Tasio, el pregonero humilde

Nacho Sáez
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Al frente de La Taberna del Irlandés tres décadas, dice que dar el pistoletazo de salida a las Fiestas de San Lorenzo es «un honor enorme».

Tasio, el pregonero humilde - Foto: Rosa Blanco

Se emociona solo con que le recuerden que va a ser el pregonero de las Fiestas de San Lorenzo. «Es que es un honor enorme y yo creo que no merecía tanto. Pero hay veces que te dan lo que no te mereces y esta vez me ha tocado», apunta Anastasio Poza, más conocido como 'Tasio', nombre con el que también se popularizó en los últimos años el bar La Taberna del Irlandés a pesar de que nunca cambió el rótulo. «Pero ya todo el mundo decía 'el bar de Tasio'», cuenta este hostelero, ahora trabajador de la cafetería del Alcázar.

En 2019 echó la verja a su mítico local del barrio de San Lorenzo. «El negocio iba bien, pero a mi mujer no le acompaña la salud. Estaba conmigo en el bar, tiene fibromialgia y se cansa mucho», revela a la hora de repasar la historia de La Taberna del Irlandés, situada primero en la villa de Sepúlveda y desde 1988 en San Lorenzo. Se convirtió en la escuela de hostelería de Tasio desde niño. «En los primeros cafés que hice me ponían una caja debajo de los pies porque si no, no llegaba. Era una de esas cafeterías en las que tenías que tirar de una palanca», rememora.

Los estudios no se le daban mal. Acabó el COU y comenzó la carrera de Graduado Social, pero él sabía que su camino estaba en otro lado: «Dejé de estudiar porque me gustaba el bar». Tenía 21 años cuando sus padres lo cerraron en Sepúlveda y lo abrieron en San Lorenzo, donde hoy todavía vive Tasio. «Es un barrio especial. La gente es extraordinaria y yo siempre he intentado colaborar en todo lo que he podido», remarca. Su memoria está repleta de momentos felices, sobre todo en fiestas. «Les hacía las pegatinas a treinta y tantas peñas, y durante unos años hicimos una rebolada con la dulzaina. Tengo recuerdos muy bonitos de aquellos años. También me gustaba siempre bajar a la becerrada de las peñas y la Noche de las Pintadas. La noche antes de empezar las fiestas pintábamos el nombre de las peñas con cal. Se dejó de hacer porque se empezaron a utilizar sprays y resultaba mucho más difícil borrarlo».

Ser ahora el pregonero lo lleva con una mezcla de orgullo y responsabilidad. «Llevo nervioso una semana o más. No estoy acostumbrado a ponerme nervioso, pero es que me parece un honor enorme. El pregón siempre lo ha dado gente ilustre. Catedráticos, gente que era algo... Yo no tengo nada», dice con humildad. Sobre el contenido de su discurso, apunta también a un perfil bajo. «Jopi [el presidente de la Comisión de Fiestas] me ha convencido de dar el pregón, pero ya le he dicho que va a ser breve. Ya lo tengo preparado y va a ser una cosa cortita. Lo he vivido muchos años y sé lo que es. Lo importante no es el pregón ni el pregonero sino las fiestas y que empiece cuanto antes. Y este año más después de dos años sin ellas por la pandemia», subraya Tasio, que esta vez no estará al otro lado de la barra del bar, por donde asegura que ha pasado «todo San Lorenzo». «Y siempre me he llevado bien con todos», concluye.