De una mayoría de las elecciones

SPC-Agencias
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Aragonès culmina con el adelanto de los comicios una etapa que se inició en 2021, con un Govern en manos de un sólido bloque independentista, y que ahora se cierra evidenciando la brecha insalvable entre ERC, Junts y los comunes

De una mayoría de las elecciones - Foto: Quique García

El Govern de la Generalitat surgido de los comicios del 14 de febrero de 2021 nació avalado por una mayoría independentista en las urnas, pasó de ser de coalición con Junts a estar comandado en solitario por ERC, sacó adelante los Presupuestos de 2023 con el apoyo del PSC y En Comú Podem y, ahora, llega a su fin tras no aceptar los comunes reeditar esa mayoría. Ese es el relato de una legislatura marcada por las tensiones en el bloque secesionista, que se ha visto interrumpida con el anuncio de un adelanto electoral para el próximo 12 de mayo.

Punto de partida

La del PSC fue la candidatura más votada en las catalanas de 2021, pero en el flanco independentista la novedad fue que ERC lograra superar a Junts. Ello cambió la relación de fuerzas en el seno del secesionismo -que, por primera vez, había conseguido reunir más del 50 por ciento de los sufragios- y permitió en última instancia a los republicanos hacerse con la Presidencia de la Generalitat.

Aragonès fue investido el 21 de mayo de 2021 con los 74 votos de ERC (33), JxCat (32) y la CUP (nueve), lo que puso fin a ocho meses de interinidad desde la inhabilitación de Quim Torra y devolvió a los de Oriol Junqueras al mando del Govern por primera vez desde los tiempos de la Segunda República.

Dui y mesas de diálogo

Era febrero de 2020 cuando tuvo lugar la primera reunión entre una delegación del Ejecutivo central y otra del catalán: en aquel momento todavía presidía la Generalitat Quim Torra, si bien esos encuentros se han mantenido durante la legislatura que llegará a su fin con los comicios regionales.

Además, el pasado mes de octubre, tras recibir un informe de expertos sobre cómo plantear un «acuerdo de claridad» a la canadiense para poder organizar un referéndum de autodeterminación pactado con el Estado, Aragonès anunció su intención de convocar una mesa de partidos catalanes tras la investidura de Pedro Sánchez, lo que finalmente nunca ha tenido lugar.

Por contra, otra mesa marcó los últimos meses, si bien en este caso ajena al Govern de ERC: se trata de la que compartieron los negociadores de Junts y el PSOE en Suiza, bajo supervisión del diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez, tras la investidura del líder del PSOE.

Apoyo a Sánchez

La legislatura catalana comenzó con Sánchez en Moncloa, gracias a que los republicanos habían facilitado su investidura, a inicios de 2020, con la abstención de sus diputados en el Congreso.

Una decisión que es una clara muestra de los caminos divergentes emprendidos por ERC y Junts: los primeros -decisivos entonces en la Cámara Baja- con su apuesta por el diálogo, que resultó en la aprobación de los indultos a los líderes del procés o la reforma del delito de malversación y la eliminación del de sedición; los segundos, siempre listos para subrayar las renuncias de sus rivales independentistas y poner el foco en su intención de no ceder en el empeño de declarar la independencia.

La aritmética de las últimas elecciones generales del 23-J obligó al PSOE a negociar el apoyo de Junts. Un respaldo que derivó en la aprobación de la Ley de Amnistía esta semana en el Congreso, para seguir su tramitación parlamentaria en el Senado. Un paso más hacia su aprobación definitiva, prevista para el mes de mayo, y que permitiría a Carles Puigdemont regresar a España y, como insinúa su partido, encabezar su candidatura a la Presidencia de la Generalitat en los comicios.

Ruptura con Junts

Precisamente la composición de la delegación catalana en la mesa de diálogo con el Ejecutivo central fue uno de los motivos que llevaron a Junts a abandonar el Govern en octubre del 2022, ya que los posconvergentes pretendían que en esas reuniones participaran dirigentes que no formaban parte del Gabinete, lo que fue rechazado por Aragonès.

Otros elementos de discordia fueron los cambios internos en el partido de Puigdemont, la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament o que esta formación amenazara a Aragonès con una cuestión de confianza.

Fue el viernes 7 de octubre de 2022 cuando la militancia de JxCat oficializó el cisma en el movimiento independentista e hizo implosionar el Gobierno de coalición liderado por ERC, que apenas tenía un año y medio de vida.

Acercamiento al PSC

Tras abandonar Junts el Govern, Aragonès incorporó a su Gabinete a consellers independientes que provenían de otros partidos, como Joaquim Nadal, Carles Campuzano o Gemma Ubasart.

Su Ejecutivo consiguió aprobar las Cuentas de 2023 al abrir juego hacia el PSC -un paso trascendente que no se había dado desde el inicio del proceso separatista- y al reeditar el apoyo de los comunes -que en 2022 habían facilitado su validación con una abstención-. Aragonès buscó repetir esta fórmula en 2024, pero en Comú POdem no lo permitió esta vez.

En el trasfondo del tablero político quedan las aspiraciones de Ada Colau a entrar en el Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona tras perder los comunes las municipales, con un alcalde Jaume Collboni (PSC) más centrado en aprobar las Cuentas consistoriales que en formar una coalición, mientras a nivel catalán los morados marcan perfil propio para no quedar fagotizados por los intereses en Madrid de Sumar.