Alegría en el CIDE (o CAT)

David Aso
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La ministra realizó la presentación del proyecto de centro nacional de FP que se esperaba desde noviembre de 2021 y propició la primera visita de prensa en ocho años al edificio CIDE o del CAT, pendiente de remates y muebles

La ministra Alegría, junto a la alcaldesa, Clara Martín, y la secretaria general de FP, Clara Sanz (segunda por la derecha), entre concejales y otros asistentes a la visita que se realizó al CIDE. - Foto: Rosa Blanco

El Centro Nacional de Innovación, Tecnificación y Alto Rendimiento de Formación Profesional, ahora ya bautizado (¿definitivamente?) como CITAR (sin FP), sigue siendo una incógnita en muchos aspectos que no se terminará de despejar hasta que empiece a rodar de verdad. Pero al menos su nombre ya no es más largo que las explicaciones dadas por el Ministerio de Educación, después de que su titular, Pilar Alegría, hablara de él ante la prensa el pasado miércoles en Segovia, a sólo cinco días del decreto de convocatoria de elecciones (28 de mayo) que impide inauguraciones y actos similares. Presentó el proyecto por primera vez, después de que Pedro Sánchez anunciara su asignación a la ciudad en noviembre de 2021, si bien ese día estaba en el papel de secretario general del PSOE, durante un congreso regional del PSCyL; igual que la ministra un mes después, sólo que entonces era el congreso provincial socialista de Segovia, y en su discurso se limitó a decir «lo vamos a hacer, y lo haremos bien».

El pasado miércoles, sin embargo, Alegría destacó que el Ministerio de Educación trabaja en el CITAR «desde hace meses» en coordinación con el Ayuntamiento de Segovia, dado que ocupará casi 2.000 de los 8.500 metros cuadrados del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial (CIDE), más conocido como el edificio del CAT. Entre líneas confirmó lo evidente: que no estará listo en mayo, a pesar de que así se llegaba a asegurar desde el Gobierno local el pasado diciembre. Pero la ministra anunció que empezarán a abordar «licitaciones» y «adecentar» espacios en cuanto se certifique el fin de obra del CIDE, todo un hito que la alcaldesa, Clara Martín, afirmó que se producirá antes de que acabe mayo, con las elecciones el día 28 de ese mes. 

La previsión de fin de obra se antoja cuando menos apurada si se tiene en cuenta que el plazo de ejecución del último lote de trabajos no expira hasta la tercera semana de mayo, y que después tocará terminar de repasar el inmueble a conciencia para certificar su recepción, pasados doce años desde el inicio de unas obras que, cuando arrancaron a mediados de 2011, se esperaba que durasen 15 meses. A continuación tocará además amueblarlo, lo cual se prevé que lleve otros dos meses; y en paralelo, definir el reparto de espacios que ocuparán las empresas que puedan estar interesadas en ubicarse allí.

La visita al CIDE coincidió con obreros trabajando en los remates del edificio.La visita al CIDE coincidió con obreros trabajando en los remates del edificio. - Foto: Rosa Blanco

Respecto al CITAR, el Ministerio dedicará todo lo que queda de año a trabajos de «adecentamiento» de espacios y procesos de licitación de equipamientos y servicios, con 2,6 millones ya consignados en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 (otra novedad que desveló Alegría el miércoles). «Y a partir de 2024 (no se aventuró a concretar si sería en el primer semestre o más tarde) comenzaremos a dar uso al espacio del CITAR», añadió, con compromiso de partidas de 2,5 millones por ejercicio y previsión de que por allí pasen un millar de docentes y personal de empresas punteras cada año, procedentes de centros de FP y también de compañías que requieran formación de trabajadores en activo. 

«El CITAR será un catalizador de innovación, especialmente tecnológica. Trabajaremos con empresas punteras, centros de educación, centros de formación, para adelantarnos a las propias necesidades que el sector está demandando con la FP, y dará respuesta a la innovación metodológica, la que atiende a los profesores y el ámbito de empresas», describió Alegría. «Se va a trabajar toda la innovación metodológica desde el punto de vista tecnológico que van a impartir los docentes». 

Por otro lado, bien pudo dejar dudas la ministra al apuntar que la plantilla estructural del centro la integrarán sólo «unas diez personas». «Pero les garantizo que la potencialidad no es tanto el número de personas sino las posibilidades que daremos al tejido productivo no sólo de aquí, sino del resto de España, porque en este espacio se reunirán empresas punteras del ámbito no sólo nacional, sino internacional», subrayó.

El último lote de trabajos en el CIDE tiene plazo de ejecución fijado hasta la tercera semana de mayo. El último lote de trabajos en el CIDE tiene plazo de ejecución fijado hasta la tercera semana de mayo. - Foto: Rosa Blanco

VISITA AL CIDE. Tras las explicaciones de la ministra, despachadas en apenas 20 minutos de comparecencia que además hubo que compartir con preguntas hasta sobre la controvertida maternidad de Ana Obregón, llegó la primera visita con prensa que se realizaba al CIDE en ocho años. Concretamente desde que el 17 de marzo de 2015, también vísperas de precampaña, la entonces alcaldesa y candidata socialista, Clara Luquero, mostró los avances de una obra a la que le faltaba «una última vuelta de tuerca». Hoy esa frase encuentra mejor encaje, pero efectivamente aún hay que darla.

Durante la visita hubo ya más recorrido visual por las diáfanas salas del edificio que explicaciones sobre el CITAR, pero entre la comitiva estaba también la secretaria general de FP, Clara Sanz, que no deja de ser el alto cargo ministerial que más encima está de este proyecto y accedió a dar respuesta a tantas preguntas como le improvisó El Día. «Trabajaremos en innovación y en investigación aplicada a la FP en todos los sectores productivos, pero sobre todo en los más emergentes», añadió, sumando así piezas aclaratorias a un puzle que ayude a calibrar la verdadera trascendencia del proyecto.

Sobre la limitada plantilla apuntada por Alegría: «Cuando hablamos de diez personas nos referimos a las que integrarán el staff fijo», matizó Sanz. «Habrá un director que será el que prepare la planificación, personas de Secretaría, responsables de distintas áreas… Pero estas personas se limitarán a organizar, no les corresponderá la prestación del servicio y los trabajos que se hagan aquí». 

Trabajos de limpieza en el interior del edificio. Trabajos de limpieza en el interior del edificio. - Foto: Rosa Blanco

En cuanto a la reserva de uso de casi 2.000 metros cuadrados, obviamente no se debe al espacio que necesitará la decena de empleados directos, sino el que se destinará a formar e innovar: aulas cátedra y de innovación metodológica, fundamentalmente. Por ellas se supone que irán pasando docentes y personal de formación en empresas a razón de un millar por año o casi, repartidos por grupos para estancias temporales («en torno a una semana», aunque de todo habrá).

SIMULADORES, 'GEMELOS'... «La innovación metodológica consiste en poder utilizar las tecnologías para hacer formación», explicaba Sanz a El Día. «Les vamos a formar para que puedan utilizar simuladores, gemelos digitales...». Ese último concepto se refiere a modelos virtuales que reflejan con exactitud objetos físicos, procesos o sistemas que se usan para hacer simulaciones y estudiar el comportamiento de un producto digital, para después adaptar las soluciones al producto real de manera eficiente. Resumiendo, «realidad virtual y aumentada aplicada a la formación de personas, tanto de jóvenes como de trabajadores en FP». Así, con el uso de simuladores se pretende facilitar la enseñanza sobre tecnología de vanguardia que, precisamente por ser puntera, no puede estar físicamente al alcance de los centros de formación. «Se trata por tanto de que los docentes sepan utilizar simuladores o realidad virtual que permita trasladar el conocimiento de proyectos concretos a sus estudiantes», apostillaba Sanz.

«Una segunda parte (de la actividad del CITAR) tiene que ver con proyectos de innovación tecnológica que después se van a transferir a los currículos de FP», con contenidos que no sólo se idearán desde el ámbito del Ministerio, sino también por las empresas con las que se acuerde la asignación de «aulas cátedra» en las que manejarán sus propios proyectos tecnológicos. «Los 2.000 metros que necesitamos son porque esas aulas, al ser absolutamente punteras en lo tecnológico, requieren mucho espacio para poder hacer proyecciones en las paredes, ubicar los simuladores… Antes ponía el ejemplo de un coche (el del «motor eléctrico puntero»), pero podríamos hablar del motor de un avión, de cualquier cuestión del sector agroalimentario... y entonces esos espacios deben ser amplios», incidía. Básicamente, «para permitirnos una cierta versatilidad, porque aquí habrá proyectos de todo tipo que van a ir cambiando cada año, y la programación será diferente, en función también de cuáles vayan siendo los nuevos focos de empleo». 

En ese sentido, «se trata de ir viendo, ir acompañando la proyección que tengamos de cómo va a evolucionar la nueva economía, la realidad tecnológica. Lo que haremos será ir anticipando aquí proyectos de innovación que no sólo acompañen, sino que anticipen eso, porque todo lo que hagamos aquí va a permitir avanzar tanto a los centros de FP que forman a los futuros profesionales como directamente a las empresas, que también queremos que llegue a las pymes».

¿Los resultados de los proyectos que se lleven a cabo aquí se traducirán en entonces en contenidos formativos para titulaciones de FP? «En parte sí, y en otra parte en proyectos de innovación que se van a poder hacer directamente entre los centros de FP y las empresas», precisó. «Y sobre todo, lo que estén haciendo aquí las grandes, cuando desarrollen sus proyectos, se podrá trasladar a las pymes, por ejemplo».

Pero mucho antes debe desarrollarse todo el proceso de implantación del CITAR; y primero de todo, que el CIDE, o el edificio del CAT (el único que se ha levantado de la decena que llegaron a proyectarse bajo tales siglas en tiempos de bonanza y burbuja), termine de construirse después de doce tortuosos años de obras y tormenta.