De Becerril de Campos a las estrellas

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De Becerril de Campos a las estrellas - Foto: Efe

El inmenso patrimonio histórico y artístico de Castilla y León nos ha ayudado a asumir que buena parte no ha podido llegar a nuestros días. De la misma forma ya estamos familiarizados con proyectos de reconstrucción que permiten no sólo recuperar algunos monumentos, sino conferirles un uso incluso muy diferente al que tenían en su origen.

Lo que ya no es tan fácil de esperar es que una antigua iglesia, en gran parte derruida, se convierta en un dinámico centro astronómico como ha ocurrido en Becerril de Campos (Palencia), a escasos kilómetros de la capital. La portada románica del siglo XII que vemos nada más llegar ya indica lo que nos vamos a encontrar en el interior: la dualidad entre una obra histórico-artística puesta en valor y un mundo por descubrir, el del universo.

Esa misma sensación se acentúa al entrar. Su arquitectura y los elementos recuperados nos recuerdan que accedemos a un templo, y además con mucha historia. Una pila bautismal, varias lápidas y un fragmento de alfarje (techumbre de madera ornamentada de estilo mudéjar) son pequeñas joyas de entre los siglos XII y XVIII que nos muestran el paso de la iglesia de San Pedro por los diferentes estilos arquitectónicos y culturales. Al mismo tiempo, las bóvedas y la iluminación nos trasladan en seguida al mundo de las estrellas.

Mirando al techo podemos disfrutar del cielo estrellado que veríamos el 29 de junio, el día de San Pedro, con todas sus constelaciones. Volvemos la vista al suelo para tratar de entender lo que pasa en el universo. Lo primero que nos llama la atención, en el ábside, es el péndulo de Foucault, de 15 metros de altura, que nos recuerda que lo que realmente se mueve es la Tierra, aunque no lo percibamos.

En mitad de la iglesia una línea meridiana la cruza de lado a lado e incluso sigue marcada en el exterior; nos indica el norte y el sur, además de otras muchas cosas a modo de calendario gracias al estenope, un agujerito en una ventana por donde entra un pequeño rayo de sol. El reflejo de la luz en la línea nos permite saber cuándo es el mediodía solar y la época del año en la que estamos. Pero San Pedro Cultural se concibió como un centro en evolución, de forma que se van incorporando elementos. Uno de ellos es un analema solar que aprovecha el estenope para marcarnos la curva en forma de 8 que traza el sol a lo largo del año.

Agencia espacial

Otros de esos elementos están más relacionados con la mano del hombre. Se trata de piezas donadas por la Agencia Espacial Europea (ESA) por mediación de un palentino, César García Marirrodriga, que dirige algunos de sus proyectos. Sin duda, la pieza más llamativa es el prototipo a escala real del satélite 'Solar Orbiter', que entre 2020 y 2029 está estudiando el sol a corta distancia.

También encontramos un 'electrode housing', un cubo que se utiliza en sondas espaciales para captar las llamadas ondas gravitacionales, que nos ofrecen información de las estrellas antes de que se puedan ver.

Espacio dinámico

San Pedro Cultural pretende ser un espacio polivalente: conciertos, conferencias, exposiciones temporales e incluso bodas han tenido cabida en él, actividades culturales y sociales que complementan su ya atractiva oferta. Unir patrimonio, historia, cultura y astronomía fue idea de uno de los arquitectos del proyecto, Carlos del Olmo, que a su vez es miembro de la Asociación Astronómica de Palencia.

Con ello se consiguió devolver al edificio uno de los objetivos con los que en su día se construyó: profundizar en el sentido de la vida. Es algo que queda reflejado en un detalle, fruto quizás de la casualidad…

Durante las obras de rehabilitación aparecieron algunas pinturas tapadas por los yesos de las paredes; en una de ellas, en un nicho, se pueden observar estrellas medievales de ocho puntas.

Los responsables del proyecto no lo dudaron y practicaron otro estenope para que ilumine el nicho de las estrellas. Pero eso sólo pasa una vez al año, cada 21 de diciembre a las 17 horas.