Editorial

Obligado cambio de rumbo en la 'Ley del solo sí es sí'

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La Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual, que entró en vigor el pasado 7 de octubre, ha provocado un controvertido tsunami mediático y un malestar generalizado tras desencadenar más de 244 revisiones de penas a violadores y agresores sexuales, con la consiguiente rebaja, así como la excarcelación de cerca de una veintena de delincuentes. La polémica norma conocida como la ley del solo sí es sí concluye que todo acto sexual sin consentimiento será considerado como agresión sexual, lo que hace que el término 'abuso sexual' desaparezca, al converger y englobarse como agresión. Este cambio ha provocado que el delito de abuso sexual haya desaparecido, quedando únicamente el de agresión, cuya pena mínima es de seis años, algo a lo que se han agarrado muchos letrados para rebajar las penas de sus clientes, amparándose en el artículo 2.2 del Código Penal que concluye que siempre deberá aplicarse la ley «más favorable» al reo.

Tras meses de críticas de la oposición y de una parte importante de la sociedad, el PSOE se ha mostrado favorable a llevar a cabo cambios que sirvieran para frenar la rebaja de penas y las excarcelaciones. Su socio de Gobierno -Podemos- e impulsor de la ley se abrió a última hora de ayer a cambiar la norma siempre que se respete el consentimiento, horas después de que desde el Ministerio de Igualdad se presentara un decálogo que, entre otros aspectos, plantea formar a los jueces para que «apliquen correctamente el texto». Resultaba inadmisible que desde la formación morada insistieran en continuar con esta deriva perniciosa que está generando alarma social, evitando enmendar un error que es evidente que lo ha desencadenado el legislador y no las decisiones de algunos jueces, a los que incluso han llegado a tildar de «fachas con toga».

Hace escasos días voces como la de Alfonso Guerra o Manuela Carmena instaban a Igualdad a modificar la ley para evitar que el número de rebaja de penas y excarcelaciones siguiera aumentando. La que fuera alcaldesa de Madrid acusaba a Podemos de «soberbia infantil» por no corregir la norma, acusando al Ministerio que dirige Irene Montero de «poca inteligencia» si no rectificaba. Igualdad hacía oídos sordos una vez más y buscaba una huida hacia adelante desesperada ante una situación que se les había ido completamente de las manos, por mucho que insistieran en que el problema es de interpretación. No hay duda de que ha llegado el momento de que el PSOE deje de ser prisionero de su socio de Gobierno, coja al toro por los cuernos y, sin cambiar la esencia de la ley, modifique cuanto antes todo aquello que permite que los delincuentes sexuales se beneficien y puedan salir de prisión antes de tiempo. Ya dijo el poeta Alexander Pope que errar es humano, perdonar es divino y rectificar es de sabios, aunque algunos hayan tardado demasiado tiempo en darse por aludidos