El Real Valladolid desbordó al Celta, con una aplastante victoria, que incluyó además dos paradas de Masip desde el punto de penalti -en la misma pena máxima, repetida- y otra parada, también tras una pena máxima, de Marchetín a Sergio León.
El técnico local sorprendió con un cambio de esquema, apostando por tres centrales, y con Weissman y Guardiola como referentes ofensivos, en busca de una mayor efectividad en el remate y de una necesaria victoria, ante un Celta más conservador, que también llegaba con ciertas urgencias.
Además hizo debutar al joven Lucas Rosa en el lateral derecho, y fue precisamente una llegada del futbolista del filial la que pudo dar lugar al primer gol blanquivioleta, pero su centro no llegó a Weissman y fue desviado por la defensa visitante.
Fueron unos primeros minutos en los que los gallegos impusieron una intensa presión desde arriba, lo que dificultó al Real Valladolid controlar el balón. En ese inicio, Iago Aspas ya hizo valer su calidad, con una gran jugada que, sin embargo, remató Beltrán de manera defectuosa.
Bajo una lluvia torrencial, ambos equipos trataban de tener la pelota y aprovechar los posibles fallos del contrario para abordar el área. El partido se iba equilibrando en cuanto a posesión, pero lo cierto es que el cuadro local no dispuso de tiros a portería, mientras que el Celta había logrado llegar en dos ocasiones, eso sí, sin éxito.
El Real Valladolid tenía una asignatura pendiente: el balón parado. Y en un saque de falta que saca Aguado para Roque Mesa, el canario, con un gran disparo desde la frontal del área, que llegó a tocar Hugo Mallo, subió el primer tanto al casillero blanquivioleta.
El cuadro gallego no perdió los nervios, y minutos después Cervi buscó el empate con un disparo que detuvo Masip. Fue el aviso de lo que vendría después y que dejó en evidencia a la defensa vallisoletana que, en este partido, estaba formada por tres centrales.
Tras recuperar el balón, el Celta aprovechó la velocidad de sus jugadores, sobre todo de un Larsen que provocó un dos contra uno, lo que dejaba a Óscar solo delante del meta catalán, y este no perdonó, a tres minutos del descanso, al que se llegó con el empate a un gol.
Tras la reanudación, los gallegos fueron a por todas y se hicieron con el control del juego, con Aspas a punto de marcar, con un lanzamiento que rozó el palo. También lo intentó Cervi poco después, y también su disparo salió desviado, en su caso, con más holgura.
"Pacheta" empezó a mover fichas, y sacó a Óscar Plano y a Sergio León, que aportaron un nuevo impulso al cuadro local. De hecho, Sergio León pudo romper la igualdad con un disparo que terminó despejando Marchesín.
Como sucedió con el Celta, este lanzamiento se convirtió en la antesala del segundo gol de los vallisoletanos, que tuvo como protagonista a Joaquín, quien entró como un obús para rematar de cabeza el saque de esquina, dando así ventaja a su equipo.
Comenzó una fase de absoluto dominio blanquivioleta, con constantes llegadas que, en esta ocasión, sí hallaron definición, porque Sergio León enganchaba un balón tras un buen centro de Olaza, para sacar un disparo ajustado, que no pudo detener el meta del cuadro gallego.
Con ese 3-1, el conjunto blanquivioleta no frenó su ímpetu, y Plata provocaba un penalti que se encargó de efectuar Sergio León. Sin embargo, Marchetín adivinó sus intenciones y detuvo el lanzamiento.
No tardó León en sacarse la espina en la siguiente jugada, con un remate inapelable, tras un gran centro de Plano, que suponía el 4-1. La alegría era máxima entre los aficionados que se atrevieron a subir al José Zorrilla a pesar de la lluvia.
E iban a seguir disfrutando, puesto que en el minuto 86, Feddal cometía un penalti sobre Larsen. Iago Aspas fue el encargado de lanzarlo. Y Masip lo detuvo. No una vez, sino dos, porque el colegiado determinó que Masip se había movido previamente y se tuvo que repetir, pero volvió a hallar al meta catalán.
Así, con esa goleada, a pesar de que el Celta no bajó los brazos, no fue capaz de recortarlo. Una gran recompensa para un muy buen partido, que estuvo más equilibrado en la primera mitad, pero que en la segunda rompieron totalmente los locales.