor me han enseñado. Estoy bastante jodido porque haya dicho que humillo a las jugadoras. He hecho mi trabajo como entrenador», argumenta el técnico Iván Benavides.