Más de tres millones de jóvenes entre 18 y 24 años podrán acudir a las urnas, por primera vez en unas generales, el próximo 23-J. Y, aunque algunos analistas apuntan que sus papeletas serán tan importantes como las de otros segmentos de edad, otros insisten en que ese voto será más decisivo que en comicios anteriores. Y así lo han demostrado los candidatos, que se han volcado en recabar el respaldo de quienes debutan en esta jornada.

Según Rafael Vázquez, profesor de Teoría Política en la Universidad de Granada, el voto joven va a ser más decisivo por los resultados «ajustados» que parece que obtendrán los bloques de izquierda y derecha.

El análisis del catedrático de Ciencia Política de la UNED, Xavier Coller, va en la misma dirección. «Serán relevantes, aunque solo si van a votar. Especialmente, los jóvenes de entornos urbanos no privilegiados, que se supone que votarán a la izquierda», explica.

Por el contrario, el politólogo Manuel Mostaza apunta que no será más decisivo que el de las personas de mediana o avanzada edad. «Somos un país muy envejecido y, además de tener pocos jóvenes, participan poco en política. La demografía es la que es y las personas mayores participan más en las elecciones», agrega.

Tampoco Sílvia Claveria, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III, considera que vayan a ser decisivos, porque a la cuestión demográfica se suma que el interés que tenían por la política hace unos años ha decaído y esto, por ende, se trasladará en una mayor abstención.

Independientemente del papel que jueguen los jóvenes en estos comicios, los datos de los cuatro últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y de 40dB reflejan que la mayoría de los electores entre 18 y 24 años dice que votará al PSOE (22 por ciento). No obstante, son la franja de edad que más papeletas asegura que dará a Vox (13 por ciento).

Según destaca Coller, la explicación de estas cifras está en el carácter inconformista de muchos jóvenes y en sus reivindicaciones de cambio.

«Para ellos suele ser muy importante posicionarse contra el statu quo y es muy probable que Vox aparezca para ellos como un partido transformador revolucionario, en cierto sentido como lo fueron la Falange o las Juventudes Comunistas. Los jóvenes tenían un papel importantísimo en esos movimientos porque prometían una sociedad distinta», afirma el politólogo.

Jóvenes como Pablo, un ingeniero informático de 24 años que trabaja en Granada, coinciden con esta reflexión: «A pesar de tener una ideología conservadora, me parece que Vox se diferencia mucho del resto de partidos y rompe con cómo está la política actualmente. Es transformador porque muchas de sus medidas suponen grandes cambios, independientemente de que se vean como algo bueno o malo».

Según Coller, esta transformación no tiene por qué ser hacia el «progreso», sino que puede ir «en cierto sentido, para atrás». El profesor de Teoría Política de la Universidad de Granada indica que todos los candidatos han apelado directamente al voto joven en sus discursos, aunque lo están haciendo de una manera muy electoralista.

«Muchos de estos partidos no están haciendo apelaciones con medidas sustanciales. Por el contrario, sí que lo han hecho, por ejemplo, para los pensionistas, que representan un número mayor de electores y tienen unas tasas menores de abstención», declara Vázquez.

El experto afirma, además, que la izquierda tiene más propuestas en firme -como el Bono Cultural del PSOE o la herencia universal de Sumar-, mientras que las formaciones de derechas están llevando a cabo una «apelación instintiva» para conseguir votos despertando sentimientos de patria o identidad nacional.

Según la encuesta Rompe el cristal, realizada por el Consejo de la Juventud con la opinión de más de 6.200 jóvenes de entre 14 y 30 años, el 74 por ciento de los encuestados cree que la política de vivienda debe ser la principal prioridad para el próximo Gobierno. Otras de las demandas son la mejora de las condiciones laborales (67 por ciento), la adopción de medidas en materia salud mental (46) o la crisis climática (31 por ciento).

Como recoge la encuesta, el 89 por ciento de los jóvenes dicen estar interesados en la política -un 55 por ciento afirma sentirse «muy interesado» y un 34 por ciento «algo interesado»-, pero no creen que los políticos se interesen por ellos.

No representados

El estudio de Rompe el cristal muestra que seis de cada 10 jóvenes no se sienten representados en el sistema político español. Además, según el CIS -y como asegura la mayoría de los analistas-, los electores menores de 25 años son los que presentan una participación más baja.

Esperanza, de 19 años, cuenta que, aunque para ella la política es «muy importante», siente bastante decepción por los políticos y que ese es el motivo por el cual no irá a votar el 23-J.

«Siento que a los políticos se les olvida que su trabajo afecta a la vida de personas que miran al futuro. Creo también que están haciendo mucha política de postureo, porque todos se lanzan ataques y discursos vacíos que se basan en el odio al otro, en lugar de defender propuestas sólidas que tengan en cuenta a los jóvenes», subraya.

Según incide el analista Xavier Coller, los jóvenes son quienes menos acuden a las urnas porque tienen un «gran problema de descreimiento de la democracia».

No considera, además, que las elecciones del próximo domingo sean una excepción respeto a otros comicios y la población de menor edad acuda a las urnas más de lo habitual.

«Movilizar a los jóvenes y, además en verano, es complicado. Es el gran reto que tienen los partidos, pero no creo que el 23-J haya ningún motivo especial para pensar que vayan a movilizarse más», concluye.