"Creo que estoy en uno de los mejores momentos de mi carrera"

Nacho Sáez
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La actriz y productora teatral segoviana vuelve este sábado al teatro Juan Bravo como protagonista de 'Nevenka', una obra que cuenta el caso de la exconcejala que denunció hace veinte años el acoso al que la sometía su jefe y alcalde.

La actriz y productora segoviana Gema Matarranz, en una de las escenas de la obra de teatro Nevenka. - Foto: Histrión Teatro

La actriz segoviana Gema Matarranz (Cantimpalos, 7 de julio de 1963) se vuelve a subir este sábado al escenario del teatro Juan Bravo. Asegura que sin más nervios de los habituales a pesar del reencuentro con su tierra. Vive en Granada, donde fundó y tiene hace más de treinta años la compañía Histrión Teatro, habitual en la programación de los principales teatros españoles.
En esta ocasión Matarranz protagoniza 'Nevenka', que cuenta el caso de la concejala de Ponferrada que denunció al alcalde de ese municipio y que ganó la batalla judicial pero perdió el juicio popular. «Está claro que sirvió. Que a lo mejor no tanto como nos hubiera gustado, pues es posible», señala Matarranz, que estudió para ser delineante de obras y, aunque de manera tardía, acabó como actriz y productora de éxito. En 2013 fue elegida mejor intérprete femenina del teatro andaluz y en 2015 estuvo nominada a los Premios Max.

¿Se pone más nerviosa cuando va a actuar en Segovia?
No, no me pone más nerviosa. Para mí, es una fiesta. Segovia es mi casa y estoy rodeada de mi gente y en mi súper teatro, como yo le llamo al Juan Bravo. Yo soy de Cantimpalos, aunque ahora voy más a Cabañas de Polendos.

¿Cuál es el sentimiento? ¿Orgullo por actuar en casa, nostalgia por estar de paso o tristeza por no haber podido desarrollar más tu carrera teatral en Segovia?

Ninguno de los tres. Lo que me gusta es que Segovia y mi gente vean lo que lo que hacemos. Somos una compañía que ya vamos a hacer treinta años. He estado aquí en Granada, pero una vez que empezamos a ir a actuar a Segovia no hemos dejado de ir. La confianza del teatro Juan Bravo es a tope. Vale, vamos a llamarlo orgullo. Me encanta. Es que no sé cuál sería la palabra, pero no hay tristeza. Se puede hacer todo ahora mismo. Puedo vivir en Granada y estar en Segovia. De hecho, con mi pareja tengo una casa en Cabañas de Polendos y subo y bajo constantemente, así que genial.

¿Se siente reconocida por su tierra?

Sí, claro que sí. Por mis amigos, por supuesto.

¿Y por los demás?

Por los demás… Supongo que cuando se ven los trabajos te gusta o no te gusta. De momento todo lo que hemos subido y se ha puesto en el Juan Bravo ha sido un aplauso unánime, así que estoy feliz.

¿Cómo ve a Segovia desde fuera desde el punto de vista cultural?

No sabría decir. Yo creo que se mueve. Yo creo que hay una programación estable desde hace bastante tiempo independientemente de los gustos de cada uno. Eso es muy particular. Pero yo veo que es una ciudad que culturalmente se mueve. Es una ciudad turística y la cultura siempre está ahí. Después de este fin de semana que actuamos nosotros viene Titirimundi y no para y están las 'noches blancas'…

Segovia ha hecho de la cultura su bandera a lo largo de los últimos años. ¿Qué terrenos cree que le queda por explorar?

No lo sé, no me he puesto yo a pensar eso de Segovia, la verdad. Voy pensando en 'Nevenka' y en lo que llevamos. No vivo allí. Eso creo que lo explica mejor alguien que esté viviendo allí en Segovia. Yo, cuando voy a Segovia, la disfruto y la quiero.

¿Y a Gema Matarranz qué terrenos le quedan por explorar?

Muchísimos, todo lo que me queda de vida y de estar en las tablas. Todo lo que vaya viniendo. Siempre digo que el mejor espectáculo que voy a hacer es el siguiente, el que venga después.

¿Qué momento atraviesa usted en particular y su compañía, Histrión Teatro, en general?

En general son momentos delicados. Vienen elecciones… Cuando hay elecciones ya se sabe que todo funciona de una forma diferente. No es que esté parado, pero funciona de una manera diferente. Además, parece que en la cultura y más en las artes escénicas estamos siempre como en la cuerda floja. Esto es un pico y pala, como dice mi compañera y socia, Nines Carrascal. Esto es pico y pala y cada día labrarte lo que va a venir al día siguiente. Y menos mal que hay ciertos teatros, como el Juan Bravo y muchos más, que ya tienen confianza en compañías de largo recorrido como la mía y que nos permiten, cuando estrenamos algo, tener la confianza de dar por hecho que va a estar bien y nos programa. Respecto a mí personalmente siempre digo que estoy en el mejor momento. Cuando no lo esté, será cuando diga otra cosa. Ahora me siento fuerte, con ganas y me gusta muchímo mi trabajo. Me gusta el escenario, me gusta el teatro social, que es lo que llevamos, 'Nevenka', y creo que estoy en uno de mis mejores momentos.

Además, desde hace poco cuentan con un Estatuto del Artista aprobado por el Gobierno.

Pues sí, por fin. Después de todo lo que se ha pasado durante la pandemia y de todas las cosas que se han ido viviendo, queda mucho terreno todavía por perfilar porque hay muchos flecos. Pero espero que poquito a poco… Sobre todo que no haya pausa porque se hace muy largo ya no tener las condiciones que deberíamos tener.

Leía anoche en una entrevista a Ernesto Alterio que solo el diez por ciento de los actores pueden vivir de este trabajo.

Y lo dice una persona absolutamente privilegiada. Nosotros estamos en otra liga completamente diferente, muy complicada, muy difícil y evidentemente, según está planteado ahora, vivir del teatro está muy delicado.

También decía Ernesto Alterio en esa entrevista que los actores jóvenes se meten ahora a actores llevados más por ser famosos que por la pasión.

Pues no lo sé. Partiendo de la educación, a partir de ahí… También tienen mucho que ver los medios de comunicación en cuanto a lo que se le da más importancia, a lo que se le da prioridad en redes… Creo que es un conjunto, aislarlo no dice mucho. Pero sí, es posible que ahora la mayoría de los jóvenes quieran simplemente ser famosos y no librarse una carrera, que no tiene nada que ver con el escenario. Pero ya digo que no hay que aislarlo. Depende de todos, incluidos los medios de comunicación.

Mira hacia atrás y ¿qué balance hace de su carrera?

Miro hacia atrás y el balance de mi carrera es muy bueno. Así como lo digo. Hemos trabajado mucho y hemos apostado siempre por un teatro de verdad, por un teatro comprometido, con textos, con directores, con equipos, con autores, con gente trabajando a todos los niveles, desde la oficina… Todo el equipo que rodea a mi compañía es comprometido y es profesional, y eso es lo que nos ha avalado durante estos treinta años.

¿Tiene clavada la espina de no haber ganado un Premio Max, por ejemplo?

No. No sé si tengo trece, catorce o quince premios y no tengo la espina de ninguno no ganado. Los premios son maravillosos y sientan fenomenal, pero a mí me sienta mejor tener trabajo constantemente, como estoy teniendo. Pero no tengo ninguna espina, ni muchísimo menos. Si el sábado conseguimos levantar al público en Segovia, fíjate el premio que yo me traigo a Granada. Bueno, a Granada no, que luego nos vamos a actuar a Soria y a Vitoria del tirón.

¿Percibe que hay desigualdad entre hombres y mujeres en el teatro?

En el teatro y en todos los ámbitos sigue habiendo desigualdad.

Viene al teatro Juan Bravo con 'Nevenka'. ¿Se siente identificada de alguna manera con ella?

No. Identificada con lo que le pasó a Nevenka, para nada. Identificada como mujer de que las cosas hay que solucionarlas y hacerlas bien, por supuesto. Eso siempre. Si no, no hubiéramos elegido el caso de Nevenka. Pero como mujer, por lo que le pasó a ella y lo que vivo yo en mi ámbito de trabajo, no. Yo estoy muy feliz. Estoy rodeada de hombres maravillosos, pero soy absolutamente consciente de lo que pasa a todos los niveles. En el nivel laboral y en el día a día. Lo que es la palabra acoso está ahí y es impepinable.

¿La sociedad aprendió de ese caso?

Siempre se aprende algo y todo tiene consecuencias. Denuncias a alguien y tiene consecuencias, te hacen esto y denuncias y tiene consecuencias. Y claro que tuvo repercusión y claro que ha servido. Que a lo mejor no tanto como nos hubiera gustado, pues es posible.

En los últimos Premios Feroz se denunciaron dos presuntas agresiones sexuales por parte de un productor. ¿Existen relaciones de poder en el mundo del espectáculo?

Siempre existen las relaciones de poder. Mientras haya poder y haya desigualdad, existen. En nuestro ámbito y en cualquier ámbito. Supongo que en el de usted también.

¿Cómo han plasmado el 'caso Nevenka' en el teatro?

El público se va a encontrar con el texto escrito por María Goiricelaya, que también es la directora de la obra. Es un texto basado en el 'caso Nevenka' en el que aparecen datos documentados y absolutamente fechados y otros ficcionados, que son los que se utilizan para contar la historia de una forma determinada para que el espectador pueda entender un poco más la situación en la que estaba Nevenka. La rodeamos de personajes que hacen Marta Megías, que es mi compañera en el escenario, y Álex Furundarena. Ellos hacen una serie de personajes que son la gente que rodeaba a Nevenka. En mi caso hago el personaje troncal y solamente hago Nevenka pasando por muchos años y fechas. Pero la parte ficcionada que ha elegido María es necesaria para contar el entorno y todo lo que pasó con el caso Nevenka. Luego estamos con Juan Felipe Tomatierra y Ernesto Monza, que llevan la luz y el sonido y son dos personajes más que giran alrededor nuestro. Con la luz y el ambiente sonoro vamos creando los distintos espacios de la obra. Y la escenografía es una preciosidad. Nuestro escenógrafo desde hace muchos años es segoviano, Álvaro Gómez Candela, con la colaboración de Giacomo y Fernando Vivanco, que son también segovianos. Ha sido un placer y un orgullo trabajar con ellos. Todo eso hace que la puesta en escena sea curiosa y muy cuidada.

¿Qué cree que le ha enseñado este personaje?

Me ha enseñado a reaccionar en el escenario en cuestión de segundos. Por ejemplo, pasar de tristeza y dolor a estar en un bar, a caminar de una manera determinada… Los cambios son muy rápidos y tremendos, tanto de posición física como de estado emocional. También me ha enseñado lo peligro que es lo que hablábamos antes, que se ejerza el poder, la jerarquía del poder.

¿Es de los personajes más especiales que ha interpretado?

Todavía no podría decir eso, llevamos muy poquitas funciones. Cuando llevemos más funciones, probablemente se colocará en el sitio que le corresponde. Cuando empezamos con una personaje, los actores estamos haciéndonos con el terreno en las primeras funciones, con el personaje y el conjunto de la obra. Por ejemplo, con Juana la Loca, que llevo dieciséis años, sí lo coloco en una parte de mi columna, por decirlo así. Pero a todos los tengo mucho cariño Todos los personajes que he ido haciendo tienen su sitio. ¿Ve? La jerarquía. No voy a colocar a ninguno en un sitio especial. Son míos (risas).