Las ganaderías registran entre 20 y 30 casos de EHE en vacas

Sandra Segovia
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Según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación esta semana, Villacastín ha sido la primera localidad en Castilla y León en detectar un caso de la enfermedad en ciervos

Adrián Gómez, responsable de vacuno de Unión de Campesinos-UCCL - Foto: RB

La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) es la gota que colma el vaso de los ganaderos este año; un problema que se suma a la sequía, al aumento del precio de las materias primas y a la amenaza de la tuberculosis bovina. En Segovia se están registrando entre 20 y 30 casos diarios desde que esta enfermedad llegara a la provincia durante la primera quincena del mes de agosto, según Unión de Campesinos.

La EHE es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa que se transmite entre vectores (a través de la picadura de los mosquitos)  afectando principalmente a animales rumiantes, como es el caso de las vacas o los ciervos, en los que más está incidiendo, dándose esta semana el primer contagio en un venado de Castilla y León en la localidad de Villacastín, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, desde donde también se ha insistido en que la enfermedad no afecta al ser humano ni a la calidad de la carne.

Pocas provincias españolas se han librado hasta ahora, y Segovia no ha sido uno de los casos. La EHE llegaba a la provincia en la primera quincena del mes de agosto, según los datos de Unión de Campesinos, aunque los informes del Ministerio no la sitúan hasta principios del mes de septiembre. Datos que apuntan a tan sólo cuatro focos  en explotaciones de bovino segovianas, una información que se encuentra por detrás de lo que están viviendo los ganaderos, quienes apuntan a cifras de entre 20 y 30 animales afectados al día con una sintomatología que no se había visto antes. «Te llama la atención porque se les enrojecen los ojos, tienen muchas babas y mocos, pierden capacidad motora y tienen dolores articulares, se mueven mucho más despacio e incluso cojean, costándoles mucho andar. Además, cuando la enfermedad está más avanzada, comienzan a tener heridas en el hocico y ulceraciones en la boca, por lo que dejan de comer y beber. A  las madres también las deja heridas en las ubres», explica Adrián Gómez, responsable de Vacuno de Unión de Campesinos de Segovia-UCCL, quien añade que la enfermedad . Además, provoca cuadros respiratorios y puede llegar a afectar al aparato reproductivo de los animales, deribando en abortos o en el nacimiento de animales más delicados, lo que está generando graves repercusiones económicas para los ganaderos. 

«En Segovia no habrá ni una sola ganadería sin animales afectados», apunta Gómez. «La incertidumbre es total. Me parece que la semana pasada seguían declarando solo un foco de contagio cuando la enfermedad está repartida a lo largo y ancho de la provincia», revela, además, lamenta la lentitud de los resultados. «Yo mandé muestras hace ocho días y a día de hoy no conozco todavía los resultados». A esto se suma que actualmente no hay vacuna contra la EHE, por lo que desde el Ministerio una de las medidas recomendadas es la  lucha vectorial mediante el empleo de insecticidas y repelentes en animales. «No hay cura ni un tratamiento específico. Nosotros lo que hacemos es apartar al animal en un corral de manejo para darle un acceso más fácil al agua y al alimento. También lo tratamos con antiinflamatorios y vitaminas y le lavamos la boca con agua con sal para intentar aliviarle las heridas», revela, y añade que se encuentran a la expectativa porque «no se entiende la enfermedad. Hay animales que estando muy afectados han evolucionado muy bien y otros que no parecían graves que han fallecido». 

«Para alguien que vive de la ganadería esto es la puntilla a un año traumático con el aumento de los gastos en tratamientos veterinarios, un aumento del trabajo y un aumento de las pérdidas». Algo en lo que coincide uno de los ganaderos afectados, Alfonso Velasco, quien pertenece a la Agrupación de Defensa Sanitaria Sierra de Segovia. «Estamos desesperados. De unas 180 vacas que tengo, 60 se han contagiado y he tenido una baja de una chota de dos meses. Además, las vacas salvadas se quedan en una condición corporal pésima, no sabemos si van a volver a ser productivas o no, a lo mejor estas vacas no vuelven a ser fértiles porque algunas están abortando  y esto puede significar el fin de la explotación», revela. 

Por ello, desde Unión de Campesinos se llevarán a cabo diversas reuniones en los próximos días con el objetivo de informar a los ganaderos afectados de los procedimientos a seguir ya que, desde la organización, denuncian que «no hay directrices a seguir ni un protocolo de actuación» además de que la única reunión mantenida con la Consejería de Agricultura fue el 17 de agosto «dando una información mínima de lo que era la enfermedad». «Los datos hablaban de un contagio del rebaño de alrededor del 10% y mortandad inferior al 1% y esos datos han explotado por sí solos. Esa mortandad se está superando y ronda entre el 6 y 7 %», lamenta.