Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Un tiempo nuevo

24/07/2023

Quiero llamarlo así, porque haya sido el que haya sido el resultado de las elecciones de ayer, que obviamente no lo sé cuando escribo estas líneas, necesitamos un nuevo tiempo. Haya ganado quien haya ganado, sean cuáles sean las opciones de gobernabilidad que se abran, y gusten más o gusten menos a unos y a otros, como es lógico y natural, lo necesitamos.

Necesitamos ante todo que el resultado sea aceptado como legítimo por todos y superar, con esa aceptación, el clima de campaña electoral permanente en que hemos vivido demasiado tiempo y con demasiada intensidad. Y recuperar los niveles de respeto en la diversidad plural de una sociedad moderna y democrática. Y el ambiente de convivencia y de tolerancia saludable entre diferentes. Y la convicción de que hay, y debe haber, objetivos comunes, que están por encima del interés particular o partidario, pero que se pueden alcanzar con altura de miras y un poco de generosidad.

Yo creo que todos hemos tenido la sensación en muchas ocasiones de que la sociedad, y las relaciones personales que en ella se desarrollan, han estado sometidos a una carga excesiva de actitudes radicales, sectarias e intransigentes, que con frecuencia se generan en las alturas políticas pero que luego van descendiendo, corregidas y aumentadas, hasta ámbitos más inmediatos, con la impagable colaboración de muchas comparecencias en las redes sociales, que, siendo un instrumento tan útil para la comunicación, se convierten con frecuencia en el cauce más propicio para la agresividad.

Así que este "día después" debería tener también, además del significado político que corresponde a la resaca postelectoral, siempre tan desigual para unos y otros, un cierto sentido de aspiración común para todos, sea cual sea su grado de satisfacción o de disgusto en el día de hoy. Y esa aspiración común, ojalá que absolutamente mayoritaria, podría ser la de aceptar como valor compartido que debe abrirse un espacio para el diálogo multilateral, compatible con lo que unos y otros puedan y quieran negociar si tienen posibilidad de dar estabilidad a una opción legítima de gobierno coherente. Con esto, de momento, sería suficiente.

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