Dulzainero y Miliciano

M.Galindo
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La Real Academia de San Quirce recuerda la labor de Agapito Marazuela en las Milicias Segovianas en Madrid durante la Guerra Civil.

La exposición puede verse en el Patio de la UNED - Foto: Rosa Blanco

El compromiso político y social marcó de forma indeleble la vida y la obra del músico y folclorista Agapito Marazuela, referencia obligada en el estudio y el conocimiento del folclore castellano. Su contacto con el pueblo para recuperar y recopilar las canciones y textos que conformaron su 'Cancionero' fue primordial para conocer la realidad social y desarrollar en él un sentido de justicia social que le llevó a posicionarse al lado de la República cuando estalló la Guerra Civil en 1936 y organizar las Milicias Antifascistas Segovianas en Madrid junto a otros ilustres segovianos residentes en la capital como Emiliano Barral o José Carrasco Linares.

Este periodo, uno de los menos conocidos de la historia del folclorista nacido en Valverde del Majano, sale ahora a la luz de la mano de la Real Academia de Historia y arte de San Quirce, que pone en valor el trabajo del investigador y fotógrafo Aku Estebaranz en el Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), donde ha rescatado algunas fotos referidas a esta época, en la que puede verse a Marazuela en varios momentos en las Milicias Segovianas.

Bajo el título 'Las Milicias Segovianas y Agapito Marazuela' la exposición - que puede verse en el patio del Centro Asociado de la UNED- reúne una selección de 18 fotografías inéditas halladas en los archivos del CDMH por Estebaranz que resumen el periplo del folclorista en este grupo paramilitar que contribuyó a la defensa de Madrid, asediada por las tropas franquistas en los primeros compases de la Guerra Civil, y que llegó a reunir a medio millar de personas.

La actividad militar de las milicias segovianas se centró en el sector de Carabanchel, donde mantuvo firme el ataque de las tropas nacionales, y donde perdió la vida el escultor Emiliano Barral, que fuera comisario político de las milicias.
 Estebaranz señala que las limitaciones físicas de Agapito Marazuela - al que una enfermedad infantil le hizo perder la visión de un ojo y limitó seriamente sus capacidades visuales- hicieron que no fuera al frente de batalla y dedicara su trabajo en la milicia a labores organizativas y logísticas.

Meses después, el gobierno republicano ordenó la creación del Ejército Popular de la República, al que se fueron integrando paulatinamente todos los milicianos de partidos, sindicatos y provincias, y  los segovianos quedaron encuadrados en la 42ª Brigada Mixta permaneciendo en Madrid ya toda la contienda.

Este hecho no limitó el trabajo de Marazuela, al que además sumaba su condición de músico y folclorista. Así, el sonido de su dulzaina sirvió como entretenimiento a las tropas republicanas, a las que se desplazaba junto al también dulzainero Paulino Gómez 'El Tio Tocino' y el tamborilero Mariano Llorente, y en ocasiones con el grupo de Danzantes de Abades.  Con ellos, Marazuela participó en eventos culturales como el Festival de Cultura Popular en Chinchón (Madrid) en 1937, y también como representante español en la Exposición Internacional de París, en la que estuvo casi dos meses.

Estebaranz cuenta como anécdota que la dulzaina de Marazuela amenizó también a las tropas nacionales en el frente, que se sumaban a escuchar los improvisados recitales del folclorista.
El final de la guerra supuso también la ruptura total de la carrera como músico de Agapito Marazuela, al que su participación en el bando republicano le pasó una dolorosa factura en forma de prisión, y después de represión por parte de la dictadura de Franco, aunque la llegada de la Democracia hizo que pudiera rehabilitarse su labor cultural y reconocerse su ingente aportación a la historia del folclore.

La exposición nace con vocación de itinerancia, y su comisario ha recibido ya peticiones para poder trasladarla a ciudades como Cuenca o Santander, y en el aire queda la posibilidad de que un libro puede compilar las cerca de 40 fotografías halladas por Estebaranz de este periplo histórico, aunque todo ello dependerá del interés de alguna editorial o institución a tal fin.