Cuando el Chelsea pagó la cláusula al Brighton de su técnico, Graham Potter, el 8 de septiembre de 2022 el mundo se echó las manos a la cabeza. Tal desembolso de los 'blue' colocó al entrenador inglés bajo unas expectativas que nunca llegó a cumplir en Stamford Bridge. Mientras, al otro lado de la operación, el conjunto del sur de Inglaterra, lejos de temblar por la pérdida de su preparador en los albores de la temporada, ya tenía anotado y pactado su sustituto: Roberto de Zerbi.

El equipo presidido por Tony Bloom, un empresario británico que amasó una gran fortuna gracias a las apuestas deportivas, funciona así. Antes de perder un gran efectivo, ya desarrolle su labor sobre el césped o en el banquillo, la dirección técnica ya tiene preparado a su sustituto. El ejemplo está en el pasado verano. El Brighton vio como dos de sus jugadores clave en el exitazo de la campaña 22/23 salieron rumbo a dos bloques del 'big six'. Alexis Mac Allister dejó en las arcas de las 'gaviotas' 42 millones de euros, a los que después sumarían los 116 que desembolsó el Chelsea por Moises Caicedo.

Tan rápido como salieron, promocionaron a Mahmoud Dahoud (libre desde el Dortmund) y a Billy Gilmour, que esperaba su momento desde septiembre de 2022. En el Amex Stadium siempre te llega la hora para brillar.

Con De Zerbi como director de una orquesta perfectamente acompasada y que no tiene a ningún actor protagonista, este trabajo perfecto se ha acentuado. Mientras muchos clubes de la Premier invierten sin cabeza, sin una filosofía de trabajo clara, el Brighton se mueve por los 'suburbios' del mercado en busca de las mejores oportunidades. Solo así se puede explicar su espectacular rendimiento.

De hecho, la llegada de su actual entrenador responde a darle continuidad a una idea de juego que ya se venía desarrollando con Potter. Presión alta, dominar desde la tenencia de balón y servir el señuelo perfecto para transicionar y desgarrar a sus rivales. Así se las gasta un conjunto que, después de firmar su mejor resultado en la historia con un sexto puesto, ahora se ha propuesto desafiar a los clubes que tienen sus miras en una Champions que en la Premier está disputadísima.

Nadie en Europa desarrolla el fútbol del cuadro del sur de Inglaterra. El preparador italiano ha instaurado el automatismo de sacar siempre el balón jugado desde atrás con un único fin: atraer la presión rival, encontrando al hombre libre, atacar con espacios por delante. Para ello, De Zerbi junta a su portero, sus dos centrales y dos centrocampistas cerca del área. Solo así se entiende que el Brighton sea el único equipo de Europa que ha ejecutado todos sus saques de puerta en corto.

Para esta misión es esencial la presencia de un tipo de jugador muy especial, y el Amex lo tiene en Pascal Gross, la extensión del técnico sobre el terreno de juego. El alemán es el mejor dentro de un once que, dentro de que siempre recibe un dibujo en la serigrafía de la realización televisiva, se mueve más por roles y funciones que por posiciones delimitadas.

Por ello, resulta increíblemente complicado que De Zerbi repita equipo titular dos duelos seguidos. Siempre hay, al menos, un cambio. Aunque haya jugadores con más vitola de 'intocables' que otros, como el propio Gross, Kaoru Mitoma, Lewis Dunk o Pervis Estupiñán, la confección de la plantilla se realiza con tanto mimo que todos los futbolistas tendrán su oportunidad durante la temporada. En el Amex se respiran vientos de cambio que llevan están llevando a las 'gaviotas' a lo más alto.