Un tridente compuesto por familias, alumnos y docentes que ha conseguido encajar y lograr un hecho histórico: que Castilla y León brille por encima de otros 80 países. Figurar en lo más alto de PISA, en el pódium del ránking internacional de más prestigio del mundo educativo, no puede ser sino un motivo de orgullo colectivo, porque la educación es el principal cimiento del progreso de toda sociedad. ¿Y cómo se ha conseguido esto? Representantes de padres, profesores, alumnos, expertos en educación y responsables de centros consultados por este periódico ofrecen las claves de este éxito, aunque todos coinciden en que sería imposible si ese tridente actuara de manera descoordinada.

Los alumnos castellanos y leoneses son los mejores en matemáticas, ciencias y comprensión lectora. Los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes Informe PISA 2022 son incuestionables. Castilla y León encabeza el ránking del país en las tres materias que se analiza, y se sitúa por encima de la media estatal en las tres áreas. Hay que recordar que dicha prueba evalúa el rendimiento educativo de los alumnos de 15 años al final de la etapa obligatoria de Secundaria y, en este caso, se realizó durante una época complicada en medio de la pandemia mundial de la covid-19 y donde las comunidades apostaron por diferentes fórmulas para el regreso a las aulas tras el confinamiento.

El informe recoge los resultados obtenidos por 690.000 estudiantes de 80 países de la Unión Europea y la OCDE. Así, en matemáticas obtuvieron 499 puntos, 26 más que la media nacional y 27 más que la media de la OCDE. En ciencias, 506 puntos, lo que supone 21 más que ambas medias. Por último, 498 puntos en comprensión lectora, 14 más que la media de España. «Un hito histórico», como calificó hace unos días el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, que ha felicitado a toda la comunidad educativa por estas notas.

¿Cómo se llega a la cima? Todos parecen tener claro lo primordial, aunque influyen otros muchos factores: el éxito educativo depende, de manera directa de su comunidad educativa. «En nuestra Comunidad tenemos buenos docentes, alumnos que responden a lo que se les pide y familias que están apoyando de diferentes modos en el tiempo no lectivo», afirma Soledad Alegre, presidenta de la Confederación de Ampas de Centros Públicos de Castilla y León (Confapacal). Una opinión totalmente compartida por Antonio González, que representa a los padres del medio rural a través de Confarcale: «Son años de compromiso y de apoyo de todas las partes».

Pero no solo las familias valoran este aspecto, desde los centros también reconocen que sin estudiantes motivados no habría nada que hacer. Juan Antonio Sanz dirige uno de los institutos que participó en los exámenes de PISA: el Mariano Quintanilla de Segovia, aunque reconoce que apenas recuerda cómo se desarrollaron las pruebas. De lo que no tiene duda es de que la clave se encuentra en «el compromiso de los estudiantes, que están muy motivados para lograr buenos resultados para la carrera». «Hay una autoexigencia por parte de los alumnos, unas familias que apoyan y patrones a imitar en los docentes», opina. Y aunque añade que hay también un profesorado «muy implicado, que tiene mucho mérito», asume que «si el alumno no quiere, no se consigue nada». Una visión similar tienen desde los sindicatos. «Es indispensable que los tres ejes estén coordinados y cooperen en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado», dice Beatriz García González, secretaria de Enseñanza de UGT SP CyL.

«Los resultados reflejan el compromiso de toda la comunidad educativa, que PISA reconoce a la vanguardia de la educación, demostrando un constante progreso en la excelencia educativa», sostiene Leandro Roldán Maza, secretario autonómico de Escuelas Católicas Castilla y León, que comparte que «tanto la red de educación pública como la concertada son pilares de calidad educativa» en nuestra región.

Labor docente

La labor de los docentes es otra de las claves de este éxito educativo, como destacan tanto desde las organizaciones sindicales como desde la propia Junta, que avalan con una formación continúa para mantenerlos incentivados. Un ejemplo de ello, como recuerda Ángela Melero, presidenta de ConfecampaCyL, la asociación que representa a las ampas de los centros concertados, es que en otras comunidades no existe formación de los interinos. «Es un sistema basado en la calidad y la exigencia desde Primaria, en la aplicación de nuevas tecnologías y en el aprendizaje definitivo», añade.

Desde los sindicatos se valora ese trabajo constante para «poner la educación como eje fundamental para el desarrollo de la sociedad», como incide Pilar Gredilla, presidenta de Anpe en Castilla y León. Y todos reconocen que las condiciones que se tuvieron en las aulas durante la pandemia, «con una importante reducción de ratios, sirvieron para lograr una mejora en la calidad de la enseñanza», lo que se ha reflejado finalmente en PISA. «Un menor número de alumnos por aula mejora sustancialmente los resultados», remarca Elena Calderón, responsable de CCOO Enseñanza en la región. Desde Stecyl apuntan que «ofrecer los suficientes refuerzos y apoyos en este contexto y continuar con la bajada de ratios invirtiendo lo suficiente en la educación pública será sustancial para continuar en este proceso».

La bajada de las ratios, pero principalmente la mejora de las condiciones laborales y retributivas del personal docente, son algunas de las demandas de los sindicatos para conseguir que estos resultados se mantengan o incluso se mejoren. «Hay que seguir trabajando para que nuestro modelo educativo siga siendo líder en calidad y equidad, y reconocer el trabajo del profesorado, prestigiando su labor y mejorando sus retribuciones, así como dotar de todos los recursos necesarios, tanto materiales como humanos a los centros educativos y reforzando medidas para mejorar la convivencia escolar», demanda Gredilla. Un argumento similar vislumbra Isabel Madruga, presidenta del sector Educación de CSIF en la Comunidad: «Es clave una reducción generalizada de las ratios. Con grupos menos numerosos se permite una atención más individualizada, se mejora el rendimiento académico y se reducen problemas de convivencia».

Otros factores

Pero los resultados obtenidos en PISA no se consiguen «de un día para otro», como recalca Juan Antonio Sanz, que apunta que es «muy difícil mejorar», pero «sí es fácil estropearlo». Sin duda, la región cuenta con una buena base, pero han hecho falta otros factores para subir a lo más alto del pódium. Carmen López Esteban, directora del Máster en Profesor de Educación Secundaria en la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca, atribuye este éxito a varias claves: desde la rigurosidad en la evaluación hasta la eficiencia en el gasto. Desde su punto de vista como experta, la continuidad de las políticas educativas son «un factor crucial» para obtener estos buenos rendimientos estudiantiles. Además, valora que la Junta «ha permitido que las diversas reformas del sistema no se hayan sentido en el microsistema de Castilla y León». A esto se suma «la eficiencia en el gasto». En la Comunidad se invierte en centros educativos públicos no universitarios entre un 15 y un 21% más por alumno que la media de España.

Otros factores que influyen en el cóctel perfecto para triunfar en PISA son las características de nuestra región. «La homogeneización de la población de la Comunidad y su baja inmigración permite a los docentes no tener que llevar a cabo un proceso de integración tan fuerte de niños con distintas lenguas maternas y contextos sociales en el aula como el de otras comunidades», explica López. A esto se une el aspecto socioeconómico de la región, «que no ha experimentado un boom turístico ni inmobiliario que incentive a los jóvenes a dejar de estudiar y ganar dinero rápido». Por esto considera que las tres claves repetir o mejorar estas resultados son: la equidad, la calidad y la innovación.