Así está viviendo Segovia el apagón

Nacho Sáez/ Gonzalo Ayuso
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Centro de salud de Santo Tomás. - Foto: N. S.

"Estoy resignado. Qué le vamos a hacer". Ángel aguardaba desde hacía más de una hora en la sala de espera de consultas de Traumatología del Hospital General de Segovia a que llegase su turno para que le informasen de los resultados de la radiografía que le habían hecho esta mañana. "Al parecer hay un ordenador auxiliar para ver las radiografías, pero no sé. Si no, tendré que volver otro día y ya está", explicaba tranquilo.

La misma calma que se respiraba al menos aparentemente en el resto del Hospital, aunque a poco que se escarbaba afloraban las incidencias por el apagón eléctrico masivo registrado en España. "Me tenían que hacer una radiografía en la mano y no han podido. Me han dicho que solo están haciendo lo urgente", apuntaba Ángel de la Cruz, otro paciente con cita este lunes a pocos metros de la delegada territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia, Raquel Alonso, presente en el Hospital para comprobar la situación 'in situ'.

La cafetería ha tenido que cerrar. "No podemos trabajar. Tenemos algo de pan hecho y haremos bocadillos fríos hasta que se acabe, limpiaremos y estaremos hasta nuestra hora", explicaba Marisa Peña, una de las empleadas. Pero había pacientes que habían tenido suerte. "Veníamos a anestesia y nos han atendido porque tenían los informes en la mano", revelaban Marisi y José Luis.

A pocos metros del Hospital, en la Comisaría de la Policía Nacional, el ritmo normal también se había visto alterado. "No se puede pasar a poner denuncias. Venga en otro momento", informaba un funcionario. A las puertas se agolpaban más agentes de los habituales, expectantes ante lo ocurrido, mientras dos colegas de la Policía Local trataban de regular el tráfico en el cruce de la calle El Roble y el paseo de Ezequiel González por la 'caída' de los semáforos.

Allí el supermercado Dia había decidido cerrar sus puertas, igual que el Gadis del barrio de Santa Eulalia. Los trabajadores de la ORA también esperaban a que volviera el suministro eléctrico. Y en la estación de autobuses, donde Avanza no podía vender billetes para viajar a Madrid. En todos esos lugares se repetía la misma imagen: ciudadanos tratando de buscar información en sus teléfonos móviles. "Hay gente que no se ha enterado y ha venido como si nada", indicaba Rubén Tapias, camarero del bar Cátedra. "Hemos dejado la caja abierta y estamos trabajando como a la vieja usanza. La plancha va a gas y tenemos productos frescos así que de momento podemos seguir tirando", añadía. Escenas de un apagón histórico.