La celebración de los encierros más antiguos de España en Cuellar supone una gran atracción de visitantes y una importante concentración de público. Hasta el jueves 31 de agosto se esperan miles de personas y la seguridad ciudadana y en el desarrollo de las fiestas es importante. Más si cabe tras los últimos incidentes ocurridos esta semana. Un grupo de jóvenes que en la noche del martes al miércoles se encontraban en el Parque de la Huerta del Duque, fueron agredidos por otro grupo de jóvenes de distintas nacionalidades, que acudieron con palos, navajas y otros elementos. Este grupo de agresores, entre 20 y 30 personas, viven en Cuéllar y también en localidades del entorno como Cantalejo o el municipio vallisoletano de San Miguel del Arroyo. La situación fue tal que los jóvenes agredidos acabaron incluso saltando la valla del cuartel de la Guardia Civil de Cuéllar para evitar ser atropellados. La historia se saldó con dos hombres detenidos por sendas agresiones a otros dos, una con una piedra y otra con arma blanca. Varias personas fueron atendidas en el Centro de Salud de Cuéllar y uno fue trasladado al Hospital General de Segovia.

Ante esta situación un amplio grupo de jóvenes, entre ellos una chica de 20 años a quien se dirigían las agresiones, y un buen número de padres, acudieron al último pleno del Ayuntamiento para solicitar más seguridad en la localidad y que se acabe con estas situaciones violentas ya que no es la primera vez que ocurren en la villa. Ya en las 'no fiestas de 2021' se produjo otra importante pelea protagonizada por al menos uno de los jóvenes marroquíes presente en la noche del martes y más recientemente han participado en otra pelea en las fiestas de Íscar (Valladolid) de donde vienen los incidentes de la noche del martes, entre otras. 
Los jóvenes desvelan sentirse atemorizados porque afirman haber recibido amenazas de muerte e incluso relataban en el salón de plenos que habían intentado atropellarles en varias ocasiones. Alertaban al equipo de gobierno de la situación y decían que «algo gordo va a pasar estas fiestas». Tal es la situación que en la agresión de esta semana, el padre de la joven de 20 años atacada, descendiente de Cuéllar pero que vive en Íscar, acudieron al cuartel para llevarse a su hija a la localidad vallisoletana y uno de los agresores les persiguió a pesar de estar acompañados de la Guardia Civil. De hecho los agentes tuvieron que cruzar su vehículo en la carretera en la localidad de Vallelado para proteger a la familia y detener al conductor. 

«Lo que se está viviendo en este pueblo no lo ha conocido nadie. Estamos siendo acosados por una banda de marroquíes, o de donde sean. Anoche la tocó a mi hija, la pegaron entre 20 personas con palos, y a mi yerno y esto es inaceptable. La violencia no tiene que existir y menos que nuestros hijos estén amenazados», afirmaba el padre de la joven que también defendía la actitud de su yerno marroquí. Los jóvenes presentes en el pleno apuntan que no se trata de una cuestión de racismo y agradecían incluso su mediación para evitar un suceso mayor.

Los agredidos ya han cursado las correspondientes denuncias y consta expediente en el Juzgado. Al parecer, según afirmaban los jóvenes, el principal agresor tiene varias causas ?abiertas por agresiones de diversa índole. El alcalde, Carlos Fraile, y el resto de concejales de los grupos políticos se mostraban de acuerdo en solicitar mayor presencia de seguridad en las fiestas y así se ha estimado desde la Subdelegación del Gobierno al informar que la Guardia Civil intensificará el dispositivo de seguridad para evitar cualquier incidente en Cuéllar. «Se mantiene la alerta ante los hechos ocurridos. Si un ciudadano observa cualquier situación extraña o de peligro, que avise inmediatamente a la Guardia Civil», apuntan. Ante la petición de «hacer algo contra el agresor», explicaba que el Ayuntamiento no tiene potestad para ello y que debe ser el Juzgado quien curse las correspondientes medidas de protección cautelar u órdenes de alejamiento. Tras estos incidentes el ambiente en la villa es de preocupación y miedo por lo que pueda ocurrir dado las amenazas existentes  y que se están extendiendo por redes sociales.