La Calle Real de los despistados

Nacho Sáez
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Numerosos turistas acaban con sus coches en esta vía comercial confundidos por el GPS pero también víctimas de su error de no fijarse en las señales de prohibido.

La Calle Real de los despistados

Viernes 8 de septiembre, seis de la tarde. Como si se tratara del rodaje de un anuncio publicitario, dos coches de marca Toyota se encuentran de frente en una plaza del Corpus repleta a esa hora de viandantes, clientes de los comercios y turistas. Nada más lejos de la realidad: dos conductores despistados habían acabado en plena Calle Real. La escena no pasaría de anécdota si no fuera porque se repite con notable frecuencia, tal y como demuestran las fotografías que ilustran esta página.

Apenas cuatro días antes, otro se saltó las señales de prohibido situadas junto a la Casa de la Lectura y enfiló hacia la plaza de las Sirenas hasta que un vecino de la zona le advirtió de su error y él rápidamente dio marcha atrás. La colaboración vecinal suele emerger de forma oportuna en estos casos para deshacer el entuerto, pero no llegó a tiempo en el del Mercedes que el pasado 3 de septiembre se armó tal lío que acabó varado en el primer tramo de escaleras de la Puerta de La Luna.

Se le hizo de noche antes de tiempo, aunque tampoco iluminaron los rayos de la opuesta Puerta del Sol al que, en abril del año pasado, se metió por las escaleras de ese rincón de la Judería Vieja. La entonces concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, explicó que el conductor llevó al coche a saltar el primer tramo de escaleras hasta acabar a punto de enfilar el segundo, que da acceso al Paseo del Salón. El visitante, ayudado de unos amigos con que cuenta en Segovia, a los que llamó, y de efectivos de la Policía Local, pudo sacar el vehículo marcha atrás, subiendo el tramo, aunque ya evitando los escalones con unas tablas,  para dirigirse acompañado de una patrulla de la Policía Local por la calle de San Frutos, para salir a la Plaza Mayor.

Detrás de estos episodios suele estar un seguimiento equivocado de los sistemas GPS y de navegación de los vehículos, pero también la falta de atención de los conductores hacia las señales de prohibido que se encuentran situadas en puntos estratégicos. La consecuencia es una denuncia de la Policía Local por una infracción de las normas de tráfico. Al cierre de esta edición, el Gobierno municipal no había confirmado si tiene previsto reforzar la señalización.