De 'pobrecitos' a empoderados

M.Galindo
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Frater Segovia celebra medio siglo de historia en la provincia manteniendo viva la lucha por mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad desde el prisma de la fe.

María José del Rio, Basilisa Martín y Juan Carlos Horcajo, en la sede de Frater - Foto: DS

La percepción social de la discapacidad ha evolucionado de forma positiva, pasando de la conmiseración hacia este colectivo  a reconocer sus valores y potenciar sus habilidades y aportaciones.

No ha sido un proceso fácil, y aún queda un largo camino que recorrer para equilibrar la desigualdad, pero mucho de lo andado ha sido gracias al empuje y el esfuerzo de organizaciones como la Fraternidad Cristiana de Enfermos y Minusválidos (Frater), que desde el enfoque católico ha luchado para devolver la dignidad a las personas con discapacidad.

En Segovia, el camino de Frater Segovia comenzaba en 1973, cuando un pequeño grupo de personas proponían a un joven sacerdote segoviano su apoyo como consiliario para comenzar el trabajo de esta entonces poco conocida organización.

Medio siglo después, José María López no ha dejado ni un día de prestar su apoyo a Frater como presbítero y amigo, y la organización se ha consolidado como referente obligado tanto en el ámbito asistencial como en el religioso en la provincia.


María José Del Río -actual presidenta de Frater Segovia- Basilisa Martín y Juan Carlos Horcajo son tres de los socios históricos que vieron arrancar el trabajo de la asociación y que al volver la mirada a lo realizado tras medio siglo de trabajo, no dejan de sorprenderse por todo lo conseguido.

«Hemos pasado de ser los pobrecitos a ser proactivos y alcanzar nuestro propio protagonismo como personas», asegura Del Río, que destaca la evolución positiva no sólo de la propia sociedad hacia los discapacitados, sino la de las propias personas aquejadas de minusvalías, que han ido alcanzando empoderamiento para poder asumir retos que parecían inalcanzables.

«Somos conscientes de que siempre vamos a estar por debajo de otras personas -señala- pero poco a poco hemos ido tomando posesión de nuestro propio protagonismo como personas con la lucha permanente para conseguir una posibilidad de acceso al empleo o a la formación».

Basilisa Martín apunta que los discapacitados "no somos ningún ejemplo, somos personas que probablemente hemos tenido que luchar mucho más que otras para conseguir estar donde estamos, y  aún así hay muchos que no tienen las posibilidades que tenemos por su entorno familiar o económico, que son por las que seguimos trabajando».

Maria José señala como distintivo de la actividad de Frater el esfuerzo que hace la asociación para llegar a las personas con mayor nivel de discapacidad, y que quedan fuera del ámbito de otras asociaciones más activas. En este sentido, señala que esta decisión «posiblemente nos quita fuerza a la hora de reclamar cosas, pero queremos llegar un poco más lejos y abarcar todas las discapacidades».

En este sentido, pone como ejemplo una anécdota que le ocurrió en un encuentro con otras asociaciones de carácter más activo con los discapacitados. «En mi intervención, destaqué que Frater se dedicaba a sacar a la gente que está encamada y que no tenía posibilidades de salir, y me contestaron que 'para eso está la Frater'», aseguró.
«Para nosotros es muy importante el contacto personal, el tú a tú -asegura Basilisa- para tratar de llegar a donde sabes que el otro puede llegar, pero que por comodidad o por ignorancia no llega, y es ahí donde entramos».
La atención a este colectivo ha llevado a Frater Segovia a mantener un alto nivel reivindicativo ante las instituciones y ante la propia Iglesia de la que depende organizativa y espiritualmente, y el trabajo de sensibilización y concienciación ha dado frutos positivos.

Así, en la mayor parte de los templos de la capital se han habilitado entradas especiales con rampas de acceso para minusválidos fruto de la campaña realizada en su día por la organización, a la que la diócesis respondió con «rapidez y generosidad», en palabras de la presidenta de Frater.

Pese a ello, sigue habiendo muchas carencias que les impiden tomar parte activa en la vida de sus parroquias, ya que se mantienen muchas barreras arquitectónicas que lo impiden. Así, Basilisa Martín pone como ejemplo el hecho de que  una persona en silla de ruedas «no puede participar en la Eucaristía leyendo una lectura si no se pone el micrófono del ambón a su altura, o no puede participar como catequista al no contar con locales adaptados para el acceso diferencial».

Juan Carlos Horcajo asegura que los avances conseguidos «son muy lentos, demasiado lentos» y señala que es un problema que va más allá de lo arquitectónico. «Creo que la sociedad no está concienciada de que un lugar sin barreras es un lugar bueno para todos, y en la Iglesia tampoco se da esta sensibilidad».

Más allá de la Iglesia, Frater ha extendido sus denuncias y reivindicaciones a los poderes públicos, en demanda de conseguir mejoras sensibles en la accesibilidad, pero ahí parecn haber pinchado en hueso. Del Río asegura que en Segovia «hay un Plan de Accesibilidad que tiene por lo menos 20 años y que debe estar guardado en algún cajón del Ayuntamieto, porque no se ha ejecutado prácticamente nada». Así, destaca las dificultades que existen en el centro histórico con el adoquinado y el emborrillado de calles y plazas que las convierten en intransitables para los discapacitados en silla de ruedas.

«Entendemos que la accesibilidad en Segovia es complicada pero no es imposible -asegura la presidenta- No pretendemos que se quiten cuestas, pero si que se eliminen barreras y adoquines, algo que no se puede hacer si se pone por delante las piedras antes que las personas», asegura.

Tras todo el trabajo realizado en estos 50+3 años -la pandemia impidió celebrar las bodas de oro en su fecha original- el balance no puede ser más que positivo. La exposición conmemorativa que Frater ha organizado a lo largo de esta semana en el claustro de la Catedral permite a través de las fotos recorrer una porción de su historia, con hitos como la apertura del piso asistido en el que conviven ocho personas con discapacidad en la actualidad o la de sus local en la calle Almira, referencia para el más de medio centenar de socios de la asociación.

«Cuando miro hacia atrás me sorprendo de todo lo que hemos hecho en estos 53 años -señala María José del Rio- pero todo ha sido posible con el trabajo de todo el equipo en este tiempo y con la fuerza del Espíritu».

Frater Segovia ha culminado esta semana los actos de su 50+3 aniversario con una exposición que permanecerá abierta hasta el domingo 18 de junio en el que se recoge la historia de la organización en Segovia a través de fotografías y documentos recogidos en este tiempo.

Las actividades concluirán ese mismo día con una misa solemne presidida por el obispo de Segovia César Franco, tras la que tendrá lugar un almuerzo he hermandad en las instalaciones de la huerta del Seminario.