¿Aguantará esta vez el adoquín de Padre Claret?

David Aso
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El Gobierno local toma como «posible» referencia el nuevo adoquinado para extenderlo a otras vías, aunque la oposición duda por los precedentes de remiendos y la gestión política de la obra

Con la remodelación de Padre Claret, el Ayuntamiento ha cambiado su tradicional adoquín de granito por uno prefabricado de hormigón, considerado más barato y, sin embargo, también más resistente. - Foto: Rosa Blanco

El tráfico del centro de Segovia respira mejor desde que el 28 de abril se reabriera el tramo bajo de la avenida del Padre Claret. A falta de pequeñas reparaciones en parte del pavimento aledaño utilizado como vía de paso muy restringido durante las obras, se daba así por terminada una remodelación que arrancó el 17 de octubre con un plazo de cuatro meses que se aceptó ampliar a seis tras improvisarse una modificación del proyecto inicial durante los trabajos, aunque finalmente se prolongó casi dos semanas más. Mal menor a ojos de casi todos si el arreglo es duradero, ya que nada es para siempre, pero van al menos 15 en 13 años y medio, desde que abrió el parking bajo su superficie en 2009. ¿Y aguantará esta vez un tiempo razonable?

A la vista, la novedad más sustancial reside en el cambio del viejo adoquín rugoso por uno prefabricado de hormigón, más barato y resistente, en teoría. De hecho, el concejal de Obras, Miguel Merino (PSOE), afirma que «la apuesta no sólo es que se trate de una solución definitiva, sino que, si se confirma que va bien, la intención es ir desarrollando esta misma solución en otras calles de la ciudad que tienen adoquinado o incluso emborrillado», avanza. Si acaso matiza que se mantendría adoquín de granito como una excepción en calles con poco tráfico, como va a suceder con Daoiz. «Confiamos en que estas mejoras ayuden a poner fin a un problema endémico que ha afectado a la calle durante mucho tiempo», añade el portavoz de IU y socio del PSOE, Ángel Galindo. 

La oposición, en cambio, manifiesta dudas tanto por los precedentes como por la gestión política del desarrollo de los trabajos. «Sinceramente, deseo que Padre Claret no vuelva a dar problemas, pero vistos los precedentes y la cantidad de chapuzas que acumula este Gobierno con las obras en general y con esta en particular, nada nos sorprendería», advierte el viceportavoz del Grupo Popular, José Luis Horcajo. Alude sobre todo a «la absoluta falta de transparencia» que atribuye al Gobierno local al asegurar que no facilitó documentación demandada por su partido. «Ni siquiera se nos ha contestado a pesar de que el reglamento orgánico del Ayuntamiento obliga a dar alguna respuesta, aunque sea negativa», subraya.

En una línea similar apunta la portavoz de Cs,Noemí Otero, que por un lado valora «el desahogo» que ha supuesto la reapertura de esta avenida, pero afea el retraso y «el oscurantismo que ha rodeado este proyecto desde que la alcaldesa firmara el 30 de diciembre un decreto de modificación sustancial de las obras sin informar a nadie». 

La parte más discutida de tales cambios fue la relativa a la losa de hormigón que sustenta el adoquín, que durante años se vio como parte del problema de los baches frecuentes (junto a la irregularidad del grosor del propio adoquín o las rejillas de ventilación ahora retiradas) y finalmente se decidió no tocar.

Por otro lado, PP y Cs coinciden en cuestionar que dicha modificación, tras el reajuste de partidas de gastos, sólo haya supuesto una variación a la baja de 1,29 euros con respecto al presupuesto inicial.

Con otras palabras, pero un mensaje de fondo parecido, responde también el portavoz de Podemos, Guillermo San Juan, para quien «la gestión política de este proyecto no ha hecho más que generar incertidumbre».«El rodaje por el nuevo adoquín no parece malo, aunque son los profesionales del volante los que mejor podrán valorar, y esperamos que esta obra sea la definitiva, pero somos escépticos en vista de la experiencia, después de más de una decena de arreglos en los últimos años», matiza. Pero afea sobre todo que las arcas municipales carguen con el mantenimiento de esta vía, ya que inicialmente se pactó que lo asumiera Isolux, la concesionaria del parking, pero en 2017 se aceptó eximirle de tal responsabilidad, como parte de un reequilibrio económico de la explotación. Una circunstancia que, evidentemente, dolerá más o menos según cómo responda el adoquín de ahora en adelante.