La red secreta de los illuminati

A.M.
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El historiador Eduardo Juárez publica un libro en torno a esta sociedad creada para profundizar en la investigación científica, en el siglo XVIII

La red secreta de los illuminati - Foto: Rosa Blanco

En su decimotavo libro, el historiador segoviano Eduardo JuárezValero, profesor del Departamento de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Carlos III de Madrid, entre otros centros universitarios, trata de desmontar todo lo que rodea a los illuminati, una sociedad secreta que duró apenas quince años,  pero que la literatura y la cinematográfia la sitúan aún vigente, oculta y manejando el mundo.   

En la obra 'Eso no estaba en mi libro de historia de los illuminatti', quien es también cronista oficial del Real Sitio de San Ildefonso, sostiene que, en realidad, se trata de «una red social de investigadores universitarios que diríamos hoy en día,  pensemos que ellos viven justo en el momento en que se suprime la Compañía de Jesús que controla la educación universitaria en Europa, en el momento en que empieza la revolución americana, la primera república liberal y unos 13 años antes de que empiece la Revolución Francesa, coincidiendo con un momento de agitación social donde  se intentan constituir grupos políticos para transformar ese antiguo régimen».

Fundada por el profesor de la Universidad de  Ingolstadt, una pequeña ciudad de la región alemana de Baviera, junto a Núremberg y Weimar, Johann Adam Weishaupt, el 1 de mayo de 1776,  un filósofo alemán de origen judío, Juárez mantiene que se trata de «una sociedad secreta cuyo objetivo es el desarrollo y la profundización de la investigación científica, ellos querían crear una red de investigadores, de científicos, que, a través de las universidades, se expandieran por toda la sociedades de Europa y que, a través de proteger y desarrollar y promocionar esa investigación y transformar la sociedad a nivel mundial». 

La red secreta de los illuminatiLa red secreta de los illuminati - Foto: Rosa BlancoEse es el objetivo, a juicio de este profesor, «son reformistas, es decir, ellos recogen las ideas de la Ilustración y quieren desarrollarlas, implantándolas en aquellas sociedades a través de la élite formada en la universidad». 

Para el también profesor titular de Cultura y Civilización Españolas en GEO España (Programa de la University of Oregon)y de Paleografía y Diplomática del Máster de Archivística del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado-UNED, hoy en día, en vez de esta sociedad, Weishaupt habría creado un partido político, «por supuesto liberal ilustrado, anticlerical, que quería separar la Iglesia de Estado y que el pueblo estuviese representado en el ejercicio del poder con una ley general que gobernara o que sirviera de paraguas para administrar esas sociedades y que eso se extendiera por todo el mundo, no solo por Europa, Asia, África o América». 

Eduardo Juárez Valero  destaca como curiosidad que Weishaupt elige el día de Walpurgis para para fundar esta sociedad cuando en la tradición cristiana es el día de las brujas, del demonio, de Satanás, pero en la tradición pagana es el la noche que va del 30 de abril al 1 de mayo, una celebración de la primavera y de la fertilidad. 

Asimismo, el objetivo del historiador es intentar explicar qué son, a lo largo de la historia, las sociedades secretas, las discretas y las ocultas, desde el punto de vista tanto político como social, económicao y religioso y por qué un grupo de personas que piensa de una forma concreta tiene que ocultarse.

De esta forma, partiendo de los illuminati reflexiona  acerca de los pensamientos únicos que todo el mundo acaba por abrazar. En un extenso primer capítulo, habla de las sociedades secretas y de todos los orígenes y tipologías de que ha habido a lo largo de la historia y las razones por las que se tuvieron que ocultar.

Según Juárez,  la que más influencia ha tenido ha sido la francmasonería: «Hay que señalar que mucha gente piensa que los illuminati eran masones, no es cierto; hubo muchos  masones que se metieron dentro de esa sociedad, a partir de 1780, cuando Adolph von Knigge es el hombre fuerte de los illuminati,  por ejemplo Johann Wolfgang von Goethe, el más famoso dramaturgo alemán, que está en la portada del libro, es un masón que se infiltra allí».

En aquel momento de crisis existencial, a finales del siglo XVIII, la idea de poder tener una creencia laica, liberal e ilustrada, es lo que más ha influido en la historia de la humanidad, subraya Juárez quien añade que «de hecho, todas las organizaciones que se desarrollan desde finales del siglo XV hasta nuestros días, tanto comerciales, políticas o religiosas siguen las estructuras planteadas por la masonería». AJuárez le sorprendió la llamada de una persona que conocía que trabajaba en este libro, aunque él apenas había comentado que se encontraba en plena elaboración,  quien le advirtió lo que ya sabía, que los illuminati no eran masones, lo que le lleva a valorar que el conocimiento viaje mucho más rápido por los canales ocultos que por los canales abiertos.  La masonería, explica, es una sociedad discreta porque una parte de la liturgia sobre los procedimientos son secretos, pero la sociedad en sí no lo es. 

Cuando apenas se acaba de exponer en los escaparates la historia de los illuminati, se encuentran a la espera sus decimonoveno y vigésimo libros, de cara a 2023. Del siguiente, su coautor junto con el también historiador Daniel Vera, habla con entusiasmo porque se basa   en un manuscrito inédito, del siglo 1756,  que apareció en un mueble de un edificio en obras en La Granja. El otro volumen, el tercero, para el primer cuatrimestre, recogerá los artículos en prensa quien también es la base del programa de televisión de La8 'Historietas de Segovia'.