Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Vacaciones de verano

08/09/2023

No van las cosas bien en la Iglesia Católica. En dos mil años ha tenido algunos siglos convulsos, ya fuese para la institución o para los creyentes. El martirio tenía el glamour de lo auténtico, pero se ha descendido a la tibia irrelevancia.

Basta con ir a una misa, levantar la vista, escuchar al sacerdote y asumes que en 20 años (soy optimista) el panorama va a ser desolador. La libertad tiene estas cosas. La Fe es un acto individual, una relación personal con Dios, una flor que hay que cuidar o se muere. Así puesto suena poético, pero no conozco a ningún fiel que no haya sufrido por sus pecados o sus dudas. Después están los santos, pero aman tanto a Dios y le corresponden de tal manera que prefiero no leer una biografía de alguno; acabas hundido.

Seguro que hay muchas causas para haber llegado a este punto, pero se intuye que muchos de los que se han alejado de su fe, no tenían una vida sacramental fluida. Confiar en las propias fuerzas en esta travesía es un ejercicio temerario y suele acabar en fracaso. Los intelectuales ateos o agnósticos despliegan un arsenal ruidoso, pero solo demuestran una convicción en sus ideas superior a la de los católicos; circunstancia meritoria desde luego pero no suficiente.

La inmensa mayoría no se aleja de la moral católica por una reflexión intelectual, sino por una vital y más humana, la desesperanza. Cada vez más individuos consideran utópica su moral, los preceptos y confunden sus fallos con el valor de dichos principios. El pecado no es un acto de incoherencia sino de debilidad; solo requiere de humildad para rectificarlo y arrepentirse.

Muchos sacerdotes, asustados por la reducción salvaje del rebaño y de las vocaciones, creen que la iglesia se ha quedado atascada en el pasado y necesita modernizar el mensaje. Comprendo su miedo, pero rechazo su soberbia. Es difícil saber si estamos ante una crisis moral o de fe, pero sin Él fracasaremos. La popularidad mediática no es el objetivo.

Sin una visión sobrenatural esta vida es brutal y si tienes mala suerte, casi es preferible no vivirla. Este es un pensamiento entendible, pero no cristiano. No tenemos la capacidad para comprenderle a Él, pero deberíamos hacer más por escucharle. Vienen tiempos complejos y la comunidad va a sufrir. No perdamos la esperanza, porque lo importante es que espera Dios de nosotros. Recomiendo leer a Jaime Balmes.