San Francisco, a la búsqueda del tiempo perdido

M.Galindo
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Comerciantes y vecinos de la calle reclaman iniciativas que consigan revitalizarla para atraer nuevos negocios e incluirla en el circuito turístico aprovechando su proximidad al Acueducto

Los locales comerciales permanecen vacíos y sucios. - Foto: Rosa Blanco

La crisis ha laminado una parte muy significativa de la actividad comercial. Locales vacíos y carteles de 'se alquila' pueblan las calles más comerciales de la capital sin discriminar zonas, y la sensación de abandono se apodera de ellas, ofreciendo una imagen exterior que, en algunos casos, dista mucho de la ideal. Este es el caso de la calle de San Francisco, una de las principales arterias comerciales de la capital, a la que su privilegiada situación a escasos metros del Acueducto no le ha protegido demasiado contra la caída del sector comercial.


En los últimos diez años, la calle ha visto como  se han ido cerrando negocios y establecimientos, y aunque si bien es cierto que también han ido llegando otros que se han consolidado, un paseo por San Francisco ofrece un aspecto  desolador.  El cierre de Alimentación Cándamo en agosto de 2022, con 172 años de historia en la calle, marcó sin querer el declive de esta zona comercial, en la que vecinos y comerciantes no se resignan a esta situación y buscan alternativas para que la calle recupere el «glamour» que tenía no hace mucho tiempo.

No será tarea fácil. En los últimos años, al declive comercial se le suma una cierta sensación de abandono por parte de las autoridades municipales que mantienen los vecinos y comerciantes, que va cobrando fuerza con el paso del tiempo; y les ha llevado a plantear un escrito dirigido a la Concejalía de Participación Ciudadana para plasmar ante el Ayuntamiento sus quejas.

La «falta constante de limpieza» en la calle - lugar de paso para muchos jóvenes a lo largo del fin de semana - es quizá la que mayor importancia cobra en este momento, y en el escrito los vecinos constatan que pese a estar a escasos 50 metros del Acueducto no se realizan las labores oportunas de limpieza, dejando una imagen «muy poco adecuada para una ciudad Patrimonio de la Humanidad». A esta situación se añade el abandono y la falta de limpieza de los locales vacíos, actualmente cubiertos de grafitis y carteles, que incrementa la imagen de descuido de la zona.

La seguridad es una de las principales preocupaciones de quienes trabajan y residen en la zona, ya que San Francisco es lugar de paso los fines de semana de los jóvenes que disfrutan de su ocio nocturno sin tener en cuenta las más elementales normas de convivencia. «Los fines de semana son gritos, voces y meadas en los portales que después nos toca limpiar a nosotros, y hay algunas zonas próximas como las calles Hilanderas, Puente Muerte y Vida o Doctor Sancho que se convierten en improvisados urinarios», señala una vecina.

Por todo ello, los vecinos reclaman una mayor presencia policial que conlleve la aplicación de multas y sanciones a los comportamientos incívicos, ya que hasta la fecha la Policía Local «sólo pasa pero no lleva a cabo acciones de esta índole». En este sentido, sugieren la instalación de cámaras de videovigilancia en algunos puntos de la calle con el fin de detectar efectivamente estos problemas y ejercer un mayor control.

La incorporación de la calle de San Francisco al circuito turístico de la ciudad es otra de las sugerencias que plantean los comerciantes de la zona, llevando a cabo acciones que puedan animar al turismo a conocer esta calle. En este sentido, algunos plantean la posibilidad de seguir explotando la leyenda del Acueducto añadiendo al 'Diablillo' instalado en la calle de San Juan' la estatua de la moza que fue tentada para acarrear el agua de forma mas cómoda, que podría instalarse en algún lugar visible y próximo.

En plena época electoral, representantes de las candidaturas socialista y popular ya se han interesado por los problemas de esta calle, a la espera de que el resultado del 28-M sirva para aplicar soluciones que sirvan a San Francisco para recuperar el tiempo perdido.

Bancos que impiden la convivencia. El escaso mobiliario urbano que posee la calle no  ayuda a hacerla más habitable. El grupo de bancos situados frente a los números 38 a 42 es sistemáticamente utilizado por grupos de personas vinculadas a un establecimiento de alimentación situado en la zona que vecinos y comerciantes no dudan en calificar como «conflictivas». Así lo hacen constar en el escrito que presentarán al Ayuntamiento, donde señalan que estas personas «además de perturba con sus actividades a los comerciantes, vecinos y viandantes, orinan y defecan sin ningún tipo de pudor». La campaña de recogida de firmas parece haber paliado momentáneamente su presencia, y desde el Ayuntamiento se ha anunciado la próxima retirada de los bancos.