La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha dado por inaugurada este sábado Conferencia sobre Desarrollo y Migración en Roma y que cuenta con la presencia entre otros de los jefes de Estado y de Gobierno de Túnez, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Libia o Líbano.
La conferencia estará centrada en el fortalecimiento de las políticas de seguridad frente a las operaciones de tráfico de personas en el Mediterráneo, en la última iniciativa de este tipo en la que participa Meloni, que a mediados de mes ya formó parte de una delegación europea para firmar con el presidente de Túnez, Kais Saied, un memorandum de entendimiento sustentado en la lucha contra la migración ilegal, entre otros ámbitos.
"Lo que hoy inauguramos es un diálogo entre iguales baso en el respeto mutuo. Europa no puede mantener una relación conflictiva con el resto de países del Mediterráneo porque nuestros intereses, en realidad, están mucho más próximos de lo que nos atrevemos a reconocer", ha hecho saber durante su discurso inicial, recogido por 'La Repubblica'.
En su comparecencia inicial, Meloni ha reiterado una vez más que las operaciones en el Mediterráneo deben ir dirigidas contra las "organizaciones criminales que usan su fuerza contra los estados" y son "un eslabón más" de una cadena de "migración ilegal que hace daño a todo el mundo".
Así pues "nuestra prioridad debe ser la de fortalecer nuestra cooperación judicial y policial, así como la de las diferentes estructuras de Inteligencia" en una iniciativa que destacó como parte de una estrategia más amplia que denominó como "Proceso de Roma". "Espero que sea la primera de muchas", zanjó.
El Gobierno italiano de ultraderecha es objeto de críticas por parte de ONG internacionales, que acusan a Meloni de abanderar una política que acaba castigando en último término a los migrantes al dificultar las operaciones de salvamento en el Mediterráneo, e ignora las penurias y abusos que padecen en los mismos países con los que firma acuerdos, caso de Túnez o Libia.
Terminar con el "cinismo" del tráfico de personas
En su turno de palabra, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha llamado al fin del "cínico modelo comercial de los traficantes" y a la "prevención de la explotación del sufrimiento humano".
Por ello la presidenta de la Comisión ha defendido a lo largo de este encuentro la "creación de alianzas" contra el tráfico de personas y reforzar así "la cooperación policial y judicial" entre los dos extremos del Mediterráneo.
"Juntos podemos gestionar mejor la migración, bien para garantizar la protección de los necesitados en los países de tránsito o de destino, cooperar en el retorno de aquellos que no tienen derecho a permanecer y apoyar su reintegración", ha indicado.
Libia y Túnez no quieren ser escalas de la inmigración
Por la parte de los países norteafricanos, el primer ministro libio, Abdulhamid Dbeibé y el presidente tunecino, Kais Saied, han lanzado el mismo mensaje contra el uso de sus países como escalas de la migración hacia Europa y rechazado al unísono cualquier opción para convertirlos en centros de alojamiento.
"Nuestro gobierno va a rechazar cualquier propuesta para asentar inmigrantes en Libia", ha asegurado el primer ministro del Gobierno de Trípoli, antes de pedir "una asociación equilibrada con la Comisión de la Unión Europea" para abordar la crisis migratoria", según declaraciones recogidas por el portal Libya Update.
"Queremos una solución radical a la migración irregular y la repatriación de inmigrantes en cooperación con la Unión Europea", ha añadido, porque "Libia no puede lidiar sola con la cuestión migratorio, y el mundo debe tomar una postura seria para encontrar una solución a esta crisis".
Saied, por su parte, ha llamado a poner fin al "fenómeno inhumano" que es la migración clandestina, antes de recordar que su país no puede ser "guardián de las fronteras de otros países". "La resolución del problema de la migración irregular nunca será a costa de Túnez", ha indicado, antes de abogar por una "solución humana y colectiva" a la crisis migratoria.