La inmigración salva a Segovia de bajar de 50.000 habitantes

David Aso
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Caer de tal cifra causaría un recorte millonario de ayudas regionales y estatales · La ciudad tiene unos 51.000 habitantes, y sólo Cruz Roja y Accem ya facilitaron la acogida de un millar en 2022

Ciudadanos ucranianos, en una concentración junto al Acueducto. - Foto: Rosa Blanco

La evolución del Padrón de Segovia en 2022 deja una lectura positiva clara en cuanto a que la ciudad ganó habitantes (unos 200) por primera vez desde 2019 y por segunda vez desde 2008, hasta situarse en torno a los 51.000 con fecha 1 de enero de 2023. Pero también supone un serio aviso porque, del análisis de los datos conocidos la semana pasada (se llevaron al pleno del 31 de marzo), más la información recabada por El Día sobre la labor de Cruz Roja y Accem, se deduce que, de no ser por los programas de ayuda y acogida de refugiados que mantienen estas ONG, con un millar de beneficiarios en 2022 procedentes de Colombia, Ucrania y otros países, la ciudad habría perdido población; sin descartarse que incluso se hubiera quedado por debajo de 50.000 habitantes, después de que en 2008 marcara un pico de 56.858 que fue menguando cada año salvo en 2019 y 2022. 

De hecho, la amenaza de caer de 50.000 habitantes ya sería una realidad consumada si no fuera por los 7.000 extranjeros que, en números redondos, están empadronados en este municipio, aparte de los casi 1.500 que nacieron en otros países y ya adquirieron la nacionalidad española. Un drama demográfico que va más allá de barreras psicológicas, ya que quedarse en 49.999 vecinos o menos causaría un drástico recorte de las transferencias anuales de la Junta y el Estado al Ayuntamiento, además de otras cuestiones como la pérdida de representación de la Corporación municipal, hasta el punto de que la ciudad sólo tendría 21 concejales, en lugar de los 25 de ahora.

La concejala del PP Azucena Suárez advierte además que «los servicios de transporte y medio ambiente dejarían de ser de obligatorios, aunque sí se pudieran asumir por propia iniciativa; y la Zona de Bajas Emisiones, que en principio debe implantarse antes de 2024, no es obligatoria en municipios de menos de 50.000 habitantes». El Día también preguntó al concejal del Gobierno local responsable del Padrón, Andrés Torquemada (PSOE), sin respuesta al cierre de esta edición. 

En cuanto al aumento de población que se atribuye a Segovia, que será el que entre en vigor el 1 de enero de 2024, pero con actualización de datos a esa fecha de 2023, aún está por concretarse. De momento oscila de 185 a 330 habitantes más, por los datos provisionales que manejan el Instituto Nacional de Estadística y el Ayuntamiento, respectivamente, a la espera de que la cifra final se depure en próximos meses por bajas aún no computadas, para quedarse previsiblemente (por lo sucedido en estos procesos de años anteriores) en torno a los 200 de aumento. La cifra oficial de población total pasará así a situarse entre 50.987 y 51.132 habitantes, por encima en cualquier caso de los 50.802 que se aprobó como cifra oficial a 1 de enero de 2022.

Del recuento provisional del INE sólo ha trascendido la citada cifra total de 50.987 habitantes, pero el del Ayuntamiento sí permite analizar procedencias con detalle. Así, de la referencia municipal de 51.132 vecinos a 1 de enero de 2023, 44.111 son españoles, 450 menos que un año antes; y 7.021 extranjeros, 780 más. En este contexto, era previsible que, tras desatarse la invasión rusa de Ucrania e intensificarse por ello los programas de acogida de refugiados, se produjera un aumento notable de los ciudadanos de ese país empadronados en Segovia, que pasan de 38 a 173 (+135). Pero aún más llamativo e importante resulta el incremento de la población de Colombia, de 475 a 719 (+244); o incluso la de Venezuela, de 329 a 493 (+164); y no es pequeño el crecimiento de la de Perú, de 167 a 268 (+101).

La colonia foránea más numerosa sigue siendo la de Bulgaria (1.347 empadronados, tres más que un año antes), seguida de la de Marruecos pese a menguar de forma notable (1.038, 91 menos); y la de Honduras en tercer lugar y al alza (821, con un crecimiento próximo al centenar, pero sin que pueda precisarse al no incluir el INE el dato de este país en su estadística de 2022).

LAS ONG, FUNDAMENTALES. Accem, mientras, acogió a 445 extranjeros en sus centros o alojamientos de Segovia en 2022, frente a 381 en 2021, con mayoría precisamente de ucranianos (121), colombianos (91) y venezolanos (84); y en total atendió a 1.136 (por servicios de orientación laboral, idiomas o intervención social), frente a 635 en 2021, con mayoría de colombianos (306), venezolanos (241) y ucranianos (149). Desde Accem matizan que tales datos son de extranjeros que se empadronaron en cualquier lugar de la provincia, «pero son mayoritarios, con mucha diferencia, los de la capital».

Cruz Roja, por su parte, a través del Programa de Acogida e Integración de Solicitantes y Beneficiarios de ProtecciónInternacional, financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, atendió a 557 personas, entre las que destacan las procedentes de Ucrania, Venezuela, Malí y diversos países latinoamericanos. Y «en torno a 500» se atendieron en la capital. 

Por otro lado, aunque los procesos de acogida de refugiados suelen ser de 18 meses, desde Cruz Roja precisan que «las personas que más suelen echar raíces en Segovia son las procedentes de América Latina», justo la región del mundo que más empadronados aporta a la ciudad.

Entretanto, Segovia lucha contra un enemigo demográfico imbatible a corto ni medio plazo, el envejecimiento de su población, con un saldo de 213 habitantes menos en el balance de nacimientos y defunciones de 2022 (323 frente a 536); y contra otro de difícil gestión y digestión política por lo que puede afectar la oferta disponible de vivienda, ante un saldo de 356 habitantes menos para la capital en su relación con el resto de la provincia (1.163 que se fueron de la ciudad frente a 856 que vinieron), o de 274 menos en la relación con los pueblos del alfoz (753 frente a 479). No en vano, la capital perdió 6.056 vecinos de 2008 a 2022, y 5.329 de ganancia se repartieron Palazuelos, Bernuy, Espirdo, Lastrilla, Palazuelos, San Cristóbal, Torrecaballeros, Trescasas y Valverde.

En el pleno municipal del 31 de marzo, el PSOE apuntaba a la Junta como primera institución competente en vivienda y empleo para detener la sangría demográfica, mientras la oposición pedía un papel más activo al Ayuntamiento. El PP habló de bajar la presión fiscal, Podemos de fomentar vivienda asequible, Cs de «hacer algo» a secas... Y el fantasma de los 49.999 habitantes, soplando en las nucas de todos.