El Palencia Cristo Atlético B tuvo que ceder unos guantes al portero y unas botas a uno de los jugadores. El CD La Granja había llegado al campo de El Otero, en Palencia, con solo siete jugadores y con la certeza de que se enfrentaba a uno de los episodios más esperpénticos de su historia. El apuro sobre el terreno de juego duró poco porque a los dos minutos, ya con 1-0 en contra en el marcador, se lesionó Alberto y el árbitro suspendió el partido ya que con seis jugadores no podía continuar. Sin embargo, la agonía todavía se prolongará tres jornadas más.

Son las que le quedan por disputar al conjunto granjeño –ya descendido a Provincial– para poner fin a una temporada que ha confirmado la caída libre en la que se encuentra el club en los últimos años. Sin cantera y fuera de la Tercera División, en la que se logró consolidar este siglo hasta el punto de estar un curso a punto de jugar la fase de ascenso a Segunda División B, se encamina a un horizonte lleno de nubarrones. «Si el problema soy, me echo a un lado», ha dicho esta semana su presidente, Javier Montero, que sin embargo aún no ha anunciado la convocatoria de una asamblea de socios para abordar el futuro y presente de la entidad. Tampoco consta que haya nadie dispuesto a hacerse cargo. La crisis del CD La Granja se ha acentuado al mismo ritmo que el otro club de fútbol del municipio, el Real Sitio CF, ha ganado adeptos.

«Las culpas de lo que ha pasado esta temporada están repartidas al cincuenta por ciento entre los jugadores y el resto de estamentos del club», apunta Alberto Terleira, uno de los veteranos de la plantilla. Esta ha estado toda la temporada sin preparador físico y la termina también sin entrenador. El que la empezó, Juan Folgado, se marchó al Unami en noviembre y su sustituto, Javier Jadraque, dimitió hace un mes. «No tengo ni idea de por qué se ha ido, pero es verdad que iba a entrenador y solo estábamos ocho o diez jugadores. ¿Para que iba a seguir pudiendo estar en su casa?, apunta Terleira, que admite la falta de compromiso de parte de la plantilla: «Empezamos la temporada con 21 fichas y hay ocho que se han ido. Por muy mal que pueda estar  haciendo las cosas el club, si te has comprometido hay que terminar la temporada. Yo trabajo los sábados y, cuando termino, me voy a donde esté mi equipo a pesar de que mi mujer está embarazada». Cebrereña y Turégano en casa y Racing Lermeño a domicilio examinarán estas próximas semanas si el CD La Granja consigue terminar la temporada con dignidad.