Ante la incertidumbre reinante en los mercados, incluido el agroalimentario, causada por las inquietantes e impredecibles decisiones de Donald Trump, España está intentando reforzar su presencia en otras lugares del globo que pueden suponer una oportunidad si las exportaciones a Estados Unidos se ven mermadas. Con esa idea, nuestro país y China han firmado dos nuevos protocolos de exportación para potenciar el mercado de las cerezas y el porcino, el principal producto español en el país asiático.
Con este nuevo paso, las cerezas producidas en huertos registrados y supervisadas desde su recolección hasta su empaquetado podrán comenzar a llegar a los consumidores chinos bajo estrictos controles fitosanitarios. Esta apertura representa una nueva oportunidad para un producto de gran valor añadido que hasta ahora no contaba con acceso a este mercado de alto potencial.
Según explica la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), la exportación de frutas y hortalizas con origen España a China requiere de la negociación de protocolos bilaterales en los que se recogen los requisitos fitosanitarios que es necesario cumplir para poder exportar a este país. En este sentido, ahora los exportadores interesados tendrán que inscribirse en un registro especial que habilitará próximamente el Ministerio de Agricultura y se deberá pasar también una auditoría de cumplimiento. Actualmente, el mercado chino se encuentra abierto para exportar desde España fruta de hueso (melocotón, ciruela y nectarina), uvas, cítricos, caqui y almendras.
Para FEPEX, la firma del protocolo de exportación de cereza española a China abrirá nuevas posibilidades de exportación a esta fruta, cuyo cultivo ha tenido un importante desarrollo y que tiene entre sus principales objetivos la diversificación de destinos. La exportación de cereza de España en 2024 se situó en 39.968 toneladas, de las que 33.440 se dirigieron a la UE y 6.528 toneladas tuvieron a terceros países como destino, siendo Reino Unido el primer mercado extracomunitario, con 5.725 toneladas, seguido por Sudáfrica y Hong Kong con alrededor de 100 toneladas cada uno.
Impulso.
En paralelo, se ha ampliado la lista de productos derivados del cerdo autorizados para su exportación a China, lo que supone un impulso relevante para un sector que ya lidera las ventas agroalimentarias españolas al gigante asiático. Solo en 2024, las exportaciones de porcino superaron los 571 millones de euros, aunque el sector arrastra una tendencia a la baja desde hace varios años debido a la recuperación de las granjas chinas tras una potente afección por peste porcina en todo el país.
Ambos protocolos -con vigencia de cinco años en el caso del porcino y de tres para las cerezas- refuerzan la relación comercial entre ambos países, que desde 2018 han suscrito ya una decena de acuerdos sobre requisitos sanitarios y fitosanitarios para productos como la almendra, el caqui, la avena forrajera o los alimentos para mascotas. China representa actualmente el 2,5 % del total de las exportaciones agroalimentarias españolas y se mantiene como un mercado estratégico por volumen, valor y crecimiento potencial. En 2024 las ventas alcanzaron los 1.864 millones de euros, generando un saldo positivo de 253 millones en la balanza comercial. De hecho, es el noveno mercado en valor para España y tercero no comunitario tras Reino Unido y Estados Unidos.
Colaboración con Vietnam.
En el mismo viaje en el que se han firmado los protocolos de exportación con China, el ministro de Agricultura, Luis Planas, y el viceministro de Agricultura y Medio Ambiente de Vietnam, Nguyen Hoang Hiep, han firmado en Hanoi -la capital vietnamita- un memorando de colaboración en materia de calidad y seguridad alimentaria que, además de reforzar la cooperación entre ambos países, debe sentar las bases para abrir el intercambio comercial. El ministro Planas ha señalado que «existe un amplio margen para incrementar los intercambios entre ambos países» y se ha mostrado confiado en que el memorando, que tiene una duración de tres años, «marcará un hito en la colaboración bilateral en seguridad y calidad alimentaria, sanidad animal y vegetal y en el ámbito de la pesca».