«En Segovia siempre ha habido una falta de previsión y de planificación hidrológica», lamenta el estudioso del agua, Ignacio Tapia, quien critica que «Segovia no se ha industrializado porque en verano siempre ha habido problemas de abastecimiento de agua».
Además, pone de manifiesto que la provincia cuenta con varios vasos naturales en los que poder emplazar embalses, algo que considera como una solución para paliar el problema del abastecimiento de agua durante la época estival. «El aprovechamiento de abastecimiento no solo sería favorable en lo económico, sino también bajo el punto de vista ecológico», afirma. «En Segovia podría haber una decena de embalses que darían a Segovia unas opciones de riqueza tremenda. Solamente en lo que se refiere a las explotaciones de embotellado de agua, que actualmente hay dos, se podrían triplicar. Podría haber media docena».
Para ratificar su teoría, se basa en el Plan General de Canales de Riego y Pantanos, más conocido como el Plan Gasset, de 1902 el cual era un catálogo de canales y pantanos. «No se han ejecutado nada más que el embalse de Linares del Arroyo, el del Pontón Alto y el de El Tejo, que son los tres de la Administración del Estado. Y luego hay los que son de iniciativa institucional como es el caso de Puente Alta del Ayuntamiento de Segovia o el de Burgomillodo», explica, pero añade que «se pueden construir muchos más . Además, teniendo en cuenta que los tres municipios más importantes de la provincia de Segovia tienen déficit de agua en el período de verano». A esto, añade que «Cuéllar y la comarca del Carracillo tiene problemas, por lo que hay que hacer el embalse del Cega por mucha oposición que haya de ecologistas. En cuanto a La Granja, hay que hacer el embalse de Navalcaz, que ya lo proyectó Federico Cantero en los años 20 y que hizo un pequeño embalse, que es el Salto del Olvido. Pero lo que hay que hacer es un embalse de tres hectómetros y medio, mayor que Puente Alta, en lo que es el azud de Navalcaz, que hay una cerrada extraordinaria». Ante esto, Tovar revela que la naturaleza está indicando «los lugares donde sería ubicable una presa».
El Tejo. En cuanto a la presa de El Tejo ubicada en El Espinar, Tapia explica que «cuando se finalizó su construcción se tenía que haber revitalizado el embalse del Vado de las Cabras, ampliando su capacidad, con lo que habría reservas de agua». Pero el problema ahora es que si se vacía El Tejo hay que dar una alternativa de abastecimiento al municipio. «Si tuvieran la reserva del Vado de las Cabras se podría vaciar El Tejo. Pero ahora hay que echar mano de Puente Alta, pero las bombas de impulsión necesarias tardan entre dos o tres meses».
Aunque apunta a que «el embalse no es fácil que rompa porque es de material suelto», pero que en su opinión «habría que rehacer la pantalla más abajo para ganar el volumen».