Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Las cosas del comer

14/06/2023

Mientras continúa el proceso postelectoral del 28-M y las negociaciones para cerrar acuerdos de gobierno en autonomías y ayuntamientos y los partidos encajan a calzador los candidatos que concurrirán a las generales el 23-J, conviene recordar que la vida cotidiana (la real) tiene otra cara de la moneda. Diríase que el anverso la esculpe sutilmente la actualidad política con su imagen embaucadora, a veces maquillada, de entretelas políticas y rencillas palaciegas, y el reverso la dibuja con afilada punta una ecuación sencilla y compleja a la vez: qué ingresos tenemos para afrontar los innumerables gastos diarios y cómo nos afectan los errores y aciertos de los gestores públicos en el devenir de nuestros respectivos hogares.

Los datos del INE acaban de confirmar cierto alivio para la economía de los ciudadanos, ya que el Índice de Precios al Consumo (IPC) del mes pasado se moderó hasta el 3,2% interanual, su registro más bajo desde julio de 2021 (en Castilla y León es del 4%). La tasa anual de la inflación subyacente sigue en 6,1%, aunque ha mejorado unas décimas. Los precios se ralentizaron fundamentalmente gracias al abaratamiento de la electricidad y de los carburantes, que registraron importantes caídas el mes pasado.

Sin embargo, el coste de los alimentos todavía se mantiene en unos niveles muy elevados, pues registran cuotas del 12% de incremento medio. Los precios de la cesta de la compra y de la hipoteca, fundamentalmente, no amainan y esto sí que es motivo de preocupación para la mayoría de la sociedad. Ciertamente, en la calle, salvo en productos concretos, no se percibe que los precios experimenten moderación alguna. La inflación recorta el consumo de carne, pescado, frutas y verduras y, por tanto, seguimos sin incluir en la cesta de la compra artículos de primera necesidad. Hay que recordar que España es uno de los países más expuestos a la inflación de los alimentos en la eurozona, porque nuestro gasto en comida es mayor, según coinciden los informes publicados.

Por ello, para muchos ciudadanos que, curiosamente, no suelen salir en portadas ni en aperturas de telediario, la preocupación estival no es si se trastocan sus planes vacacionales por la constitución de las mesas electorales, sino que lo que les quita el sueño es salvaguardar las cosas del comer, cuestiones elementales con las que no se juega, ni mucho menos se resuelven echando una simple moneda al aire.