Editorial

Ciudadanos, ante un mes crucial para su estrategia externa y su estabilidad

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Ciudadanos va a celebrar en menos de quince días dos reuniones de su Consejo General, que son tres en el cómputo de un mes si se tiene en cuenta que ya el 28 de junio celebró otro, en esa ocasión para tratar de salir al paso de la corriente crítica que durante unos días cuestionó el discurso de su presidente, Albert Rivera, por su política de pactos. En aquella reunión, Albert Rivera dejó claro a quienes consideran en la dirección del partido que Ciudadanos debe abrir una vía para investir presidente a Pedro Sánchez, que está totalmente cerrada e invitó a quienes así piensan a formar otro partido. Esa respuesta del líder naranja sirvió para zanjar momentáneamente el debate interno, pero no del todo ya que desde entonces la lista de cargos del partido que han mostrado algunas diferencias de criterio con la estrategia ha seguido creciendo.

La reunión del Consejo General del día 29, apenas unos días después de que se celebre la votación de investidura de Sánchez, se supo ayer que tendrá entre los puntos de su convocatoria la modificación de los estatutos y del reglamento de este órgano, en el que se han aprobado por unanimidad propuestas que después han sido criticadas por algunos de sus integrantes. Por ahora se desconoce el alcance del cambio, pero deja entrever que la organización pasa por un momento de inestabilidad interna que precisa de algún reajuste que el Consejo puede tratar de plasmar en ese cambio para aumentar el control de la dirección. Esa reunión estará precedida de otra, esta misma semana, en la que Ciudadanos decidirá si toma partido en unas eventuales elecciones catalanas, circunstancia ante la cual tendría que activar el proceso de primarias. Sería de extrañar, y por varias razones, que los de Rivera no participasen en esos posibles comicios. Una de ellas, y quizá no la principal, es que nació allí, es su partida de nacimiento. Pero hay otros motivos que causan extrañeza ante esas dudas cuando no debería tenerlas, dado que Cataluña ocupa uno de los ejes principales del discurso de Ciudadanos a nivel nacional, y que hoy es el principal grupo en el Parlamento catalán. 

La declaración ayer del presidente de la Generalitat de que no tiene en mente convocar elecciones en función de la sentencia del juicio por los hechos del 1 de octubre, no puede ser considerada por Ciudadanos ni por nadie como creíble, pero hacen bien los naranjas en estudiar el escenario. No obstante, no es el único frente que los de Rivera debe analizar con detenimiento, sino también la estrategia nacional y la situación que puede generarse si la investidura de Pedro Sánchez resulta fallida, dado que el foco volverá a situarse, y con mayor fuerza, sobre su formación. Bien para propiciarla dos meses después o para ir a las urnas.