Después de varios veranos sin albergar conciertos, el ábside de la iglesia de Santiago, pasa por un proceso de rehabilitación y consolidación. Por desgracia este monumento de Cuéllar es uno de los espacios habituales para sufrir actos vandálicos por su ubicación. A pesar de estar en el casco histórico, cuenta con varios recovecos que le hacen pasar inadvertido. Desde la concejalía de Patrimonio ya se anunció en 2022 la intención de restaurarlo, pero los trabajos no han comenzado hasta ahora. Se pretenden ejecutar obras de restauración y consolidación del muro norte y actuar sobre el ábside y la techumbre del mismo. «Estaba lleno de grafitis, habían arrancado ladrillos y parte de las piedras interiores y eso podría provocar que el muro entero se desplomara», explica la concejal del área, Maite Sánchez.

En más de una ocasión se ha actuado limpiando pintadas y restos de hogueras en el interior del ábside, donde manchas negras del fuego y restos de velas entre otros elementos eran habituales en este espacio. «Mucha gente comete actos vandálicos contra el patrimonio y el ábside de Santiago ha sido uno de esos puntos donde la gente se ha cebado. En el Ayuntamiento queremos recuperarlo y darle el valor que estaba perdiendo», comenta Sánchez. En la actualidad se está actuando en el muro donde se habían producido desprendimientos tanto de forma natural como por actos vandálicos y se van a eliminar los restos de hogueras en el interior de las arquerías del ábside. Estos trabajos finalizarán en un par de semanas y tendrán un coste de unos 40.000 euros.

Con la legislatura a punto de concluir, este espacio se quedará con necesidades pendientes de cubrir. «Quedaría pendiente vallarlo o protegerlo con elementos que no interrumpieran la belleza del edificio y facilitar el acceso al espacio para la celebración de conciertos y eventos con los conciertos del mudéjar que se realizaban en este emplazamiento», opina la concejal. 

El ábside de Santiago es parte de la antigua iglesia del mismo nombre originaria del S.XIII y contaba con un atrio sur. Era sede del archivo de la Casa de los Linaje y los restos que hoy se conservan fueron restaurados en 1987 por la Escuela Taller Municipal que también realizó excavaciones arqueológicas en la necrópolis. A día de hoy sólo se conserva el ábside que además es un gran ejemplo del arte mudéjar de la zona.

También se mantiene un gran arco renacentista del que aún queda parte de la decoración pictórica original. El cuerpo de la nave de la iglesia ha desaparecido prácticamente por completo. El conjunto situado junto al arco del mismo nombre cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural.