Castrillo, el precursor de la radio cercana

M.Galindo
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El periodista segoviano fallecido esta semana fue azote de políticos e instituciones al abrir a la sociedad los micrófonos de Radio Segovia

José Castrillo - Foto: DS

"Le daba a diestro y siniestro". Antonio García Rivilla, uno de los 'históricos' de Radio Segovia, recuerda la imponente figura de Pepe Castillo llegando a la emisora para abrir el micrófono a temprana hora de la mañana y comenzar a contar las 'Cosas de Segovia' que daban título al programa que durante los últimos años del franquismo y los primeros de la democracia insuflaban aire fresco a un modelo radiofónico basado en las peticiones del oyente y el 'parte' con las noticias de Radio Nacional.

José Castrillo Bernal, que falleció esta semana a los 78 años, fue un renovador de la radio, tal y como le han considerado a lo largo de una carrera de más de cuatro décadas quienes compartieron experiencias con un maestro que supo amalgamar las virtudes de la radio clásica con las exigencias de una sociedad que comenzaba a exigir un mayor compromiso de los medios de comunicación. Su  llegada a la radio en la década de los 60 del pasado siglo fue - como era en aquella época- fruto de la casualidad, donde ya colaboraba como periodista deportivo recogiendo datos de competiciones deportivas que después leía ante el micrófono el recordado Pablo Pastor.

En una ocasión, Pastor no pudo presentarse en la emisora y Consuelo Muñoz le dió una improvisada alternativa invitándole a leer él mismo la crónica que había esbozado. A partir de ahí, su presencia en los medios fue aumentando y Castrillo tomó más responsabilidades, pero fue con el programa 'Cosas de Segovia' con el que alcanzó la absoluta notoriedad en Segovia. «El llegaba a la emisora y abría el micrófono a los oyentes que le trasladaban sus quejas o sugerencias, y no dudaba en llamar a las autoridades para planteárselas en directo o realizar comentarios muy críticos si la respuesta no era la adecuada», asegura García Rivilla.

Esta forma de hacer radio le granjeó el respeto y la consideración de los segovianos, y casi de igual manera la aversión de los poderes públicos interpelados por sus críticas, lo que le causó no pocos problemas que le llevaron incluso a sentarse en el banquillo para afrontar denuncias y demandas. Asimismo, su compromiso le llevó a implicarse directamente en proyectos políticos como la defensa de la uniprovincialidad de Segovia mientras se conformaba el mapa autonómico nacional, una controvertida decisión que no contó finalmente con el respaldo del poder político.

Castrillo tenía en el deporte otra de sus pasiones, y en el fútbol una especial devoción. Fue delegado provincial de Fútbol y representante en la provincia del Consejo Superior de Deportes, y se preocupó especialmente por dotar a Segovia de un nuevo estadio de fútbol que reemplazara al entrañable campo de El Peñascal, haciendo posible la construcción del estadio de La Albuera y consiguiendo que la selección nacional de Austria lo eligiera como lugar de entrenamiento durante su participación en el Mundial de Fútbol de España en 1982. En su corazón, siempre la Gimnástica Segoviana, con la que colaboró durante años en el plano deportivo en distintas etapas.

Marcado por un fuerte carácter que era defecto y virtud,  siempre entendió la radio como servicio público, tal y como demostró en la catástrofe de San Rafael que en junio de 1969 causó cerca de medio centenar de muertos por el derrumbe de una sala de convenciones.  Su capacidad de respuesta ante la tragedia hizo que los segovianos conocieran de primera mano la noticia y pudieran canalizar la ayuda necesaria a las víctimas, con la radio como mascarón de proa donde agarrarse.

La muerte de Castrillo corrobora 2023 como un año triste para el periodismo segoviano, que en poco más de un mes ha perdido a tres figuras fundamentales para entender la historia de este oficio en la provincia, como fueron Aurelio Martín, Pablo Pastor y el maestro del periodismo radiofónico.