Las matemáticas no engañan. La Gimnástica Segoviana está a siete puntos de la zona de permanencia cuando quedan quince por disputarse. Las probabilidades de que el equipo de Ramsés siga la próxima temporada en Primera RFEF empiezan a ser mínimas pero, si este domingo no gana al Barakaldo (12:00 horas, en directo por FEF TV), ya no quedará casi ninguna.
De ahí la contundencia de su entrenador ante los micrófonos: «Ya no es el momento de enviar mensajes, es el momento de ganar partidos». Al menos de cara al exterior, la plantilla está convencida de que aún va a tener opciones de conseguir la salvación. «Nos miramos a la cara y estamos convencidísimos de que lo vamos a sacar. Cuando tú tienes un grupo de 24 jugadores que todos luchan por lo mismo, todos confiamos en lo mismo, te lo ponen súper fácil para creer. Entre unos y otros nos ayudamos a creer en lo que dice el míster y a ser optimistas», reflexionó el portero Oliva en la rueda de prensa de este jueves.
El delantero Joshua Farrell se pronunció en términos similares el pasado lunes en el programa 'La jornada' de La 8 Segovia. En la previa del partido contra el Barakaldo, Ramsés reforzó el mensaje de ambos jugadores. «Tenemos un escenario complicado, pero también es un reto precioso por asumir y por afrontar. Está claro que hay que sacar mucho en los cinco partidos que quedan y vamos a intentarlo», señaló el entrenador gimnástico.
En el peor escenario, la Segoviana podría acabar esta jornada a nueve puntos de la permanencia pero Ramsés asegura que no se está pensando en la próxima temporada: «El objetivo tiene que ser intentar competir igual de bien, intentar tener un poquito más de acierto, intentar afinar en lo que se trabaja en los entrenamientos para que luego se haga los domingos con respecto al rival que tienes y, en ese sentido, hasta diciembre salió muy bien a nivel de resultados pero se nos torció y nos ha llevado a una situación difícil en la que tenemos que intentar darnos una alegría al domingo y volver a meternos en la pelea».
La tarea no va a ser fácil. Llega un Barakaldo que quiere apurar sus opciones de meterse en el 'play off' de ascenso, muy limitadas después de haber sumado solo dos puntos de los últimos quince posibles. «Es el equipo que te da envidia sana. Es un equipo también recién ascendido que empezó haciendo las cosas muy bien y que lo lleva haciendo muy bien todo el tiempo. Ahora llevan un bache de resultados –que no de juego– que no habían tenido en toda la temporada, pero si les ves jugar siguen con las mismas credenciales que tuvieron en la ida. Un equipo intensísimo, presionante, muy agresivo, muy trabajador y con jugadores de calidad que les ha llevado a estar peleando por el 'play off'», destaca Ramsés.
La baja de Maroan, fichado por el Athletic de Bilbao en febrero y consolidado como una de las grandes revelaciones en la segunda vuelta en Primera División, ha restado calidad y gol al equipo vasco, pero nadie se fía. «Yo lo que más temo es que es un equipo muy fuerte y que compite muy bien. Su forma de jugar la tiene clarísima –eso ayuda mucho– y encima tiene acierto», resalta Oliva, que pide para su equipo mayor fortaleza emocional: «Contra el Celta nos pusimos por delante, el otro día empatamos y tuvimos posibilidades para ponernos por delante, pero al final siempre hay una acción que nos da un tortazo, nos tira a la lona y nos venimos abajo. Yo creo que la clave es cambiar eso, que por mucho que nos metan un gol y se pongan por delante, hemos visto un millón de situaciones este año y en años pasados en los que hemos sabido sacar la situación adelante. No nos tenemos que venir abajo».
Ese reto lo tendrá que afrontar con la probable baja de Juan de la Mata y con la presión de que ya no tiene margen de error. Es la hora de quemar los últimos cartuchos.