Desde que el inefable Pepe Diviú trajo el espíritu carnavalero a Segovia de la mano de aquellas 'Fiestas de invierno' con las que bordeaba la censura de un régimen que prohibió el Carnaval, la capital ha ido poco a poco imbuyéndose de la influencia de Don Carnal y ceder sus calles a la creatividad, la impostura y el buen humor de las comparsas que en este casi medio siglo de historia han disfrutado del carnaval segoviano.
Muchas agrupaciones festivas han pasado por el carnaval segoviano en este tiempo, y son La Semifusa y Vacceos las que han ido viendo pasar a su lado comparsas que vienen y van como testigos de épocas mas o menos florecientes de la fiesta. Este año, Vacceos celebra sus primeros 40 años de historia carnavalera que arrancó fruto de la voluntad de un grupo de jóvenes estudiantes del IES Andrés Laguna a quienes las ganas de divertirse les unió en esta comparsa.
Entre las que vienen, el AMPA del Colegio Villalpando ha dado este año el salto de las comparsas infantiles a las senior y pisará las calles de Segovia bajo el nombre 'Villalpando campando', con el que este año debutan en el programa carnavalero.
Lucio de Pablos, como representante de Vacceos, y Alicia García, presidenta del AMPA del centro educativo y portavoz de la nueva comparsa se sienten unidos por la ilusión de salir en Carnaval, y de hecho, De Pablos asegura que los comparseros del colegio «vienen pegando fuerte».
Ambos coinciden en lamentar que Segovia sólo cuente con seis comparsas «cuando algunos años hemos sido hasta 12», evoca el representante de Vacceos, que justifica esta reducción por el escaso relevo generacional que encuentran en las distintas agrupaciones.
Así, asegura que la reducción de las comparsas «nos hace esforzarnos un poquito mas» en la organización de las actividades, y señala que Vacceos «afortunadamente mantiene siempre un número homogéneo de participantes, y muchos niños y jóvenes que ya vienen empujando».
En el caso de Villalpando Campando, el salto de la comparsa infantil a la senior ha sido «muy natural», según explica Alicia García, que señala que este año han decidido incorporarse espoleados por el trabajo que realizan con los niños a la hora de confeccionar disfraces y proponer temas. «Nosotros no hacemos trajes con bolsas de basura o cajas; cortamos, cosemos , diseñamos y todo este trabajo se nos quedaba corto, por lo que hemos querido ponerlo en valor con la comparsa de mayores», precisa.
Ni la comparsa veterana ni la novel desvelan el tema elegido para su disfraz este año. Mientras Vacceos señala que su vestimenta evocará de alguna manera el 40 aniversario, Villalpando Campando sólo apunta que su disfraz será «algo muy dulce», invitando ambas a asistir al desfile inaugural del sábado 10 para desvelar el secreto.
En cuanto al futuro que se presume para el Rey Momo en Segovia, la posibilidad de que las asociaciones de padres de los centros educativos sigan la estela de la de Villalpando es algo más que real, ya que algunas de ellas «ya están empezando a pensárselo», explica Alicia García. El éxito del desfile infantil de comparsas, que el año pasado reunió a casi una decena de agrupaciones de varios centros educativos e incluso de localidades próximas, invita a pensar en esta alternativa como cantera de futuros carnavaleros.
Desde Vacceos, Lucio de Pablos asegura que el Carnaval «siempre ha estado vinculado al asociacionismo en Segovia, y algunas de las comparsas han surgido desde los barrios y por las asociaciones de vecinos», y el hecho de que vayan disminuyendo en número prueba también el descenso de compromiso de la sociedad.
Asimismo, lamenta que no se haya conseguido atraer o fidelizar a los jóvenes en la participación en el Carnaval, al contrario que pasa en otras fiestas como la de Halloween o la Feria de Abril y también aporta como idea el fomento de peñas en los barrios para las fiestas de Segovia «que pueden ser el germen de nuevas comparsas», Para ello, el pasado año las comparsas segovianas idearon el «Carnavalito de San Juan», donde salieron con sus disfraces y acompañados de una charanga el 24 de junio.
En cualquier caso, el Carnaval sigue siendo el espacio lúdico y divertido que convierte el triste mes de febrero «en un lugar luminoso y colorido para una ciudad que no tiene muchas actividades en este tiempo», asegura Alicia García.