Novela negra para denunciar la violencia contra las mujeres

Patricia Martín / ICAL
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Los tres autores de Carmen Mola recogen en Zamarramala (Segovia) el Matahombres de Oro

El colectivo 'Carmen Mola' juntyo a las alcaldesas de Zamarramala - Foto: Pablo Martín /Efe

Los escritores Antonio Mercero, Agustín Fernández y Jorge Díaz reivindicaron hoy que, en las novelas de Carmen Mola, reflejan la violencia contras las mujeres y los niños, "los que en principio son más débiles" y buscan "denunciarla y luchar contra ella". Los tres autores afirmaron sentirse muy honrados y contentos con recibir el nombramiento de Matahombres de Oro, en el día de la fiesta grande de Zamarramala (Segovia) de manos de las alcaldesas de este año, Cristina Mateo María y Berta Mateo Velasco.

Los tres escritores aseguraron estar encantados de poder disfrutar de la Fiesta de Santa Águeda en Zamarramala, una fiesta que conocían aunque no tanto el significado del premio, un alfiler con el que las zamarriegas se defendían de los hombres que intentaban propasarse durante el baile, con un pequeño pinchazo. Un alfiler, sostuvo divertido Agustín Fernández, que "tiene seguro su efectividad" como arma, ya que en "nuestras novelas van de eso de ensayar cómo asesinar".

Jorge Díaz también declaró que achacan el premio a que, en las novelas de Carmen Mola, reflejan la violencia que se ejerce contra las mujeres y contra los niños porque "queremos denunciarla y luchar contra ella en las novelas".

Mercero, Fernández y Díaz, en resumen Carmen Mola, fueron elegidos por las alcaldesas de Zamarramala por ser tres hombres que firman sus novelas con nombre de mujer. Los tres sabían que debían elegir un seudónimo y le gusto Carmen, "un nombre muy español", según Antonio Mercero, para añadir que Mola fue "a modo de broma" y sonaba bien. Un seudónimo que fue "escandaloso" cuando nos desvelamos pero luego "todo se ha ido colocando y le hemos cogido mucho cariño al nombre de Carmen Mola".

Profeta en su tierra

Por su parte la periodista segoviana, Macarena Bartolomé, encargada de la crónica parlamentaria en TVE, recibió el título de Ome Bueno y Leal. "Me quedé un poco impactada pero eso de ser profeta en tu tierra la verdad es que es muy agradable", manifestó. Conoce la fiesta desde muy pequeña, por lo que "volver tantos años después como Ome Bueno y Leal es un gran honor para mí".

Según Bartolomé, Zamarramala y Santa Águeda es una fiesta que "me conecta mucho con mis raíces, con las mujeres de mi tierra, con las mujeres de mi familia, porque es todo la banda sonora, la dulzaina y el tamboril, llevamos la jota la llevamos en el ADN".

La periodista de TVE también subrayó que le llama mucho la atención y le asombra cómo se ha mantenido durante siglos esta tradición. "De madres a hijas que se haya transmitido esta fiesta y año tras año se siga celebrando", declaró Macarena Bartolomé.

Y ataviada con el traje tradicional segoviano, la chef y empresaria Samantha Vallejo-Nájera, un rostro muy conocido como jurado del programa Masterchef, fue la pregonera de este año, con un texto "sencillo y liviano", en el que remarcó su pasión por "la tradición, el folclore, la fiesta, la alegría, y por Segovia".

La fiesta de Zamarramala, dijo Vallejo-Nájera, le gusta por que se deja de lado los temas políticos. "Es una cosa tan histórica que empezó hace ocho siglos. Es una maravilla, tan sano y bonito cómo se festeja este día. Un festejo social, todo el mundo está de acuerdo y a mí estas cosas me encantan", argumentó.

En el escenario de la Plaza de las Alcaldesas, también se nombran cada año Aguederas Honorarias y Perpetuas. Lo recibieron la alcaldesa de Segovia, Clara Martín, que dio este jueves el bastón de mando de la ciudad a las alcaldesas de Zamarramala. Martín sostuvo que "afortunadamente las mujeres ya no mandan solo un día al año, sino que se han cambiado las tornas y podemos gobernar todo el año", en un mensaje de apoyo y reivindicación de la igualdad.

También fue nombrada la vicepresidenta segunda de la Diputación, Sara Dueñas, con un recuerdo especial a todas las mujeres de la provincia que hoy celebran Santa Águeda. El papel de la mujer en el mundo rural, donde tienen que "seguir luchando contra los estereotipos y los micromachismos" y sacan adelante a sus familia y sus negocios día a día. Una jornada festiva sin olvidar el aspecto reivindicativo, al seguir "el techo de cristal, que impide que muchas lleguen a los puestos que tendrían que llegar por méritos propios".

Soleado y gran ambiente

El barrio incorporado de Zamarramala disfrutó de un día muy soleado y de temperaturas agradables, tras una noche de frío. Desde primera hora, comenzaron a llegar muchos vehículos y los autobuses urbanos, con personas llegadas desde diferentes puntos de la geografía nacional e incluso la presencia de turistas extranjeros, con sus cámaras de foto y de vídeo para inmortalizar esta fiesta, en la que todo el protagonismo es para las alcaldesas, Cristina Mateo María y Berta Mateo Velasco.

Las mujeres del Concejo de Aguederas de Zamarramala se encargan durante dos horas y media en vestir a las alcaldesas como manda la tradición. Una vestimenta que destaca por la toca blanca almidonada sobre la que descansa la montera de los Doce Apóstoles, así como las joyas que lucen en el pecho, sin olvidar el bastón de la ciudad de la ciudad y la pequeña bandeja.

El resto de aguederas también lucieron sus mejores galas. Los vistosos manteos segovianos y los mantones de manila que giran y giran al compás de las jotas del grupo de dulzaina y tamboril- Los actos comenzaron con la procesión con la imagen de Santa Águeda desde la iglesia hasta las afueras del barrio, para recordar con el juego de banderas y escolta de alabardas, la reconquista del Alcázar de Segovia a los sarracenos. A continuación, la Eucaristía con el coro Lux Música.

Gran ambiente en la plaza de las Alcaldesas durante los nombramientos y el pregón, con el cierre, siempre esperado de la queda del pelele, mientras las aguederas ejecutan un baile de rueda. Los numerosos visitantes no se olvidaron de seguir la fiesta con la tradicional tajada de chorizo cocido con vino y otras viandas.