"Hay que volver a recuperar el amor a la tierra"

M.Galindo
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A sus 92 años, Antonio Horcajo (Segovia, 1931) ha decidido dar un paso al lado para abrir una nueva etapa en el Centro Segoviano de Madrid, que ha presidido durante 26 años, el periodo más largo al frente de esta institución desde su fundación

Antonio Horcajo - Foto: DS

Hablar de balance es plantear un análisis en términos económicos, pero ¿cómo resumiría más de un cuarto de siglo al frente del Centro Segoviano de Madrid?
Tengo que decir que ha sido la presidencia más larga de la historia del centro 26 años en una época en la que nadie quería hacerlo y había que estar en el machito más que nada por por el futuro de los segovianos en Madrid y el recuerdo de tantas generaciones que habían pasado por allí.

En este tiempo hemos podido disfrutar también de cosas tan hermosas y tan bonitas como la celebración  de nuestras fiestas en Santa Águeda y de La Fuencisla  en Madrid con los actos en la iglesia de Santiago en la Plaza de Santiago al lado del Palacio Real donde todos los años se tiene la novena de la Virgen de la Fuencisla que se celebra desde1995 y que hemos sabido y podido mantenerla.

En esencia, mi trabajo fue tener unida a la colonia segoviana en Madrid e interesarnos por los que estaban en situación más o menos precaria para ayudarles en la medida que podíamos para lo cual creamos un pequeño refugio de reserva al que nunca faltó gente que venía de los pueblos y se dirigía al Centro Segoviano  porque venían despistados.

Esto comenzó a hacerse en los años 40 del pasado siglo, cuando  la agricultura dejó de ser la actividad en nuestros pueblos porque la mecanización hizo posible que la gente se quedara parada  y se vinieron a Madrid . En esa época el centro se convirtió también en una oficina de colocación y además  estaba en un sitio muy privilegiado que era la calle Mayor, prácticamente junto  a la Puerta del Sol; y  allí pues había todo tipo de actividades. En esa época hubo presidentes  magníficos que supieron llevar aquello adelante como el doctor Valentín Cardiel o como el cantalejano Albino Sanz.


A mi me tocó sustituir al Marqués de Lozoya, y han sido 26 años seguidos, por lo que ya era hora de que me dejaran descansar (risas). Yo anuncié en una junta directiva que ya no podía seguir,  no debía seguir por razones obvias. Mi obsesión. era llevar gente joven al Centro Segoviano y mantener  el vínculo  de tal manera que todo el que necesitara algo del centro tiene nuestros servicios y nuestros locales a su disposición.

Ahora me ha sustituido Sonia Juárez que es una mujer enormemente eficaz a la que he tenido yo siempre en la Junta Directiva y hay un nuevo momento. El tiempo no es siempre igual,  la historia se escribe cada día y la mía en el centro ya está escrita; pero ahora empieza la de Sonia, que estoy seguro que va a ser también muy brillante.

Hay que recordar que el Centro Segoviano de Madrid es la  Casa Regional más antigua de España y desde luego de Madrid con diferencias sobre las demás porque nació en 1920 y el acta fundacional la tenemos reproducida y enmarcada en la sala de juntas, lo que ha sido mi despacho durante tantos años.

Siempre me ha preocupado mucho también mantener el vínculo con toda la historia de Segovia y ahí quedó ese mural de 14 metros de largo por 4 de alto que se puede ver en la sede, obra de José Luis Saura, que interpretó el guión que yo le ofrecí para plasmar su historia.

En él están las  comunidades de ciudad y tierra y de Villa y Tierra ahí, ahí están los personajes como Andrés Laguna, Enrique IV las reinas de Castilla, Domingo de Soto; Juan de Grijalva, está el fundador de Panamá Pedrarias o artistas como Emiliano Barral y Agapito Marazuela que fue presidente del Centro Segoviano durante la guerra.

En la Guerra Civil, el centro se convirtió en el cuartel de las milicias populares segovianas en Madrid que vinculadas al centro pero ellos hicieron muy bien las cosas y el centro a lo largo de los tres años de la guerra nunca fue invadido, sino utilizado en la Puerta del Sol por los propios segovianos para los fines que entonces  creían convenientes.
Otro hito importante fue la creación de los premios 'Tierra de Segovia, Sus hijos y sus obras', por los que han pasado personalidades reconocidas y figuras emergentes como Carlos Muñoz de Pablos, Mariano Quintanilla, el cineasta José Antonios Nieves Conde o el fundador de la primera universidad privada en España Jesús Núñez Velázquez entre muchas otras personalidades; pero mi principal ocupación ha sido recordar a los segovianos que nos visitan hasta donde llega una tierra que es patrimonio de la Humanidad.


¿Desde cuándo lleva vinculado al Centro Segoviano de Madrid?

Cuando estudiaba en la universidad me iba desde la facultad en  San Bernardo al centro a la Puerta del Sol a leer todos los días El Adelantado donde ya aparecían colaboraciones mías y me iba allí  todos los días en un receso. Estamos hablando de la década de los 50 del pasado siglo y yo tengo 92 años, así que calcula, porque a veces la memoria me falla para las fechas; pero mi vinculación no ha terminado y allí sigo teniendo citas con personalidades segovianas en torno a un cocido con garbanzos de Valseca y vino de Valtiendas, porque siempre he querido que los productos que se consuman sean procedentes de Segovia.
 

¿Cómo se consigue que un centro como el Centro Segoviano de Madrid permanezca durante tanto tiempo al margen de los vaivenes políticos? ¿Cómo se consigue esa neutralidad?
Porque yo lo puse en los estatutos del centro. Yo dije que en el Centro Segoviano se podía hablar de todo, de amigos, de enemigos,  de lo que sea menos de política. Aquí no tiene entrada la política, aquí se viene con el documento nacional de identidad que significa nombre de la persona y pueblo de origen, que puede no ser segoviano y de hecho hemos tenido muchos socios en el centro que no eran segovianos, pero que tenían una afinidad con Segovia. Las puertas del centro están abiertas para  los socios para todos los segovianos y para todo el que ame a Segovia y la respete; y punto. N ponemos más condiciones, y esta medida la adoptamos en una época en la que era el momento del cambio democrático y el enfrentamiento político podía ser una situación difícil de superar, pero es algo que han admitido los socios, que a lo mejor en privado han podido hablar de política, pero nunca en un acto público donde se pudieran dirimir situaciones políticas.


A usted se le atribuye el termino 'segovianos de la diáspora' a la hora de definir a aquellos compatriotas que viven fuera de su tierra natal.

Lo he dicho muchas veces. Los segovianos que estamos fuera de Segovia somos los de la diáspora, pero no solo somos los de Madrid, son todos. En alguna ocasión José Luis Herguedas, presidente del Centro Segoviano de Guadalajara me lo recuerda y dice que los segovianos somos como los judíos que nos echaron de Segovia y nos hemos juntado en una casa común.

Este concepto  se une al legado de  Manuel González Herrero, que nos dejó  el amor a la tierra en la fidelidad.  Don Manuel nos dijo siempre que Segovia se hizo grande mirando al sur y llegó hasta el Tajo; por eso tenemos en  el centro un gran plano de la antigua extensión de Segovia que recuerda su antiguo esplendor.  

Nosotros somos los segovianos de la diáspora, que nos hemos tenido que ir de nuestra tierra pero no la hemos olvidado como ocurrió con los judíos cuando se fueron se llevaron la llave de su casa esperando volver algún día.

Desde el centro siempre se han impulsado iniciativas que que tratan de redundar en beneficio de Segovia como la Asociación de Empresarios Segovianos en el Exterior, en la que ha trabajado denodadamente.
La Asociación de Empresarios en el Exterior es  una creación de Juan Antonio Bachiller que no tiene una sede física, y yo les dije 'el  Centro Segoviano es vuestra casa'  y el Centro Segoviano ejerce como sede de la Asociación de la que yo formo parte y que incluye a un grupo de prestigiosos empresarios de toda índole, con el vínculo común de Segovia.  Cada uno tiene su vida profesional pero en el centro somos todos segovianos y todos somos los mismos garbanzos en el mismo puchero.

El objetivo es siempre mirar por los intereses de Segovia sino también por el amor a Segovia. Yo he tenido que hacer defensa de Segovia en los periódicos de Madrid, y escribir a sus directores para corregir algunos errores. En el ABC tuve que escribir en una ocasión para replicaar una mala interpretación sobre la fiesta de las alcaldesas de Zamarramala argumentando que las mujeres no expulsan a los hombres ni les someten como esclavos, sino que ellas mandan un día y los hombres encantados. No son tradiciones de guerra, sino todo lo contrario, y siempre hay ocasión de rebatir o aclarar a aquellos que son ignorantes.

¿Cómo se ve el futuro de Segovia desde  fuera?
La Segovia actual está un poco átona. Vemos que los pueblos de Segovia se han quedado prácticamente vacíos porque la gente se ha ido a Barcelona a Bilbao a Madrid y me da pena esa despoblación.

Yo escribí un artículo que está publicado en El Adelantado y titulado "Por quién doblan las campanas" cogiendo el título de Hemingway que escribió la novela ubicándola en Segovia al recordar su presencia en el frente de Navacerrada.

En él, digo que la campana era el alma de los pueblos de Segovia; la gente de los pueblos sabía  por el toque de campana que era el momento de madrugar, de trabajar, de comer o de recogerse.  

Ahora no suenan las campanas porque no hay brazos que muevan los badajos porque nos hemos quedado despoblados y hay que volver a recuperar lo que es nuestra tierra donde hemos nacido y donde muchos después de muertos quieren que les lleven otra vez para descansar. El amor a la tierra no se pierde, lo que perdemos es precisamente lo que la vida nos obliga, porque si no hay trabajo en la tierra tendrás que ir a buscarlo a otro sitio, pero tu corazón seguirá sangrando.

¿Cómo le gustaría ser recordado en el Centro Segoviano de Madrid?
Ya está mi retrato en el mural (risas).  Ha habido de todo, pero ttú conoces mi trayectoria y me ha interesado mucho que el centro fuera un centro de cultura al que llevar a la gente que nos enseñara cosas así como recordar a los segovianos que la propia Segovia tenía olvidados.

En este sentido, pongo como ejemplo el monumento al Marqués de Lozoya en la Plaza de la Trinidad, que con el diseño de Joaquín Roldán y el trabajo de los hermanos José Luis, Ángel y Paco López está en el sitio en el que tiene que estar, entre la iglesia de las Dominicas y la iglesia de la Trinidad, el sitio donde fue bautizado y donde está reposando eternamente.

Hemos estado siempre receptivos a la cultura, que los autores vinieran a presentar sus libros, y para el Centro siempre ha sido una alegría.  Les comprábamos siempre libros para después repartir en la gente y ofrecíamos una recepción a los invitados con productos de Segovia para favorecer el diálogo entre ellos. 


¿Hacia dónde debe avanzar el Centro Segoviano de Madrid para mantener esa línea de permanencia?
Creo que es fundamental incorporar gente joven como la actual presidenta Sonia Juárez, hay que hacer las cosas muy bien. También hay que incorporar mujeres y hemos ido incluyendo en la directiva a muchas de ellas, de manera que ahora está prácticamente equilibrada en numero de mujeres como de hombres, y es algo que ha ido muy bien, porque la templanza de unos y el genio de otras ha hecho que hubiera un equilibrio que nos ha permitido salir adelante.

Por otra parte, tenemos una sala de conciertos y un restaurante cuyas rentas garantizan el futuro económico del Centro, conforme a sus contratos de arrendamiento. El centro se podrá cerrar por otras cuestiones, no lo sé,  políticas o lo que sea, pero yo lo he dejado de tal manera que con las rentas haya un remanente suficiente para abrir la puerta todos los días durante todo un año sin que nadie pague un duro salvo las cuotas de los socios.

La Sala Clamores es una referencia en el jazz y la música en Madrid, y aunque muchos creen en Madrid que el nombre tiene que ver con el verbo clamar, el hecho cierto es que es por el río Clamores, buscando siempre una referencia segoviana.