"Cada vez hay más gente joven con casos de ictus"

A.M.
-

Vocal del Área de Neurólogos Jóvenes de la Junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ejerce como neuróloga especialista de área del Complejo Hospitalario de Segovia, donde realizó la residencia, desde mayo de 2018.

La doctora Débora Cerdán Santacruz

La doctora Débora María Cerdán Santacruz (Madrid, 1987), señala en esta entrevista que, debido a la pandemia, «aunque, en la medida de lo posible, hemos intentado mantener las consultas telefónicas desde muy al principio del covid, para transmitir a los pacientes que no estaban abandonados, no es lo mismo que la consulta presencial. La demora en este tipo de asistencia sanitaria ha afectado muy negativamente». Esta neuróloga del Hospital General,  autora de diversas publicaciones en revistas de alto impacto, que ha defendido más de una treintena de publicaciones en congresos nacionales e internacionales,  advierte que «es de sobra conocido que el ictus se ve cada vez en gente más joven, no es infrecuente tener ingresados pacientes de 40 y 50 años, incluso de 20, aunque no es lo habitual».  

¿Cuál es su misión como vocal del Área de Neurólogos Jóvenes de la junta directiva de la SEN?, ¿qué problemática les preocupa?

Fundamentalmentegestionar la bolsa de empleo, una plataforma en la que publicamos las distintas ofertas de trabajo que nos llegan, tanto a nivel nacional como internacional, para que todos los miembros de la SEN puedan tener acceso a estas convocatorias de plazas. Desde el comité que represento, tratamos de dar ayudas a residentes y a neurólogos jóvenes para que puedan ampliar su formación haciendo rotaciones y colaborar en otras actividades dirigidas a este colectivo u otras labores que se me encomienden desde la Junta Directiva. Uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos desde hace mucho tiempo es la gran precariedad laboral contra la que hay que intentar luchar, aunque no es exclusiva de los neurólogos, sino que es abarcable a prácticamente todas las especialidades. 

Ha vivido en primera persona este problema de la precariedad laboral porque ha trabajado en el Hospital General de Segovia con un contrato de guardias, ¿ha mejorado la situación?

Con la pandemia he estado haciendo 'contratos covid', y he llegado a firmar alguno de tres semanas de duración, luego pasaron a ser de tres meses y ahora estoy, afortunadamente, firmándolos cada seis meses. Creo que esto es muestra de que la precariedad ahí sigue, pero estoy contenta porque de momento no me falta trabajo y puedo llevar a cabo otro tipo de labor asistencial. 

¿No le parece un contrasentido que falten médicos, aparte de que se van a jubilar en Segovia unos 270, en siete años, y exista esta precariedad lo que supone un freno para que los profesionales se queden en provincias como la nuestra?

Efectivamente parece un contrasentido, pero esto depende, entre otros factores, de la oferta y la demanda. Actualmente en algunas especialidades apenas hay paro, pero hay gente que opta por irse a otras comunidades. Por ejemplo, en Madrid muchos de los contratos no son mejores, pero quizá es una ciudad que puede tener otros atractivos a múltiples niveles, incluso a nivel hospitalario, con otras opciones de actividad asistencial o investigadora… En Castilla y León hay muchos municipios que notan la falta de médicos, el problema es que no se puede ofrecer lo mismo –o menos– que lo que te proponen en otros lugares, porque de esa forma es difícil atraer a gente… Son aspectos en los que hay que continuar trabajando.

Su especialidad es muy demandada, ¿cuáles son las razones?

La Neurología es una especialidad muy demandada a todos los niveles y se asocia con muchas enfermedades, aunque parece que solo afecta a personas mayores y al pensar en neurología nos vienen a la mente enfermedades como el Alzheimer o el ictus, no obstante, además de que cada vez vemos estas enfermedades en gente más joven, esta especialidad engloba a todos los rangos etarios, ya que incluye enfermedades propias también de personas con menos edad, y a cada uno hay que darle la asistencia que se merece. Lo que es cierto es que cumplir años es un factor de riesgo para muchas enfermedades y la población es cada vez más envejecida por lo que la Neurología estará cada vez más presente.

¿Cuentan con mucha presión asistencial, teniendo en cuenta también lo que ha supuesto la pandemia para los hospitales?

Desde Neurología, hemos vivido la pandemia desde diferentes puntos de vista. Una primera etapa en la que todo era covid, con las complicaciones añadidas, falta de recursos y colapso hospitalario, a falta de conocimiento de a qué nos enfrentábamos… Ahora estamos viendo los daños colaterales, no solo de los pacientes que han estado contagiados con el virus, sino también los que se han visto afectados por la situación sanitaria. Aquí los más perjudicados son las personas más mayores, que han estado confinadas, con falta de movilidad y de mantener relaciones sociales, fundamentalmente aquéllas con deterioro cognitivo o con enfermedad de Parkinson, entre otras. Aunque, en la medida de lo posible, hemos intentado mantener las consultas telefónicas desde muy al principio del covid, para transmitir a los pacientes que no estaban abandonados, no es lo mismo que la consulta presencial. La demora en este tipo de asistencia sanitaria ha afectado muy negativamente.

Los daños colaterales también han afectado a la salud mental…

Al final los enfermos de salud mental también son muchas veces enfermos crónicos que necesitan continuidad asistencial, por lo que, si han perdido los controles, sumado al miedo y al bombardeo constante de información, probablemente de una u otra forma se habrán descompensado.

¿Y en qué medida también ha influido en los problemas neurológicos?

Es cierto que ha habido síntomas que claramente se han asociado a la infección por coronavirus, ha habido personas que tenían síntomas previos y que quizá han empeorado, pero en ocasiones se hacen asociaciones con el covid de muchas enfermedades que ya existían antes, por lo que habrá que ver con el tiempo si hay realmente causalidad o no, cosa que muchas veces es difícil de demostrar. Otras afectaciones también han podido estar en relación con daños colaterales, como los ingresos en UCI o simplemente por el hecho de las complicaciones asociadas a los ingresos prolongados, a la falta de oxigenación si había importante afectación respiratoria… En medicina una cosa que nos sirve para intentar demostrar asociaciones, son los estudios observacionales y la propia evolución en el tiempo. Es un virus que se ha relacionado prácticamente con todas las especialidades médicas. 

¿Tardará en recuperarse la sanidad de esta pandemia?

Sí, ya partíamos de cifras negativas, con listas de espera, y esto lo que ha hecho ha sido empeorar, ahora intentamos recobrar toda la normalidad que se puede. Desde mi punto de vista tardaremos tiempo en recuperarnos todos.  

¿Qué tipo de casos son los más comunes en Neurología, en una provincia como Segovia?

No tengo un estudio comparativo con otras comunidades, con respecto al ictus es de sobra conocido que cada vez se ve en gente más joven, no es infrecuente tener ingresados pacientes de 40 y 50 años, también hemos tenido de 20, aunque no es lo habitual y las causas del ictus en gente joven hay que estudiarlas más profundamente porque hay veces que van asociadas a alguna enfermedad –no conocida previamente– y un accidente cerebrovascular ha sido la forma de manifestarse. No hay que confiarse por ser joven, hay que controlar la hipertensión, el colesterol, evitar el tabaco, los que se llaman factores de riesgo vascular. 

Como comentaba previamente hay consultas muy frecuentes que afectan preferentemente a personas jóvenes como son la migraña o la esclerosis múltiple y luego otras que lo habitual es que se presenten a partir de la sexta década de la vida como la enfermedad de Parkinson o el deterioro cognitivo, entre los que destaca la enfermedad de Alzheimer. Son los diferentes perfiles de pacientes que todos nos encontramos en las consultas de Neurología.      

Ustedes cuentan con una unidad de ictus y también una consulta monográfica de neurovascular y esclerosis múltiple, ¿se encuentra en un servicio bien organizado…?

Así es, aunque es un servicio pequeño, está bien organizado y consta de grandes profesionales. Además, se acaba de abrir la consulta monográfica de cefaleas, que también es fundamental, y tenemos un proyecto en mente que es crear otra de trastornos del movimiento, para intentar unificar los pacientes con patologías que se engloben dentro de esta subespecialidad, entre otros, aquellos con enfermedad de Parkinson, que requiere de un manejo muy específico y especializado.  

¿Hemos conocido estos días que un nuevo tratamiento eleva las posibilidades de recuperarse después de un ictus, ¿esto supone un gran avance?

Es un fármaco que llevamos utilizando desde hace mucho tiempo y con el que tenemos amplia experiencia, no obstante, cuando se aprueba, posteriormente se tienen datos en vida real de su uso –no solo la experiencia de los ensayos clínicos en cuestión– e incluso se pueden plantear otros ensayos clínicos con otros objetivos.  Hasta donde sé, parece que lo que se ha hecho es usar el mismo fármaco, pero en otro momento temporal y que hay efectos positivos, que habrá que demostrar con mayor número de pacientes. Si el pronóstico de mejora a largo plazo se confirma, por supuesto que es una grandísima noticia. En Neurología hay continuos avances, aunque lamentablemente, en algunas enfermedades, a pesar de los grandes esfuerzos de investigación, los resultados no han sido tan fructíferos, pero queda futuro por delante en esta especialidad y ojalá podamos descubrir opciones de tratamiento para muchas enfermedades que nos quedan por resolver y, lo que es más importante, conocer bien en qué momento empiezan a desarrollarse alguna de ellas, incluso intentar prevenir su aparición. 

¿Entre presión asistencial y precariedad laboral es difícil dedicarse también a la investigación?

Tenemos que hacer un sobreesfuerzo personal, es verdad que investigar en nuestro hospital hay que verlo con otro concepto, no es igual que otros grandes complejos con ensayos clínicos que tienen detrás fundaciones privadas u otros recursos económicos, pero se intenta publicar a nivel científico o investigar en la medida en que podemos. Es verdad que es a coste de un montón de tiempo y dedicación fuera del ámbito laboral, ya que no podemos dejar de lado a los pacientes, en ningún momento. En otros sitios sí tienen establecidos horarios de investigación, dentro de la jornada laboral, aquí es muy difícil contar con eso.