Siempre mirando al cielo

SPC/Madrid
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Actividades culturales, restauración de aeronaves o formación de guías para atender a los visitantes son algunas de las 'tareas' de la Asociación de Amigos del Museo del Aire, que este año celebra su 25 aniversario

El Museo de Aeronáutica y Astronáutica, anteriormente nombrado Museo del Aire y ubicado en el madrileño barrio de Cuatro Vientos, es una parada obligatoria para todos aquellos interesados en la historia de la Aviación española, rica en gestas gloriosas, vuelos y viajes de relevante mérito para la Humanidad. Pero también por todos aquellos curiosos que quieran ver de cerca los colosos que surcan los cielos de medio mundo. Situado en el límite de la capital con el municipio de Alcorcón, el visitante puede pasear entre aviones, reactores, hidroaviones, helicópteros o autogiros, en un trayecto que recorre varias décadas de nuestra Historia y que también permite contemplar uniformes, condecoraciones, motores, maquetas y otras piezas relacionadas con la aviación.

"Para honrar la memoria de quienes los realizaron, mantener vivo el recuerdo de estos hechos, aprovechar sus beneficiosas enseñanzas y despertar la vocación aeronáutica en las nuevas generaciones, resulta aconsejable la creación de un Museo donde todos aquellos hechos de marcado relieve tengan la debida representación" decía la orden ministerial del 28 de junio de 1966 donde se aprobaba la creación de este espacio que, desde 1981 cuando se materializó, expone el Patrimonio Histórico de la Aeronáutica Española. Un Patrimonio que se conserva, en parte, gracias a la labor que desarrolla la Asociación de Amigos del Museo del Aire, que este año celebra su 25 aniversario.

Siempre mirando al cielo
Siempre mirando al cielo

Desde su creación en 1998, esta entidad presta apoyo y colaboración a un Museo que está catalogado entre los cinco primeros de aeronáutica de Europa por el número y calidad de aeronaves que alberga. Actividades culturales que van desde visitas hasta conferencias o exposiciones, como la que se ha podido ver recientemente en el propio Museo; restauración y preservación de las aeronaves que forman el núcleo central de la instalación expositiva; o formación de guías voluntarios para atender, con cariño y devoción, a los miles de visitantes que cada año llegan hasta Cuatro Vientos son algunas de las actividades que lleva a cabo una asociación que quiere seguir creciendo tras cumplir sus bodas de plata.