Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Perplejidad

11/04/2023

Comienza la recta final en la carrera hacia las urnas del 28-M. La perplejidad surge en primer lugar ante las diferencias que marcan las numerosas encuestas que se publicaban este lunes, sin ir más lejos: unas ofrecen un PSOE al alza, otras siguen concediendo posibilidad de gobernar a Núñez Feijóo, pero aliado con Vox. Que es, segunda perplejidad, lo que el PP dice que no quiere, por boca de la mismísima Isabel Ayuso y también por la de la secretaria general 'popular', Cuca Gamarra. Entonces, ¿se arriesgará el Partido Popular a asegurar formal y tajantemente que no habrá pacto con la formación de la derecha radical de Abascal, aunque le sea imprescindible para llegar a gobernar? Pues parece que sí.
Claro que la tercera y más importante perplejidad se centra en la izquierda del PSOE. Hay sondeos que profetizan que la irrupción de Sumar, contribuyendo a destrozar a Podemos, ofrece nuevas oportunidades de triunfo electoral a la derecha. Otros, en cambio, dicen lo contrario: el 'efecto Yolanda', en coalición con los socialistas, servirá para consolidar una alianza poselectoral de gobierno.
Claro que todo ello se refiere ya a las elecciones generales, trascendiendo lo que ocurra en las previas municipales y autonómicas, que van a ser una especie de primera vuelta de las legislativas: mucho va a depender de que el PSOE mantenga sus feudos principales (Sevilla y Valencia, sobre todo, pero también Extremadura y Castilla-La Mancha) y de que el PP logre conquistar alguna de estas plazas, manteniendo, claro está, su liderazgo en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid, cuestión esta última en la que los sondeos son unánimes.
Volviendo a la primera perplejidad, la referida a la diversidad de los resultados en las encuestas, tengo para mí que estos sondeos no pasan, por el momento, de ser un mero ensayo, algo no del todo válido porque las dos grandes incógnitas, cómo se configurarán los bloques de la derecha y de la izquierda, siguen en el aire, lo cual no es pequeña perplejidad cuando faltan menos de cincuenta días para la primera marcha a las urnas, la municipal y autonómica. La estrella ascendente en la política española, Sumar, no figura en las encuestas, lo que de alguna manera las desvirtúa.
Algo más a añadir a la perplejidad ambiental: da la impresión de que tanto la derecha como la izquierda se empeñan en darse un tiro en el pie, víctimas de sus propios afanes de poder personalista y enfrascados en calcular cuántos votos se trasvasan desde el PP a Vox (y viceversa), cuántos del PSOE a Sumar, cuántos de Podemos a la formación de Yolanda Díaz.
La perplejidad culmina cuando percibes con toda claridad que, cuando probablemente a finales de este año se hayan celebrado las elecciones generales, el mapa de las fuerzas políticas va a ser muy diferente, con un PSOE debilitado y necesitando revalidar 'alianzas Frankenstein', pero no con Podemos, que va a sufrir un batacazo, con un Sumar que podría obtener hasta treinta escaños, si se cumplen sus propias previsiones, y con una derecha presumiblemente fragmentada en un PP crecido y un Vox algo disminuido. Y sin una formación de centro capaz de aglutinar lo que Albert Rivera no quiso hacer: una mayoría de centro-derecha o de centro-izquierda. Y, por cierto, las uvas de fin de año pillarán también fuertemente divididas a las fuerzas nacionalistas catalanas y vascas, como se evidenció este domingo en el aberri eguna. Una auténtica conmoción, en suma, sobre lo edificado en 2014, un edificio que se cae estrepitosamente, comenzando por la actual coalición gobernante.