La tercera ola de coronavirus no ha hecho más que empezar y ya está desbocada en Segovia, con un ritmo de notificación de nuevos contagios que ya supera el de la segunda ola y que sólo encuentra comparación con lo sucedido en abril, si bien entonces el sistema sanitario tenía menos capacidad para detectar positivos. La provincia aspiraba a bajar a Alerta 2 y reactivar el consumo en las barras de sus establecimientos hosteleros en vísperas de Navidad porque así lo apuntaban los indicadores de riesgo, cuyos datos equivalían a los fijados en ese umbral. Sin embargo, el repunte que ahora se acelera por los contagios navideños ya empezó tras el puente de la Constitución, poco después del primer levantamiento de restricciones excepcionales de Alerta 4 (27 de noviembre) y la desescalada a la 3 (3 de diciembre). La tendencia ya desaconsejaba por ello bajar al nivel 2 y, tras aprobarse el 1 de enero la reescalada a Alerta 4, este jueves se anunciaban nuevas medidas extraordinarias que entran en vigor el domingo: cierre de centros comerciales de esta provincia, Ávila y Palencia, salvo la actividad esencial de su interior y la que tenga acceso independiente; cierre de instalaciones y centros deportivos para actividad física que no sea exterior, salvo deporte oficial; cierre de casas de apuestas y también del interior de bares, cafeterías y restaurantes, con la excepción de los que están en hoteles u otros alojamientos turísticos para servir a los clientes que pernocten, gasolineras, centros sociales y sanitarios y centros de trabajo. Resumiendo, son las mismas medidas que se adoptaron en noviembre, con la diferencia de que ahora se permite que la hostelería siga activa en las terrazas (pero con termómetros bajo cero en Segovia y sin cerramientos integrales), aparte de poder dar servicios a domicilio o para recoger.

Las nuevas restricciones se han aprobado para un periodo de dos semanas, pero mucho tendrá que cambiar la situación para que no se alarguen más. El confinamiento perimetral, por ejemplo, ya se aprobó el jueves prorrogarlo hasta el fin del Estado de Alarma vigente (9 de mayo), y el toque de queda se mantiene de 22.00 a 6.00.

La consejera de Sanidad, Verónica Casado, habló por primera vez de tercera ola en la rueda de prensa que ofreció el martes, cuando avanzó que trasladaría al Consejo de Gobierno del jueves la propuesta de más medidas excepcionales. No incluyó la posibilidad de aplicar el confinamiento domiciliario, pero porque la Junta no tiene competencia para decretarlo y el Gobierno central se la sigue negando, igual que pasó ya en otoño.

Los establecimientos hosteleros de Segovia no podrán abrir al público el interior de sus establecimientos a partir del domingo.

Llegado el jueves, se esperaba la comparecencia de la consejera de Sanidad y el vicepresidente Igea a las 12.30 porque así se había convocado, pero la Junta improvisó durante la mañana que finalmente fuera el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, quien diera una rueda de prensa a partir de las 13.00; y no pudo hacerlo hasta pasadas las 14.30. Podían temerse incluso medidas más estrictas por cómo se alargó una sesión de Consejo de Gobierno en la que participaron los expertos que asesoran a la Consejería de Sanidad sobre la pandemia, pero al final se han quedado en las mismas de noviembre, incluso suavizadas por la citada excepción de permitirse la actividad de las terrazas. Siguen abiertos los colegios, institutos y universidades, así como los comercios que no se encuentren en grandes superficies y demás actividades económicas no esenciales. Pero las restricciones se irán adaptando de inmediato (la reescalada de Segovia a Alerta 4 se aprobó en Consejo Extraordinario en Año Nuevo) según lo que marquen unos partes de situación que empeoran cada día.

Cifras. Segovia llegó a situarse entre las tres provincias con menos covid de España en la primera semana de diciembre, pero el vuelco ha sido tal que en la primera semana de enero se ha situado entre las cuatro con más. Si se atiende a las tasas de casos acumulados en 7 días por cada 100.000 habitantes (IA7), medidas a partir de los positivos que se notifican en los partes diarios de cada Comunidad, sólo Badajoz está claramente por encima con más de 500 casos. Asimismo, con fecha del 5 de enero, Ciudad Real estaba con 387, Cáceres con 369 y Segovia rozaba la barrera de los 300, pero en realidad ya la supera, aunque oficialmente no se haya reflejado todavía en la tabla de indicadores de riesgo que determina los niveles de Alerta y las restricciones, el llamado ‘semáforo covid’, debido a que se actualiza con una demora de cinco días para verificar los datos antes de elevarlos a definitivos. Un proceso en el que se suelen producir alguna corrección a la baja, pero poco significativa, fundamentalmente por positivos que en ese intervalo se comprueba que se han debido a restos del virus presentes en personas sin infección activa.

Este jueves, por ejemplo, la tasa de incidencia de nuevos casos en 7 días del ‘semáforo covid’ aún estaba en 259,91, pero la cascada de nuevos positivos de los últimos días no tiene precedentes desde primavera y apunta a que esta variable se dispare hasta el entorno de los 350 casos a principios de la próxima semana, una vez se den por consolidados los datos provisionales que ya se manejan de la actual.

El salto es más que preocupante, hasta el punto de que el domingo 6 de diciembre se cerró la semana con menos casos de la segunda oleada con ‘sólo’ 69 y el pasado miércoles, en una sola jornada, se confirmaron 129, el segundo peor dato de toda la pandemia, sólo superado por los 131 del 8 de abril. Aunque no debe olvidarse que las autoridades calculan que el sistema sanitario sólo detectaba entonces uno de cada diez positivos y ahora se estima que la proporción esté en seis de cada diez.

Por otro lado, la IA7 oficial, la que refleja el ‘semáforo covid’, prácticamente se ha triplicado en apenas una semana. El 31 de diciembre estaba en 94 casos y este jueves alcanzaba los citados 259 que ya se quedan muy cortos por los datos provisionales de IA7 que se manejan en el entorno de 350, y ya se teme que aún sigan subiendo de forma notable.

Un indicador de lo que se puede esperar lo da el llamado número reproductivo básico, que ofrece el promedio de contagios que se producen por cada nuevo positivo. Siempre que éste se encuentre por encima de 1, marca tendencia creciente, y además lo suele hacer con un anticipo de lo que ocurre a 10 o 15 días vista. En este sentido, Segovia lo tiene por encima de 1 desde el 10 de diciembre, y justo dos semanas después se aceleró el repunte que se empezó a manifestar durante el puente de la Constitución. Este jueves, concretamente, estaba en 1,53 nuevos casos por cada positivo a partir de datos actualizados hasta el 3 de enero y marcaba así el segundo día seguido a la baja desde que el 1 de enero marcara un pico de 1,86.

Sin embargo, otros indicadores no invitan precisamente al optimismo. El pasado domingo se contabilizaban 30 brotes activos, el lunes ya eran 54, el martes 71 y este jueves 88 (incluidos 12 nuevos declarados en Segovia capital en dos días), con un total de 431 casos vinculados a los que se están rastreando sus contactos. Vale de ejemplo en este caso lo sucedido enSepúlveda, donde el cribado masivo del 31 de diciembre permitió detectar 25 positivos que desconocían su infección, y el rastreo posterior destapó al menos otros 80, incluidos los de personas residentes fuera de ese municipio. Allí además la tasa de incidencia en 7 días se ha disparado a niveles imposibles de casi 6.000 casos por cada 100.000 habitantes, 20 veces por encima de la ya de por sí alta tasa media provincial. Cantalejo aún superaba los 2.000 de IA7 el 7 de enero y Coca, los 500.

La tercera ola también se acusa ya en el hospital, que arrancó el año con once pacientes covid en planta y 8 en UCI y este jueves tenía 33 y 11, respectivamente, también los peores datos desde primavera. No se notificaron fallecidos por esta causa entre el 17 de diciembre y el 7 de enero, pero el parte del viernes 8 de enero rompió la racha con dos fallecidos. Las residencias han estado más controladas en los últimos meses, pero este viernes ya se notificaron dos brotes en centros sociosanitarios de Carbonero el Mayor y Urueñas; y sin vacunas, no habrá paz para nadie mientras la transmisión comunitaria siga desbocada.