Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Un atentado por desentrañar

27/01/2023

El asesinato del sacristán de la parroquia de Nuestra Señora de La Palma de Algeciras, Diego Valencia y el ataque a otras cuatro personas perpetrado por un musulmán de 25 años, Yasin Kanza, no debe ocultar que la mayor parte de las noticias sobre el yihadismo que se conocen en nuestro país tienen que ver sobre todo con la detención de personas o grupos que se han radicalizado y que podrían estar preparando la realización de atentados, que son abortados por las investigaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.  

Tras los atentados yihadistas de Madrid del 11 de marzo de 2004 y los de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017,  llevados a cabo por grupos organizados, los otros atentados de origen yihadista, el asalto de una comisaría de los mossos d'esquadra en Cornella por un individuo que blandía un cuchillo de grandes dimensiones que fue abatido antes de que pudiera herir a alguien y el atropello en Torre Pacheco (Murcia) fueron realizados por 'lobos solitarios' en los que también había sospechas de algún tipo de deterioro mental, lo mismo que puede ocurrir en el caso del terrorista de Algeciras., además de su proceso de radicalización reciente.     

La generalidad de las reacciones por el atentado terrorista han sido de consternación y apoyo a las familias de las víctimas y llamamiento a la calma. Los máximos representantes de las confesiones católica y musulmana han desligado el hecho de la práctica religiosa.  Para la Comisión Islámica, "los actos condenables están lejos de nuestra religión y de la comunidad musulmana que siempre ha sido un ejemplo de convivencia y encuentro" y rechazaban vincularlo "al Islam o a la comunidad religiosa que representamos", mientras que el secretario general de la Conferencia Episcopal, César García Magán, condenaba toda forma de violencia sobre todo "cuando esa violencia se pretende justificar equivocadamente, en nombre de Dios. Eso es tomar el nombre de Dios en vano, se llame o pongamos el nombre a ese Dios único y verdadero", y pedía "no demonizar a grupos, ni echar leña al fuego, ni caer en demagogia ni relacionar el terrorismo con ninguna fe".  

Aún queda mucho por investigar para saber realmente y las  intenciones del autor del atentado, si se trata una vez más de un lobo solitario, si ha habido un lugar en el que se produjo su radicalización, si su entorno la conocía. En definitiva  la causa que le ha llevado a atacar a representantes de la Iglesia.  

El hecho de que se encontrase en situación irregular en España, que estuviera pendiente de expulsión sin que se hubieran aplicado ningún tipo de medida cautelar, o que estuviera fuera del radar de la policía no debe considerarse un fallo en las medidas de prevención puesto que no contaba con antecedentes penales y, por tanto relacionar este hecho con la inmigración irregular es un intento de abrir un debate interesado en el que se mezclan asuntos distintos.  

Que desde la oposición se haya pedido ya información sin que hayan concluido las pesquisas y la convocatoria de la comisión de seguimiento del pacto antiyihadista tampoco es inocente. En primer lugar, porque la investigación de los hechos se encuentra en fase preliminar, y porque a tenor como se han producido los hechos ni tan siquiera se ha tomado la decisión de elevar el nivel de alerta 4 en el que vive nuestro país desde hace muchos años y aunque no se ha reunido a lo largo de la legislatura  parece que la cercanía de las elecciones hace que cualquier asunto, incluso los más graves, pueda servir para allegar munición política.