La asamblea de la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado de Segovia (AVRAS) ha elegido nueva junta directiva que preside Clemente Oria, acompañado en la Secretaría por Patricia de Blas, con Pilar García Arroyo como tesorera y los vocales José Cámara e Irene Rozas.
El hasta ahora portavoz de la gestora que durante más de cinco años ha dirigido AVRAS, Pedro Montarelo, ha comentado que la asamblea contó con escasa asistencia, como es habitual en convocatorias similares del movimiento vecinal, por lo que la nueva directiva ha acordado celebrar otra en unas semanas para dar a conocer a los residentes de este barrio del casco histórico de la ciudad, entre otras cuestiones, una hoja informativa donde la gestora ha recogido un diagnóstico de los principales problemas que soportan los vecinos, así como propuestas que fueron trasladadas a todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento durante la pasada campaña de las municipales.
En este sentido, tanto Oria, que ya fue presidente de AVRAS con anterioridad, como Montarelo, comentan que la función reivindicativa será similar, en la línea de mejorar la calidad de vida de los residentes una vez logrado el objetivo de ser reconocido barrio de la ciudad y no solo lugar turístico y de ocio.
Montarelo ha insistido en ese reconocimiento como barrio «porque nos permite muy fácilmente comparar dotaciones y servicios». De hecho, como anécdota, comenta que la asamblea se tuvo que celebrar alquilando un espacio privado.
Sobre el trabajo realizado desde la asociación de vecinos en esta última etapa, destaca el impulso para la creación de una plataforma vecinal contra el ruido, especialmente el nocturno, pero no solo por los pisos de estudiantes; también comportamientos más generalizados como gritos y voces a horas intempestivas, en ocasiones cuando cierran los locales de hostelería, por los camiones de recogida de residuos o los altavoces de grupos de turistas.
En el ámbito de la movilidad, la asociación mantiene una actitud colaboradora, por ejemplo para reducir la entrada de vehículos al barrio; eso sí, con un plan de prioridades que tenga en cuenta las necesidades de vecinos y sus familiares.
La gestora saliente considera que el parking del Salón no beneficia al Recinto Amurallado y se muestra partidaria de un aparcamiento en el Velódromo complementado con escaleras mecánicas o un remonte mecánico.