Avenida del declive

Nacho Sáez
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Casi un tercio de los locales comerciales de la avenida del Acueducto se encuentran cerrados, casi todos en la zona de los soportales, víctimas principalmente de la competencia de Internet y la subida de costes.

Avenida del declive - Foto: Rosa Blanco

Antonia Marinova es la imagen de la impotencia. Hace apenas un año y medio abrió el bar Bisbero en la avenida del Acueducto y ya se plantea cerrar. «Te sientes inútil. En vez de luchar por algo, ves que estás hundiéndote cada día más. Yo me levanto y vengo, pero cuesta mucho», cuenta esta empresaria, antes trabajadora de la hostelería. El suyo es uno de los 41 negocios que continúan abiertos en la avenida del Acueducto, donde actualmente hay 18 cerrados a pesar de la cercanía respecto al monumento y la afluencia continua -en teoría- de segovianos y turistas.

«La mayoría de los eventos en Segovia se hacen en la Plaza Mayor, y los que se hacen aquí los ponen en la parte cercana al Acueducto», se queja Marinova, que cada vez que hay una feria en la avenida del Acueducto observa desde la distancia con envidia cómo el trasiego de personas se acumula en las casetas y en los negocios próximos mientras ellos parecen marginados. «Además, las rentas en esta calle son altísimas y todo está carísimo. Cuando abrimos, una caja de cien huevos nos costaba 40 euros y ahora está por encima de 100 euros. Mucha gente cierra para no endeudarse más», relata con tristeza.

Solo un puñado de locales más allá en dirección al Acueducto, Andrés Acosta resiste porque le queda poco para jubilarse y paga una renta antigua. «Aquí hemos llegado a trabajar cinco personas y ahora estoy yo solo y me basto», cuenta. Su tienda, Calzados Migueláñez, es uno de los establecimientos emblemáticos de la avenida del Acueducto. Abrió sus puertas hace 65 años y ha sido testigo de la trasnformación de la ciudad y del comercio. «Cuando llegamos aquí, mis padres decían que era muy caro, pero paraban los coches y había mucha gente. Ahora lo que nos indican los locales que están vacíos es que la situación es mala. Nosotros no queremos dejárselo a nuestros descendientes porque vemos que no tiene salida», confiesa Acosta.

Avenida del decliveAvenida del declive - Foto: Rosa Blanco

La plaga de locales comerciales vacíos se extiende por toda la ciudad con la excepción de la Calle Real. Las calles San Francisco, Blanca de Silos y José Zorrilla acusan la feroz competencia de las grandes plataformas de Internet. La situación de la avenida del Acueducto llama la atención, sin embargo, por el lugar privilegiado que ocupa a escasos metros de la plaza del Azoguejo. Un gestor conocedor de los entresijos inmobiliarios de esta vía -que prefiere que no figure su identidad- asegura que el 70 por ciento de los locales comerciales que están cerrados se encuentran inmersos en procesos de reparto de herencias. Aun así no es optimista respecto a su reapertura a corto plazo. «Amazon y el comercio 'online' se lo comen todo. Quitando comercios que sean de algo muy directo para el cliente -una óptica o un dentista-, el resto tiende a desaparecer y derivarán en vivienda», apunta.

El proceso de fusión de los bancos ha contribuido al ocaso. La compra del Banco Popular por parte del Banco Santander vació el inmueble situado en la esquina con la calle Gobernador Fernández y la fusión de Bankia y CaixaBank dio sepultura al ubicado junto a la bajada de la calle El Carmen. «La avenida del Acueducto tiene dos partes. Una desde el Azoguejo hasta La Colonial que trabaja, y otra hasta la estación de autobuses que se ha quedado un poco obsoleta. Es una vía principal de Segovia, pero los precios del alquiler son elevados y hoy en día, según están las cosas, poner un negocio está complicado. En toda España, no solo en Segovia, hay cientos de locales vacíos, así que cambiar el uso a residencial puede ser algo interesante en determinados barrios», remarca el presidente de la nueva Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias (Aseinmo), Gonzalo Marina.

La Federación Empresarial Segoviana ha alertado recientemente del peligro de que se pierdan negocios consolidados y ha impulsado un proyecto para poner en contacto a empresarios que quieran traspasar su compañía con otros que deseen que deseen iniciar una actividad económica. «Lo he dicho siempre, esto [el cierre de comercios tradicionales] no es una cosa puntual», subraya el presidente de la Agrupación de Comerciantes Segovianos (ACS), Manuel Muñoz. «No voy en contra de medidas como regalar la mitad de la cuota de autónomos o al IBI al que se establezca este año, pero nadie se lanza a poner un negocio -que vale un montón de miles de euros- porque le estén rebajando 2.000 euros. Hay que apostar por este sector a través de un plan estratégico local, regional e incluso nacional que dure cinco o diez años. Si no es así, va a ser muy complicado aguantar».

Avenida del decliveAvenida del declive - Foto: Rosa Blanco

El declive de la avenida del Acueducto se debe a «diferentes» factores, en opinión de Muñoz. «Por un lado está el tiempo que vive el comercio, que no es muy halagüeño. Las circunstancias que se han dado estos años son muy difíciles: crisis pandemia, otra vez crisis... Abrir locales vale dinero y la rentabilidad no va a ser la necesaria para pagar los alquileres en zonas como esta. Tampoco hay un relevo generacional. No hay gente joven que quiera entrar en el mundo del comercio. De hecho, la causa principal del cierre de negocios es que se jubila el dueño y no hay relevo generacional. Además, las nuevas tecnologías se están comiendo una parte importante del mercado, aunque el comercio tradicional va a seguir existiendo», argumenta.

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Avenida del declive - Foto: Rosa Blanco

Un restaurante prepara su apertura en la avenida del Acueducto, según apuntan fuentes cercanas a los propietarios de algunos de estos locales, pero Roberto Manso, presidente de la otra patronal segoviana del comercio, Fecose, esgrime el precio de las rentas en esta zona como uno de los principales obstáculos para la recuperación. «Cuando se cierran locales, siempre se dice que es por el alto precio de los alquileres y casi nunca es verdad. Pero la avenida del Acueducto siempre ha sido la zona bancaria y los alquileres son carísimos. Es difícil que un comercio se atreva a meterse ahí y, si a eso unes que están cerrando oficinas bancarias a punta pala, ahí está el problema. Se están quedando asesorías y negocios así que tienen un poco más de margen. Aun así no me preocupa tanto esta zona como otras. Esta es la más vistosa de Segovia y al final el mercado es muy sabio y acabará ajustando costes y ajustando oferta y demanda y habrá comercios que se instalen allí. El problema son otras calles que un día tuvieron comercio y que probablemente jamás lo vuelvan a tener», remacha Manso.