Margarita del Val valora la resiliencia social en la pandemia

DS
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El microbiólogo y divulgador Ignacio López-Goñi señala en el Aula Andrés Laguna que el coronavirus "nos adelantó por la derecha, pero la gripe sigue ahí y sus virus son los campeones de la variabilidad"

El coloquio tuvo lugar en la sede de la Real Academia de San Quirce - Foto: Enrique del Barrio

El Aula Andrés Laguna, organizada por la Real Academia de San Quirce y la Fundación Lilly, albergó una excelente conversación entre dos investigadores y divulgadores científicos de primera fila, la viróloga Margarita del Val, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), además de coordinadora de la Plataforma de Salud Global del CSIC, e Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra, miembro del consejo científico de la Fundación Lilly y autor del blog de divulgación MicroBio. El coloquio, titulado 'Los virus de nuestra vida y la vida de nuestros virus', permitió a ambos científicos hablar de los virus, de cómo se transmiten, de cómo el ser humano puede defenderse de ellos, de las enfermedades virales ya erradicadas en todo el planeta o en vías de ello y de posibles amenazas futuras.

«Cuando un virus entra en una célula, se comporta como un auténtico dictador, pues le ordena que se dedique a multiplicarlo. Y eso es a lo que, a partir de ese momento, se dedica la célula, a multiplicar el virus, a hacer miles de copias de ese virus que se van extendiendo entre las células. Dependiendo de las células que infecten, los virus producirán distintas enfermedades», empezó explicando López-Goñi. Las secreciones respiratorias y la saliva, la falta de higiene, la contaminación del agua y de los alimentos o la sangre son vehículos perfectos para la transmisión de los virus. «¿Cómo nos defendemos de ellos? Con nuestro sistema inmunitario. Y nuestras defensas tienen memoria de los acontecimientos. La primera vez que nos enfrentamos a un agente infeccioso estamos desprevenidos. Según nos hacemos mayores, tenemos un sistema inmunitario con mucha más memoria, con mucha más experiencia, pero con menos capacidad de reacción que cuando somos jóvenes», añadió Margarita del Val.

Ambos investigadores hicieron una defensa cerrada de las vacunas como herramienta primordial para acorralar un virus, y pusieron de ejemplo la manera en que se combatió el SARS-coV-2, causante de la covid-19. «Las vacunas son la manera que tenemos de entrenar al sistema inmune con el virus muerto o atenuado o generando partes de él, para que vaya adquiriendo esa memoria necesaria que le permitirá combatir el patógeno cuando llegue», señaló López-Goñi. La investigación, el conocimiento, la financiación y la cooperación son elementos clave para el desarrollo de las vacunas.

En opinión de Del Val, las vacunas para prevenir la covid-19 llegaron tan pronto porque hacían mucha falta y había mucho conocimiento previo: «Conocíamos tanto los coronavirus que investigadores, empresas y gobiernos se dieron cuenta desde el principio que merecía la pena producir varias vacunas y lanzarse con todas las plataformas posibles. Conocíamos al enemigo y sabíamos que era posible atacarlo con vacunas. Había mucha investigación previa y mucho trabajo hecho. Cuando la pandemia llegó, no se escatimaron medios. Se invirtió todo el conocimiento, toda la colaboración previa y muchísimo dinero para producir dosis. Se puso toda la carne en el asador porque hacía falta». «Jamás ha habido tanta colaboración público-privada para el desarrollo de vacunas como en aquella época», corroboró López-Goñi.

Los científicos hicieron mención, durante el coloquio, de algunas enfermedades virales superadas gracias a las vacunas, como la viruela, oficialmente erradicada desde 1980, o la peste bovina, que afectaba solo al ganado y fue la causante de grandes hambrunas. «Probablemente, la siguiente en desaparecer sea la polio, que tantas secuelas dejó. Las vacunas han acorralado al virus que la origina», apuntó Ignacio López-Goñi. Otra vacuna muy eficaz es la del sarampión, que ha salvado miles de vidas, y no son desdeñables los avances en la lucha contra los virus del papiloma humano, algunos de ellos responsables del cáncer de cuello de útero.

López-Goñi y Del Val subrayaron la vigilancia que la comunidad científica ejerce, hoy en día, sobre un virus de la gripe muy concreto, el H5N1 de la gripe aviar, uno de los que más preocupan. «El coronavirus nos adelantó por la derecha, pero la gripe sigue ahí y sus virus son los campeones de la variabilidad. Uno de ellos, el H5N1, preocupa mucho, pues es el responsable de una pandemia de gripe aviar y se está comportando de manera muy virulenta en muchas especies de aves. Sabemos que ha saltado a distintas especies de mamíferos y que ha llegado al ganado vacuno de Estados Unidos. Hay casos incluso en humanos. Afortunadamente, no se transmite bien entre personas, pero debemos vigilarlo muy de cerca».

Margarita del Val cerró el coloquio alabando la actitud de la sociedad española durante la pandemia de covid-19. «Fue magnífica, el espejo para muchos países. La solidaridad entre las generaciones y las distintas capas de la población fue nuestro gran activo. Nos tocó vivir algo que no habíamos vivido desde hacía mucho tiempo, tan solo comparable con las enfermedades que los europeos llevamos a América en el siglo XVI y que diezmaron la población indígena, pero teníamos la ciencia, las vacunas, la colaboración y la madurez de la sociedad. Fue durísimo, pero nos proporcionó un acervo, un aprendizaje, un conocimiento tremendo». Investigación, cooperación y solidaridad son las claves, en opinión de ambos expertos.