El hostelero neoyorquino que lleva a Segovia en el corazón

Nacho Sáez
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Michael Jannetta estudió en Segovia en los 80 y desde entonces regresa todos los años al menos una vez y conserva un grupo de amigos.

Michael Jannetta, el pasado domingo en la Plaza Mayor de Segovia. - Foto: N. S.

No se sorprenda si acaba en un restaurante de Queens llamado Sala Astoria y en sus paredes ve colgada una fotografía del Acueducto. Hay una historia detrás. La de Michael Jannetta, un estadounidense con corazón segoviano. El más majo de Nueva York. El 'yanqui' al que Segovia le cambió la vida cuando era un chaval. Tal es así que cada año vuelve al menos una vez para pasear por la Calle Real y la Plaza Mayor, comer y reencontrarse con los amigos que todavía conserva aquí. Todo un idilio.

Sentado en la terraza del bar Bahía, casi en la puerta del Ayuntamiento, recordaba el pasado domingo quién era Jannetta cuando aterrizó en Segovia en 1987 y en quién se convirtió pasados unos meses de estudios y sobre todo una intensa vida social junto a Pablo Aragoneses y Fermín Rodríguez, a los que conoció entonces y con los que no deja de quedar hoy, m ás de tres décadas después. «Mi padre era un prestigioso cirujano que mandó a sus hijos a estudiar a Europa y yo era un jugador de fútbol americano de cabeza dura que había estudiado Ciencias Políticas y que también soñaba con dedicarse a la interpretación. Venir a España me abrió la mente», empieza.

Del Taray, en una de cuyas viviendas le acogió una familia, al bar El Reloj, donde pasó decenas de horas, se empapó de la vida en España en solo unos meses. «Me empezó a interesar aprender cosas culturalmente y a saber más y más de España», cuenta en un castellano que no es perfecto pero con el que se defiende más que de sobra. «La vida de ahora no tiene que ver con la que hacíamos entonces. El ritmo de vivir que teníamos era increíble», interviene su amigo Pablo.

Junto a sus amigos segovianos Pablo Aragoneses y Fermín Rodríguez.Junto a sus amigos segovianos Pablo Aragoneses y Fermín Rodríguez. - Foto: N. S.

Por las mañanas estudiaba y por las tardes y por las noches disfrutaba. «Quedábamos todos los días en el bar El Reloj, jugábamos a los chinos y luego nos íbamos a las discotecas. Esa forma de vivir no existe en Francia, Alemania, Italia ni por supuesto tampoco en Estados Unidos», remarca Jannetta, que no deja de revelar anécdotas durante la conversación. «Una noche Jose [el responsable entonces del bar El Reloj] no tenía pinchos y nos subimos nosotros a la cocina a prepararlos».

La gastronomía española lo cautivó. «En aquel momento me dije que algún día tendría un restaurante de cocina española», asegura, al tiempo que invita a descubrir el perfil de Instagram de su actual restaurante. El Sala Astoria es un «restaurante español». Un «bar de tapas». Una invitación a «escape to Spain (escapar a España)» en el World Artisan Market, un mercado gastronómico al noreste de Manhattan. «Hacemos cochinillo y cordero. Mi pasión por Segovia se puede ver allí», subraya, sin olvidarse del resto de platos típicos de la comida española: «El alma de la carta es la comida clásica española, aunque jugamos con algunas cosas. Mi cocinera, Bárbara Amorós, es española, de Valencia, y hacemos arroces verdaderamente auténticos en el restaurante».

Hasta la pandemia el restaurante estuvo en pleno Manhattan y tiene delito pero sus amigos Pablo y Fermín nunca llegaron a visitarlo. El Sala Astoria tampoco y al menos Fermín ya cierra la puerta a hacerlo. «Fui marino y en una ocasión navegamos por el río Hudson y vimos Nueva York desde el barco. Ahora no sabría qué hacer allí todo el día», dice. Su amistad no corre peligro porque Jannetta no perdona viaje, dos o tres incluso al año a España. Y siempre con una parada de unas horas en Segovia. «Esta vez hemos venido 12 personas porque ha venido mi familia y otras dos. Mañana (por este pasado lunes) nos vamos al sur. Me gusta visitar diferentes partes de España cada vez que vengo».

Su restaurante en Queens, en Nueva York.Su restaurante en Queens, en Nueva York. - Foto: A. T. F.

En 2020 se quedó con las ganas por la pandemia, pero en 2021 regresó a pesar de las restricciones. «Me tuve que hacer tres PCR después para volver», relata mientras ultima los preparativos de la comida que van a disfrutar después. En el José María, su restaurante preferido. «Para la cocina tradicional me gusta también Cándido. Y me acuerdo también de La Cocina de San Millán, del Gimnasio, La Concha, el bar Plaza para la tortilla por la mañana, Las Columnas... Me encanta vivir en la calle y parar, hablar y picar cosas diferentes. Me encanta la vidade esta manera», resalta a sus 57 años.

No le ha dado tiempo a olvidarse de Fernando y Mónica, la familia que lo acogió en su casa en el Taray en aquel descubrimiento adolescente de Segovia. O de Felipe Peñalosa y José María Martín, que dirigían el programa que permitía a estudiantes estadounidenses como él disfrutar de esta suerte de 'erasmus' en España. «Sigo aprendiendo cosas de Segovia porque algunas se me olvidan, pero lo que más me gusta es comer y beber», bromea con una risa cómplice junto a sus amigos segovianos.

Cuando vuelva a Nueva York comenzará a preparar el siguiente viaje a España. El reencuentro con aquellos días que le cambiaron la vida, como remarcó en un reportaje que la televisión New York Live TV dedicó a su restaurante hace unos meses. Un espaldarazo a su trabajo y un empujón a la difusión de la imagen de Segovia, ya que en el programa aparece una imagen del Alcázar. «El alma de Segovia está en mi restaurante y siempre lo va a estar», concluye Jannetta antes de continuar disfrutando del  tiempo con sus amigos segovianos, que le llaman Miguel.